/ jueves 16 de mayo de 2024

La lealtad, ¿cómo se come?

Lealtad no puede ser entendida sin abordar el término de fidelidad que desgraciadamente está tan manoseada por temas de relaciones entre personas, sin embargo, el origen de una fidelidad por tanto una lealtad, es una idea, creencia o convicción.

Desmenucemos el término de convicción fiel para poder llegar a una idea más unificada de lo que significa ser leal y comprender lo que es la lealtad. Las acciones tienen su origen en un pensamiento, en una idea que es fundada en nuestros principios y creencias. Cuando tenemos claro lo que creemos, entonces nuestras ideas estarán alineadas en ese sentido y nuestras acciones de igual forma. Por tanto lo que digamos será consecuencia de esas ideas fundadas en la parte racional de nuestro organismo y así es como decimos tener fidelidad a una persona incluso. Por tanto en lo que se fundamente nuestra raíz será a lo que seremos fieles. Esto puede ir desde decidir ser fiel a una idea o hasta una persona o grupo.

Luego entonces, lo primero es ser fiel a uno mismo, leal con nuestras convicciones, sean cuales sean, porque lo importante es creer en algo y de ahí trazar nuestra historia individual y posterior en el interactuar del día a día con los demás. Porque no cabe duda que vivimos en una sistema social y con respeto, pensar diferente enriquece a cualquier grupo y salen mejores soluciones en equipo y con ideas diferentes. Entonces si somos leales a nosotros mismos, podremos ser leales a alguien más, claro, eso sí es el camino para crecer, sin embargo cuando por el contrario no somos leales a nosotros, es sumamente fácil, es casi seguro tarde que temprano traicionamos y romperemos la fidelidad o lealtad a otra persona.

Incluso filósofos y autores a lo largo de los tiempos se refieren a la lealtad como un valor, el mismo Platón consideraba que si bien había que ser leal con el Estado, esa premisa era solo un ideal, pues el aristócrata será leal con la oligarquía y el plebeyo tendrá que ser leal con un sistema democrático. Sin embargo ambos están siendo leales a sus ideales, Ahora bien la lealtad es una convicción, por la cual la persona se compromete con sus allegados, de tal forma que permanecerá en los buenos momentos al igual que frente a cualquier dificultad, por tanto si se define un antónimo de este valor moral se describiría, a la traición.

Llegamos a la parte fea de describir la lealtad, la carencia de ella nos hace traicionar ideales y por ende traicionarnos a nosotros mismos siendo la consecuencia inmediata traicionar a alguien más. Ser leales o fieles a nuestras creencias es la mejor enseñanza que podemos brindar a nuestros hijos, alumnos o prójimos en general. Porque no hay cosa más pobre que traicionarnos a nosotros mismos en una idea conceptual o en una idea de mantenernos a lado de una persona o grupo, tarde o temprano sale a la luz el verdadero sentido que damos a las cosas porque por más buenos que podamos ser en engañar a alguien, jamás se engaña a uno mismo.

La lealtad como virtud es un gran regalo y se puede cultivar en nuestra sociedad cumpliendo nuestros compromisos y quizá algo siempre acompaña a los valores es la verdad. Sí porque será válido el cambio de ideas siempre que se exprese la verdad y sin reserva anteponga uno en cada circunstancia manifestando la estructura de pensamiento. Todos tenemos derecho a cambiar de opinión, la vida es dinámica, y conservando lealtad a nuestras convicciones, respetando la diversidad de pensamiento valorando al de al lado, siempre será agradecido.

Fidelidad, lealtad o ser de una pieza son términos que usamos para reconocer a un ser humano con fortaleza en sus ideas y que con claridad no falla a su verdad respetando siempre la responsabilidad afectiva y profesional que inevitable nos rodea al vivir en una sociedad plural y diversa. Seamos leales a nosotros mismos y respetemos nuestro entorno, ya sea político, empresarial o personal. Si somos leales a nosotros, seremos leales a los demás.

