/ domingo 2 de junio de 2024

Día cero

Nuestra democracia es muy joven comparada con la de muchos otros países en el mundo, de acuerdo al avance histórico de las libertades y sus conquistas al menos desde el siglo XVII; pero sí podemos al menos identificar tres dimensiones en nuestra maduración democrática a través de nuestra historia: la participación política ciudadana, el proceso electoral y la administración pública del grupo ganador.

La participación política fue haciéndose consciente al fragor de la competencia electoral. En los años 80 y 90 del siglo pasado, “mover” la voluntad ciudadana para que votaran libremente fue un verdadero reto en cada elección. Pasaron muchas elecciones en las que la oposición no tuvo posibilidad de remontar una mayoría aplastante del partido oficialista, ahora el ciudadano tiene la seguridad de que su voto cuenta, pero las adversidades son otras. Ahora, incentivar el voto no había sido un tema importante, pero hay 6.6 millones de jóvenes entre 18 y 21 años que tienen la posibilidad de votar y no se sienten representados por los partidos contendientes y se van a abstener. Por eso, una estrategia que han adoptado empresas es ofrecer no sólo café gratis sino alimentos, descuentos bonificaciones y hasta pases para ir al cine con todo y palomitas. Además ¿Qué más hacer para “mover” las voluntades y hacer reaccionar a alguien que no ve trascendente emitir su voto? Como tener la fiesta preparada y que no lleguen los invitados.

En cuanto al proceso electoral, los cambios en la legislación electoral fueron sumando los supuestos para que se evitara el fraude; desde la ciudadanización de la elección, los topes de gastos de campaña, hasta la inclusión de la igualdad de género en las propuestas de candidatos o la forma de asignar plurinominales; así, tenemos una legislación con huellas de desconfianza y de rechazo a la corrupción vivida. Pero no es suficiente, porque hay trampas que se gestan en la periferia, ya no sólo compra de votos o el llamado “ratón loco”, “carrusel” y otras artimañas más, que se podrían inhibir con presencia de observadores electorales, aquí lo que sale de cualquier cálculo es que hay lugares donde no será posible llevar a cabo elecciones por la presencia del crimen organizado, como lo declaró Eunice Rendón, ex funcionaria del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, hay estados y regiones en México, (como Chiapas, Zacatecas, Guerrero y Michoacán) “…que están más allá de la buena de Dios, (ej. Chiapas) un territorio que cada vez está más lejos de la autoridad, que ha perdido la gobernabilidad en varios de sus municipios”, igualmente Zacatecas, Tamaulipas, Guerrero y Michoacán, Veracruz y Guanajuato “son estados donde el crimen ha ido ganando mucho territorio y tiene estos esquemas o este tipo de comportamientos” (Linda Díaz, NORESTE 29/05/2024). Así que, el juego limpio que buscamos con una legislación se ve complejizado en el campo político, donde la relación de un partido con grupos criminales

La veda electoral, para que los ciudadanos “reflexionemos nuestro voto” después de la atípica precampaña, intercampaña y campaña, fue en realidad un descanso al bombardeo de 52 millones 564,081 spots promocionales que lanzaron los partidos políticos, aunque en realidad los voceros de cada coalición dieron otro tanto de tiempo en los medios. Sí, Morena fue el partido con mayor número de tiempo aire de acuerdo con la última votación, porque la distribución de acuerdo con la Ley Electoral determina que el 30% se da a todos de forma igualitaria, y el 70% restante se determina de acuerdo al número de votos que hayan recibido en la Cámara de Diputados y en Congresos locales.

Esta reflexión nos tendría que llevar a comparar los dichos con los hechos en la administración pública. Así que, lo exigible es que el ciudadano tenga la disposición de discernir que recibir dinero implica que una buena administración tenga suficientes recursos para continuar así ¿por cuánto tiempo? En una clase elemental de economía nos enseñaron “siempre, alguien tiene que pagar” lo que se gasta, nada es gratis, nada. Llegó el día para votar, el día cero, para seguir construyendo nuestra democracia.


