En estos momentos en donde nos hemos tratado de adaptar como sociedad ante los efectos de la pandemia, resulta necesario trabajar en uno mismo, con inteligencia cognitiva y emocional, que nos permita hacer frente a los retos y oportunidades para el próximo 2021 y para la vida.
En múltiples ocasiones hemos escuchado sobre la inteligencia; que si se mide a través de pruebas de coeficiente intelectual, que si una persona es más inteligente o no, si ello es un factor relevante para el éxito o el bienestar, entre muchos otros comentarios.
En esta oportunidad quiero centrarme en la inteligencia emocional, como un elemento que todos los seres humanos, independientemente de la edad, las condiciones sociales, económicas y culturales, tenemos que trabajar permanentemente.
De acuerdo con el psicólogo y especialista en la materia, Daniel Goleman, la inteligencia emocional es la capacidad de ser inteligente utilizando nuestras emociones, es decir, entender lo que sentimos y cómo se sienten los demás, a fin de manejar adecuadamente las relaciones interpersonales.
El autor del bestseller “La Inteligencia Emocional: Por qué es más importante que el Cociente Intelectual”, señala que este tipo de inteligencia tiene que ver más con las habilidades personales y no tanto con el proceso de aprendizaje académico, en pocas palabras, cómo nos manejamos en lo individual y cómo trabajamos las relaciones sociales.
Para Goleman existen 4 elementos para poder desarrollarla:
1. Conciencia de uno mismo: identificar y saber lo que sentimos, por qué lo sentimos y determinar sus consecuencias.
2. Gestionarse a uno mismo: se refiere a ser capaz de cumplir las metas, ser positivos ante los contratiempos, controlar las emociones perturbadoras para que no sean destructivas e impidan lograr objetivos.
3. Empatía: permite entender cómo se sienten los demás o el punto de vista del otro. Normalmente las personas no dicen todo con palabras, lo hacen mediante el lenguaje no verbal o modulando su tono de voz, y en muchos casos ni siquiera expresan su sentir.
4. Manejar bien las relaciones: colaborar, ser bueno en un equipo, resolver conflictos, influenciar a las personas, persuadir, comunicarse bien y escuchar.
Estos 4 puntos nos permiten comprender que cada emoción tiene su lugar, su importancia y sucede por algún motivo, lo relevante es contar con las capacidades para poder canalizarlas, que no sean excesivas, inapropiadas o tóxicas. El especialista señala que no se puede controlar lo que se va a sentir, sin embargo, sí se puede controlar lo que sucederá después.
Como reflexión vale la pena preguntarnos: ¿Qué nos dicen las emociones? ¿Cuánto tiempo dura una reacción emocional? ¿Cómo las manejamos y seguimos adelante?
Y tú, ¿cómo trabajas tu inteligencia emocional? Te invito a dejar tu comentario en mi página de Facebook David Villanueva Lomelí, con los Hashtags #Puebla y #VívelaBien.
Como mencionó el psicólogo Daniel Goleman: “Lo que realmente importa para el éxito, el carácter, la felicidad y los logros vitales es un conjunto definido de habilidades sociales, no sólo habilidades cognitivas, que son medidas por pruebas convencionales de cociente intelectual.
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