@serdan.mx

Lealtad no puede ser entendida sin abordar el término de fidelidad que desgraciadamente está tan manoseada por temas de relaciones entre personas, sin embargo, el origen de una fidelidad por tanto una lealtad, es una idea, creencia o convicción.

Desmenucemos el término de convicción fiel para poder llegar a una idea más unificada de lo que significa ser leal y comprender lo que es la lealtad. Las acciones tienen su origen en un pensamiento, en una idea que es fundada en nuestros principios y creencias. Cuando tenemos claro lo que creemos, entonces nuestras ideas estarán alineadas en ese sentido y nuestras acciones de igual forma. Por tanto lo que digamos será consecuencia de esas ideas fundadas en la parte racional de nuestro organismo y así es como decimos tener fidelidad a una persona incluso. Por tanto en lo que se fundamente nuestra raíz será a lo que seremos fieles. Esto puede ir desde decidir ser fiel a una idea o hasta una persona o grupo.

Luego entonces, lo primero es ser fiel a uno mismo, leal con nuestras convicciones, sean cuales sean, porque lo importante es creer en algo y de ahí trazar nuestra historia individual y posterior en el interactuar del día a día con los demás. Porque no cabe duda que vivimos en una sistema social y con respeto, pensar diferente enriquece a cualquier grupo y salen mejores soluciones en equipo y con ideas diferentes. Entonces si somos leales a nosotros mismos, podremos ser leales a alguien más, claro, eso sí es el camino para crecer, sin embargo cuando por el contrario no somos leales a nosotros, es sumamente fácil, es casi seguro tarde que temprano traicionamos y romperemos la fidelidad o lealtad a otra persona.

Incluso filósofos y autores a lo largo de los tiempos se refieren a la lealtad como un valor, el mismo Platón consideraba que si bien había que ser leal con el Estado, esa premisa era solo un ideal, pues el aristócrata será leal con la oligarquía y el plebeyo tendrá que ser leal con un sistema democrático. Sin embargo ambos están siendo leales a sus ideales, Ahora bien la lealtad es una convicción, por la cual la persona se compromete con sus allegados, de tal forma que permanecerá en los buenos momentos al igual que frente a cualquier dificultad, por tanto si se define un antónimo de este valor moral se describiría, a la traición.

Llegamos a la parte fea de describir la lealtad, la carencia de ella nos hace traicionar ideales y por ende traicionarnos a nosotros mismos siendo la consecuencia inmediata traicionar a alguien más. Ser leales o fieles a nuestras creencias es la mejor enseñanza que podemos brindar a nuestros hijos, alumnos o prójimos en general. Porque no hay cosa más pobre que traicionarnos a nosotros mismos en una idea conceptual o en una idea de mantenernos a lado de una persona o grupo, tarde o temprano sale a la luz el verdadero sentido que damos a las cosas porque por más buenos que podamos ser en engañar a alguien, jamás se engaña a uno mismo.

La lealtad como virtud es un gran regalo y se puede cultivar en nuestra sociedad cumpliendo nuestros compromisos y quizá algo siempre acompaña a los valores es la verdad. Sí porque será válido el cambio de ideas siempre que se exprese la verdad y sin reserva anteponga uno en cada circunstancia manifestando la estructura de pensamiento. Todos tenemos derecho a cambiar de opinión, la vida es dinámica, y conservando lealtad a nuestras convicciones, respetando la diversidad de pensamiento valorando al de al lado, siempre será agradecido.

Fidelidad, lealtad o ser de una pieza son términos que usamos para reconocer a un ser humano con fortaleza en sus ideas y que con claridad no falla a su verdad respetando siempre la responsabilidad afectiva y profesional que inevitable nos rodea al vivir en una sociedad plural y diversa. Seamos leales a nosotros mismos y respetemos nuestro entorno, ya sea político, empresarial o personal. Si somos leales a nosotros, seremos leales a los demás.

@serdan.mx