/ lunes 26 de septiembre de 2022

Del reportero | 1a alianza ganadora

La sucesión de Mario Marín a la gubernatura en las elecciones de 2010 se analizó y discutió en Casa Puebla y ahí se desdeñó la posibilidad de una alianza opositora.

En julio de 2009, dos días después de que consiguió con sus candidatos del PRI carro completo en las elecciones de diputados federales, convidó a directores de medios y columnistas a desayunar y nos habló del proceso, mostrando una confianza infinita que él pondría al próximo gobernador.

En ese momento destacaban sólo dos aspirantes, ambos priistas: Blanca Alcalá, presidenta municipal de Puebla, y Javier López Zavala, secretario de Desarrollo Social del estado.

El gobernador ante sus invitados desestimó las posibilidades de ella y ponderó la lealtad y el trabajo de su hombre de confianza.

Estaba cantado que iría con López Zavala como candidato a sucederlo y con la confianza plena de que construía un proyecto transexenal en el que el marinismo gobernaría Puebla, por lo menos, 4 sexenios.

Enfrente tenía al senador postulado por Acción Nacional, Rafael Moreno Valle, no le preocupaba al inquilino de Casa Puebla pues, aunque el país lo gobernaba el panista Felipe Calderón, no contaban con la estructura para competirle a él y ganar el estado en 2010, máxime si desde sus oficinas se controlaba a la oposición local con prerrogativas, canonjías y privilegios para sus dirigentes.

Marín sentía que tenía todo en la bolsa y desairó la posibilidad de una gran alianza anti priista.

El 16 de enero de 2010 se llevó a cabo el destape de López Zavala en una comilona en el salón Country. Ahí, más de mil personas de todo el estado se reunieron en torno a él, lo mismo diputados federales y locales, presidentes municipales, empresarios y líderes regionales. La cargada pues en torno al aspirante marinista.

A nivel federal cambiaron la fecha de las elecciones en Puebla, que por años fueron el último domingo de noviembre, y las anticiparon al primer domingo de julio de 2010, quizá por eso la decisión de destapar a su delfín un día después de su V Informe.

Moren Valle sabía perfectamente que necesitaba la postulación de Acción Nacional para buscar la gubernatura, pero no era suficiente y desde el Senado gestó la alianza anti marinista para consolidar su proyecto de gobernar Puebla, en el que estaba empeñado desde que fue titular de Finanzas en 1999.

Al impedirle ser candidato del PRI a senador en 2006, de la mano de la profesora Elba Esther Gordillo llegó con Calderón quien le dio la nominación como candidato ciudadano por Acción Nacional y ganó. En la Cámara Alta construyó la alianza opositora.

Conquistó a los Chuchos del Partido de la Revolución Democrática; a Dante Delgado presidente y dueño de Convergencia, lo que hoy es Movimiento Ciudadano; y tenía el apoyo absoluto de la maestra Gordillo y de su partido, Nueva Alianza.

Ganar en una convención la nominación panista no fue sencillo, contendió con Ana Teresa Aranda, pero tuvo los votos suficientes y de ahí se forjó Compromiso por Puebla.

La alianza más que anti priista, fue anti marinista, tanto que consiguió más de un millón de votos.

Fue hasta la derrota cuando Marín, en la misma Casa Puebla, entendió que las alianzas funcionan cuando son plurales y suman a la diversidad en torno a un mismo objetivo, pero sobre todo supo que no se construyen en las cañerías locales, porque deben tener el aval de las dirigencias nacionales.

Ahora que se habla de una coalición para 2024, las cosas no cambiarán.

Ya sea Va por Puebla –PAN, PRI y PRD- o el PriMor –Morena y sus aliados con el PRI- se definirán en las dirigencias nacionales y en el partido gobernante sabemos que todo pasa por el visto bueno de Palacio Nacional.

