La puja por la presidencia municipal de Puebla se está agudizando. Conforme avancen las semanas veremos una contienda agitada, encendida, por momentos efervescente.
Insistimos en este punto, la batalla entre Mario Riestra Piña y José Chedraui Budib será la elección más cerrada de las últimas décadas.
Sin duda el panista es una figura singular. Luego de la caída del helicóptero Agusta y mientras el morenovallismo se desintegraba, se desmoronaba, Riestra siguió caminando en ruta ascendente. Es un cuadro azul a quien no afectó el percance. Él siguió su propia ruta de crecimiento político motivado por sus convicciones y porque es un poblano identificado con las mejores causas de la Angelópolis.
Sus denuncias sobre el desastroso sistema de salud lo convirtieron en referencia para miles de personas que padecen en carne propia la crisis de hospitales como La Margarita que están muy lejos de la prometida Dinamarca.
Por otra parte Mario es un hombre pulcro, decente. Prácticamente no tiene negativos, ni aspectos oscuros que sus adversarios puedan utilizar.
Del otro lado de la banqueta vemos un exitoso empresario y respetable padre de familia que tiene un claro posicionamiento en la sociedad poblana. Pepe Chedraui es amigo de todos; no tiene enemigos, ni adversarios. Los detractores de las últimas semanas son parte de las expresiones naturales que se dan en todo proceso interno.
A sus bonos y puntos personales se debe sumar el apoyo de la estructura político - empresarial más fuerte de los últimos años. Detrás de Chedraui hay todo un bloque duro, conformado principalmente por figuras de la comunidad libanesa que habrán de aportar en operación y financiamiento de manera contundente. Su grupo va por el control del Charlie Hall, que no es rubro menor.
En este contexto conforme avance el proceso, la contienda será más cerrada y esto se habrá de reflejar en toda la Zona Metropolitana de Puebla (ZMP); una región urbana que lo mismo comparte problemas que ánimos electorales.
Los municipios de la ZMP padecen la misma falta de una estrategia en seguridad; grupos criminales se mueven sin problemas entre sus territorios.
Otro rasgo de la simbiosis urbana que comparten es el ánimo electoral. Es como si fuera una sola ciudad, dividida por líneas imaginarias.
En los últimos años ha quedado comprobado que las tendencias electorales se mueven de manera muy semejante entre sus municipios. Casi al unísono.
Conforme avance la puja entre Riestra y Chedraui esto se verá reflejado en toda la zona metropolitana. En algunos puntos el efecto Mario habrá de impulsar a los candidatos azules y en otros la ola Chedraui será determinante para los abanderados del partido guinda.
Es decir la batalla electoral va más allá de la ciudad de Puebla. Desde este momento podemos asegurar que tendrá claras repercusiones en toda la zona urbana.
Otro tema de fondo es que la elección nacional no tiende a abrirse entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. Al contrario, también se irá cerrando.
Claudia no tiene ni el carisma, ni el liderazgo de López Obrador; su discurso no tiene la contundencia del tabasqueño. Su candidatura es un apéndice del presidente y en ese sentido la abanderada se ve como un brazo, un accesorio. Tiene el mismo sello de Andrés Manuel, pero en versión descafeinada.
Por supuesto el escenario nacional también tendrá una profunda repercusión en la Zona Metropolitana de Puebla.
Al tiempo.
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