/ domingo 19 de mayo de 2024

El mundo iluminado / La corrupción y la muerte

La filosofía se hace a partir de la observación de las cosas simples. La filosofía es la ciencia que busca desentrañar el fundamento de la realidad, es decir, la filosofía busca explicar el por qué de las cosas. La filosofía, en general, parece compleja e inaccesible para la mayoría de las personas, sin embargo, todos, de una u otra manera, en mayor o en menor grado, hacen filosofía, pues no hay persona que nunca se haya cuestionado con respecto al por qué de las situaciones que está viviendo, así como su relación con los seres y objetos que le rodean.

El universo es complejo e imposible de comprender por completo, pero aún así es posible establecer los principios generales que lo rigen. Al universo lo comprenden todas las formas, seres, cosas y entidades que lo constituyen, ya sean éstas materiales o inmateriales. Desde lo macro y hasta lo micro el cosmos se replica a sí mismo bajo un esquema de fractales en el que es posible hallar el reflejo de una supernova en la constitución de una mota de polvo. El universo es lo que es, con o sin nosotros, y este ser del universo es lo que la filosofía intenta descifrar.

Nuestras capacidades intelectuales son más limitadas de lo que imaginamos, pero es nuestra soberbia la que nos hace creer que sabemos más de lo que en verdad sabemos. Debido a este obstáculo intelectual que nos caracteriza es que si nosotros queremos comprender filosóficamente no ya el universo, sino apenas una de sus partes, es que debemos de comenzar a observar detenidamente sus formas más pequeñas, inmediatas y aparentemente simples que nos rodean, pues, como ya se mencionó. en lo ínfimo es posible percibir lo infinito.

No hay una sola manera de hacer filosofía y tampoco es necesario inscribirse a una institución educativa para estudiarla. La filosofía está aquí y ahora, en lo que nos rodea, en la luz que percibimos, en la forma de nuestro cuerpo, en el movimiento de nuestros ojos, en la respiración que entra y sale de nuestros pulmones, en el incansable corazón que nos mantiene con vida y cuyo ritmo es la música que aleja a la muerte de nuestras venas. La filosofía reside en todo porque de todo se pueden hacer preguntas profundas, también superficiales, pero éstas últimas no nos llevarán a la comprensión de los fundamentos de la realidad.

La filosofía está en las cosas grandes y en las cosas pequeñas. El huevo que pone un ave para perpetuar su especie, por ejemplo, es filosofía en acción y por ello es que desde siempre ha sido estudiado por filósofos de toda índole. En la época del Renacimiento, el modelo educativo que se interesó en estudiar los principios filosóficos del huevo fue el de los emblemas, los cuales son imágenes enigmáticas acompañadas por un breve texto que contiene una enseñanza moral, política, estética, espiritual o hermética.

elmundoiluminado.com


La filosofía se hace a partir de la observación de las cosas simples. La filosofía es la ciencia que busca desentrañar el fundamento de la realidad, es decir, la filosofía busca explicar el por qué de las cosas. La filosofía, en general, parece compleja e inaccesible para la mayoría de las personas, sin embargo, todos, de una u otra manera, en mayor o en menor grado, hacen filosofía, pues no hay persona que nunca se haya cuestionado con respecto al por qué de las situaciones que está viviendo, así como su relación con los seres y objetos que le rodean.

El universo es complejo e imposible de comprender por completo, pero aún así es posible establecer los principios generales que lo rigen. Al universo lo comprenden todas las formas, seres, cosas y entidades que lo constituyen, ya sean éstas materiales o inmateriales. Desde lo macro y hasta lo micro el cosmos se replica a sí mismo bajo un esquema de fractales en el que es posible hallar el reflejo de una supernova en la constitución de una mota de polvo. El universo es lo que es, con o sin nosotros, y este ser del universo es lo que la filosofía intenta descifrar.

Nuestras capacidades intelectuales son más limitadas de lo que imaginamos, pero es nuestra soberbia la que nos hace creer que sabemos más de lo que en verdad sabemos. Debido a este obstáculo intelectual que nos caracteriza es que si nosotros queremos comprender filosóficamente no ya el universo, sino apenas una de sus partes, es que debemos de comenzar a observar detenidamente sus formas más pequeñas, inmediatas y aparentemente simples que nos rodean, pues, como ya se mencionó. en lo ínfimo es posible percibir lo infinito.

No hay una sola manera de hacer filosofía y tampoco es necesario inscribirse a una institución educativa para estudiarla. La filosofía está aquí y ahora, en lo que nos rodea, en la luz que percibimos, en la forma de nuestro cuerpo, en el movimiento de nuestros ojos, en la respiración que entra y sale de nuestros pulmones, en el incansable corazón que nos mantiene con vida y cuyo ritmo es la música que aleja a la muerte de nuestras venas. La filosofía reside en todo porque de todo se pueden hacer preguntas profundas, también superficiales, pero éstas últimas no nos llevarán a la comprensión de los fundamentos de la realidad.

La filosofía está en las cosas grandes y en las cosas pequeñas. El huevo que pone un ave para perpetuar su especie, por ejemplo, es filosofía en acción y por ello es que desde siempre ha sido estudiado por filósofos de toda índole. En la época del Renacimiento, el modelo educativo que se interesó en estudiar los principios filosóficos del huevo fue el de los emblemas, los cuales son imágenes enigmáticas acompañadas por un breve texto que contiene una enseñanza moral, política, estética, espiritual o hermética.

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