En las dirigencias locales reciben línea, no deciden.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

Twitter @fercrisanto

Facebook: Fernando Alberto Crisanto

La sucesión de Mario Marín a la gubernatura en las elecciones de 2010 se analizó y discutió en Casa Puebla y ahí se desdeñó la posibilidad de una alianza opositora.

En julio de 2009, dos días después de que consiguió con sus candidatos del PRI carro completo en las elecciones de diputados federales, convidó a directores de medios y columnistas a desayunar y nos habló del proceso, mostrando una confianza infinita que él pondría al próximo gobernador.

En ese momento destacaban sólo dos aspirantes, ambos priistas: Blanca Alcalá, presidenta municipal de Puebla, y Javier López Zavala, secretario de Desarrollo Social del estado.

El gobernador ante sus invitados desestimó las posibilidades de ella y ponderó la lealtad y el trabajo de su hombre de confianza.

Estaba cantado que iría con López Zavala como candidato a sucederlo y con la confianza plena de que construía un proyecto transexenal en el que el marinismo gobernaría Puebla, por lo menos, 4 sexenios.

Enfrente tenía al senador postulado por Acción Nacional, Rafael Moreno Valle, no le preocupaba al inquilino de Casa Puebla pues, aunque el país lo gobernaba el panista Felipe Calderón, no contaban con la estructura para competirle a él y ganar el estado en 2010, máxime si desde sus oficinas se controlaba a la oposición local con prerrogativas, canonjías y privilegios para sus dirigentes.

Marín sentía que tenía todo en la bolsa y desairó la posibilidad de una gran alianza anti priista.

El 16 de enero de 2010 se llevó a cabo el destape de López Zavala en una comilona en el salón Country. Ahí, más de mil personas de todo el estado se reunieron en torno a él, lo mismo diputados federales y locales, presidentes municipales, empresarios y líderes regionales. La cargada pues en torno al aspirante marinista.

A nivel federal cambiaron la fecha de las elecciones en Puebla, que por años fueron el último domingo de noviembre, y las anticiparon al primer domingo de julio de 2010, quizá por eso la decisión de destapar a su delfín un día después de su V Informe.

Moren Valle sabía perfectamente que necesitaba la postulación de Acción Nacional para buscar la gubernatura, pero no era suficiente y desde el Senado gestó la alianza anti marinista para consolidar su proyecto de gobernar Puebla, en el que estaba empeñado desde que fue titular de Finanzas en 1999.

Al impedirle ser candidato del PRI a senador en 2006, de la mano de la profesora Elba Esther Gordillo llegó con Calderón quien le dio la nominación como candidato ciudadano por Acción Nacional y ganó. En la Cámara Alta construyó la alianza opositora.

Conquistó a los Chuchos del Partido de la Revolución Democrática; a Dante Delgado presidente y dueño de Convergencia, lo que hoy es Movimiento Ciudadano; y tenía el apoyo absoluto de la maestra Gordillo y de su partido, Nueva Alianza.

Ganar en una convención la nominación panista no fue sencillo, contendió con Ana Teresa Aranda, pero tuvo los votos suficientes y de ahí se forjó Compromiso por Puebla.

La alianza más que anti priista, fue anti marinista, tanto que consiguió más de un millón de votos.

Fue hasta la derrota cuando Marín, en la misma Casa Puebla, entendió que las alianzas funcionan cuando son plurales y suman a la diversidad en torno a un mismo objetivo, pero sobre todo supo que no se construyen en las cañerías locales, porque deben tener el aval de las dirigencias nacionales.

Ahora que se habla de una coalición para 2024, las cosas no cambiarán.

Ya sea Va por Puebla –PAN, PRI y PRD- o el PriMor –Morena y sus aliados con el PRI- se definirán en las dirigencias nacionales y en el partido gobernante sabemos que todo pasa por el visto bueno de Palacio Nacional.

En las dirigencias locales reciben línea, no deciden.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

Twitter @fercrisanto

Facebook: Fernando Alberto Crisanto