/ viernes 19 de junio de 2020

La automotriz y el T-MEC

El uno de julio próximo entrará en vigor el Tratado Comercial México, Estados Unidos, Canadá, que sustituye al TLC, y con el que empezará una nueva etapa en las relaciones de uno de los mega mercados comerciales más importantes del mundo.

Una de las industrias a las que el vecino país puso mayor atención y condiciones fue a la automotriz, base de la economía poblana al estar instaladas en el estado dos plantas de marcas alemanas líderes y que tienen en Estados Unidos y Canadá a sus objetivos comerciales.

Después de más de dos meses de inactividad las armadoras de autos deben recuperar el tiempo perdido, máxime que el año automotriz empieza en octubre, que es la fecha en la que presentan sus últimos modelos o los 2021 con todos los adelantos e innovaciones.

Ahora no sólo están preocupados por mandar unidades nuevas a las agencias, también tendrán que ajustar sus procesos para cumplir con la nueva regla de origen establecida en el T-MEC.

“A excepción del nuevo porcentaje de acero, la aplicación de la mayoría de las nuevas reglas será gradual. Tanto los fabricantes de vehículos como los de autopartes, que antes no debían acreditar ningún valor mínimo de contenido regional, deberán elevarlo paulatinamente hasta alcanzar, en algunos casos, un 75%”, explicó en reciente reportaje en Expansión, la periodista Ivet Rodríguez.

Con las nuevas reglas en vigor, las armadoras tendrán tres años para cumplir los requerimientos acordados. “Pero el paro de actividad y la tardanza en la publicación de la reglamentación dificultó la búsqueda de nuevos proveedores para llenar los huecos en la cadena de suministro del sector.

“Estuvimos dos meses parados y eso complicó todo”, dijo en una videoconferencia la semana pasada Fausto Cuevas, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz.

“La mayoría de los fabricantes, alrededor de 70%, ahora tendrán que solicitar un régimen de transición alternativo para poder mantener la preferencia arancelaria en el marco del nuevo acuerdo comercial”, explicó.

Apenas el 30% de las armadoras instaladas en México está en condiciones de cumplir los puntos del T-MEC.

Si lo consiguen, los industriales tendrán dos años adicionales, es decir, cinco años en lugar de tres, para cumplir los requisitos, y los vehículos tendrán diferentes porcentajes de valor de contenido regional y valor de contenido laboral.

Este régimen de transición alternativo debe solicitarse al país importador, que en este caso sería a Estados Unidos o Canadá.

Con base en el documento, las automotrices interesadas en acogerse a este régimen alternativo deberán presentar de forma individual su solicitud a más tardar el 1 de julio de 2020.

“Debe incluir una carta de motivos, datos de contacto, capacidad de producción, lista de modelos producidos en Estados Unidos, México y Canadá, porcentaje estimado de compras de acero en la región, gastos de la empresa en salarios, así como volumen de ventas.

“Además, los fabricantes de vehículos deben anexar un plan “detallado y creíble” de que los vehículos que produzcan y exporten dentro de la región cumplirán con todas las disposiciones relacionadas con las reglas de origen dentro de cinco años contados a partir de la entrada en vigor del T-MEC”.

El plan debe incluir un calendario anual de nuevas inversiones, de sustitución de importaciones y generación de empleos, comenzando con los cambios que ocurrieron en 2019 y hasta 2025.

Óscar Albin, presidente de la Industria Nacional de Autopartes, explicó que el objetivo de la nueva regla de origen es fortalecer la cadena de suministro en la región.

“Hace 25 años, cuando se firmó el primer Tratado de Libre Comercio, el 80% de los autos fabricados en la región eran de las tres automotrices estadounidenses, Ford, General Motors y Fiat Chrysler, pero hoy es solo el 48%.

“El resto de los automóviles que se fabrican en la región son asiáticos o europeos, pero con un menor contenido regional, puesto que tanto los centros de investigación y desarrollo, como la producción de los componentes más relevantes, como los motores o las transmisiones, están en Asia y Europa”, agregó.

Nada fácil la tienen las automotrices europeas, como Volkswagen y Audi, instaladas en México y las asiáticas para seguir produciendo aquí y vendiendo con ventaja en Estados Unidos y Canadá.

Al final todo son negocios.

“Lo que busca la nueva regla ahora es que los fabricantes asiáticos y europeos realmente generen mayor valor agregado en la región”, comentó Albin.

Esa es la razón de por qué en México la industria automotriz, en medio de la pandemia, es esencial.

De las anécdotas que se cuentan

Las inversiones de Volkswagen y Audi en México fueron gracias a la intervención presidencial.

Tocó en su momento a los gobernadores de Puebla capitalizar la posibilidad de que se instalaran en el estado.

Son empresas que generan riqueza e influyen en las relaciones comerciales de México con Alemania, país siempre importante en un mundo globalizado.

Sus directivos tienen picaporte en las principales oficinas del gobierno federal.