*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP y secretaria de Membresías. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com

Nuestra democracia es muy joven comparada con la de muchos otros países en el mundo, de acuerdo al avance histórico de las libertades y sus conquistas al menos desde el siglo XVII; pero sí podemos al menos identificar tres dimensiones en nuestra maduración democrática a través de nuestra historia: la participación política ciudadana, el proceso electoral y la administración pública del grupo ganador.

La participación política fue haciéndose consciente al fragor de la competencia electoral. En los años 80 y 90 del siglo pasado, “mover” la voluntad ciudadana para que votaran libremente fue un verdadero reto en cada elección. Pasaron muchas elecciones en las que la oposición no tuvo posibilidad de remontar una mayoría aplastante del partido oficialista, ahora el ciudadano tiene la seguridad de que su voto cuenta, pero las adversidades son otras. Ahora, incentivar el voto no había sido un tema importante, pero hay 6.6 millones de jóvenes entre 18 y 21 años que tienen la posibilidad de votar y no se sienten representados por los partidos contendientes y se van a abstener. Por eso, una estrategia que han adoptado empresas es ofrecer no sólo café gratis sino alimentos, descuentos bonificaciones y hasta pases para ir al cine con todo y palomitas. Además ¿Qué más hacer para “mover” las voluntades y hacer reaccionar a alguien que no ve trascendente emitir su voto? Como tener la fiesta preparada y que no lleguen los invitados.

En cuanto al proceso electoral, los cambios en la legislación electoral fueron sumando los supuestos para que se evitara el fraude; desde la ciudadanización de la elección, los topes de gastos de campaña, hasta la inclusión de la igualdad de género en las propuestas de candidatos o la forma de asignar plurinominales; así, tenemos una legislación con huellas de desconfianza y de rechazo a la corrupción vivida. Pero no es suficiente, porque hay trampas que se gestan en la periferia, ya no sólo compra de votos o el llamado “ratón loco”, “carrusel” y otras artimañas más, que se podrían inhibir con presencia de observadores electorales, aquí lo que sale de cualquier cálculo es que hay lugares donde no será posible llevar a cabo elecciones por la presencia del crimen organizado, como lo declaró Eunice Rendón, ex funcionaria del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, hay estados y regiones en México, (como Chiapas, Zacatecas, Guerrero y Michoacán) “…que están más allá de la buena de Dios, (ej. Chiapas) un territorio que cada vez está más lejos de la autoridad, que ha perdido la gobernabilidad en varios de sus municipios”, igualmente Zacatecas, Tamaulipas, Guerrero y Michoacán, Veracruz y Guanajuato “son estados donde el crimen ha ido ganando mucho territorio y tiene estos esquemas o este tipo de comportamientos” (Linda Díaz, NORESTE 29/05/2024). Así que, el juego limpio que buscamos con una legislación se ve complejizado en el campo político, donde la relación de un partido con grupos criminales

La veda electoral, para que los ciudadanos “reflexionemos nuestro voto” después de la atípica precampaña, intercampaña y campaña, fue en realidad un descanso al bombardeo de 52 millones 564,081 spots promocionales que lanzaron los partidos políticos, aunque en realidad los voceros de cada coalición dieron otro tanto de tiempo en los medios. Sí, Morena fue el partido con mayor número de tiempo aire de acuerdo con la última votación, porque la distribución de acuerdo con la Ley Electoral determina que el 30% se da a todos de forma igualitaria, y el 70% restante se determina de acuerdo al número de votos que hayan recibido en la Cámara de Diputados y en Congresos locales.

Esta reflexión nos tendría que llevar a comparar los dichos con los hechos en la administración pública. Así que, lo exigible es que el ciudadano tenga la disposición de discernir que recibir dinero implica que una buena administración tenga suficientes recursos para continuar así ¿por cuánto tiempo? En una clase elemental de economía nos enseñaron “siempre, alguien tiene que pagar” lo que se gasta, nada es gratis, nada. Llegó el día para votar, el día cero, para seguir construyendo nuestra democracia.


*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP y secretaria de Membresías. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com