No debemos olvidar que el último auto de batalla de Andrés Manuel López Obrador era un Jetta de VW, por algo será.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

Twitter @fercrisanto

Facebook: Fernando Alberto Crisanto

El uno de julio próximo entrará en vigor el Tratado Comercial México, Estados Unidos, Canadá, que sustituye al TLC, y con el que empezará una nueva etapa en las relaciones de uno de los mega mercados comerciales más importantes del mundo.

Una de las industrias a las que el vecino país puso mayor atención y condiciones fue a la automotriz, base de la economía poblana al estar instaladas en el estado dos plantas de marcas alemanas líderes y que tienen en Estados Unidos y Canadá a sus objetivos comerciales.

Después de más de dos meses de inactividad las armadoras de autos deben recuperar el tiempo perdido, máxime que el año automotriz empieza en octubre, que es la fecha en la que presentan sus últimos modelos o los 2021 con todos los adelantos e innovaciones.

Ahora no sólo están preocupados por mandar unidades nuevas a las agencias, también tendrán que ajustar sus procesos para cumplir con la nueva regla de origen establecida en el T-MEC.

“A excepción del nuevo porcentaje de acero, la aplicación de la mayoría de las nuevas reglas será gradual. Tanto los fabricantes de vehículos como los de autopartes, que antes no debían acreditar ningún valor mínimo de contenido regional, deberán elevarlo paulatinamente hasta alcanzar, en algunos casos, un 75%”, explicó en reciente reportaje en Expansión, la periodista Ivet Rodríguez.

Con las nuevas reglas en vigor, las armadoras tendrán tres años para cumplir los requerimientos acordados. “Pero el paro de actividad y la tardanza en la publicación de la reglamentación dificultó la búsqueda de nuevos proveedores para llenar los huecos en la cadena de suministro del sector.

“Estuvimos dos meses parados y eso complicó todo”, dijo en una videoconferencia la semana pasada Fausto Cuevas, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz.

“La mayoría de los fabricantes, alrededor de 70%, ahora tendrán que solicitar un régimen de transición alternativo para poder mantener la preferencia arancelaria en el marco del nuevo acuerdo comercial”, explicó.

Apenas el 30% de las armadoras instaladas en México está en condiciones de cumplir los puntos del T-MEC.

Si lo consiguen, los industriales tendrán dos años adicionales, es decir, cinco años en lugar de tres, para cumplir los requisitos, y los vehículos tendrán diferentes porcentajes de valor de contenido regional y valor de contenido laboral.

Este régimen de transición alternativo debe solicitarse al país importador, que en este caso sería a Estados Unidos o Canadá.

Con base en el documento, las automotrices interesadas en acogerse a este régimen alternativo deberán presentar de forma individual su solicitud a más tardar el 1 de julio de 2020.

“Debe incluir una carta de motivos, datos de contacto, capacidad de producción, lista de modelos producidos en Estados Unidos, México y Canadá, porcentaje estimado de compras de acero en la región, gastos de la empresa en salarios, así como volumen de ventas.

“Además, los fabricantes de vehículos deben anexar un plan “detallado y creíble” de que los vehículos que produzcan y exporten dentro de la región cumplirán con todas las disposiciones relacionadas con las reglas de origen dentro de cinco años contados a partir de la entrada en vigor del T-MEC”.

El plan debe incluir un calendario anual de nuevas inversiones, de sustitución de importaciones y generación de empleos, comenzando con los cambios que ocurrieron en 2019 y hasta 2025.

Óscar Albin, presidente de la Industria Nacional de Autopartes, explicó que el objetivo de la nueva regla de origen es fortalecer la cadena de suministro en la región.

“Hace 25 años, cuando se firmó el primer Tratado de Libre Comercio, el 80% de los autos fabricados en la región eran de las tres automotrices estadounidenses, Ford, General Motors y Fiat Chrysler, pero hoy es solo el 48%.

“El resto de los automóviles que se fabrican en la región son asiáticos o europeos, pero con un menor contenido regional, puesto que tanto los centros de investigación y desarrollo, como la producción de los componentes más relevantes, como los motores o las transmisiones, están en Asia y Europa”, agregó.

Nada fácil la tienen las automotrices europeas, como Volkswagen y Audi, instaladas en México y las asiáticas para seguir produciendo aquí y vendiendo con ventaja en Estados Unidos y Canadá.

Al final todo son negocios.

“Lo que busca la nueva regla ahora es que los fabricantes asiáticos y europeos realmente generen mayor valor agregado en la región”, comentó Albin.

Esa es la razón de por qué en México la industria automotriz, en medio de la pandemia, es esencial.

De las anécdotas que se cuentan

Las inversiones de Volkswagen y Audi en México fueron gracias a la intervención presidencial.

Tocó en su momento a los gobernadores de Puebla capitalizar la posibilidad de que se instalaran en el estado.

Son empresas que generan riqueza e influyen en las relaciones comerciales de México con Alemania, país siempre importante en un mundo globalizado.

Sus directivos tienen picaporte en las principales oficinas del gobierno federal.

No debemos olvidar que el último auto de batalla de Andrés Manuel López Obrador era un Jetta de VW, por algo será.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

Twitter @fercrisanto

Facebook: Fernando Alberto Crisanto