/ lunes 8 de enero de 2024

La única exigencia al poder judicial

Finalmente y luego de diversas polémicas Lenia Batres tomó posesión como ministra de la suprema corte de justicia de la nación, cargo que ostentara por un periodo de 15 años y en el cual seguramente dará mucho de qué hablar, en su etapa de arranque ha sido cuestionada por dos aspectos principalmente, el ser hermana del jefe de gobierno de la ciudad de México Martí Batres y el que fuera una ministra nombrada directamente por el presidente de la república, luego de que el congreso la rechazara como propuesta de este mismo.

Una vez ungida inició con un muy duro discurso en contra del poder judicial, pues en tono de regaño les reclamó a sus contrapartes ministras y ministros, invadir funciones, incurrir en excesos, no someterse a nuestra carta magna sino tener sometida nuestra constitución a sus propios intereses, y de conducir sus labores únicamente a casos de fuertes afectaciones políticas que desestabilizan al orden e interés público.

Con una narrativa demagógica la nueva ministra en funciones se autodenominó como la ministra del pueblo, aunque eso contrasta un poco con la realidad, pues tanto ella como su hermano representan en mayor o menor medida la elite del poder político en nuestro país, además acusó que es precisamente su origen humilde, el que le ha valido una campaña de desprestigio, así como intentos de ser ridiculizada.

Lenia Batres se suma al bloque pro cuarta transformación que tiene dividida a nuestra corte suprema, encontrando sus más acérrimos aliados en las figuras de las también ministras Yasmin Esquivel y Loretta Ortiz a pesar de que esta última se ha revelado un poco a la agenda lopezobradorista en tiempos recientes.

Con respecto a las críticas al poder judicial, ningún organismo, institución o poder están exentos de errores o escándalos, es responsabilidad de todas y todos nosotros no caer en la narrativa política de si es bueno o malo, sino que como en todo hay cosas que mejorar, y es responsabilidad de nuestras y nuestros funcionarios públicos el llevar a cabo estos procesos de cambio de la manera más transparente e imparcial posible.

Lo anterior bajo el marco del “Plan C” propuesto por el oficialismo para este año, y es que muy poco nos hemos detenido a analizar las ventajas y desventajas de una reforma de tal magnitud, cayendo nuevamente en la retórica de que si lo apoyas eres pueblo bueno y si no eres un conservador clasista que perdió privilegios, es evidente que el poder judicial ha padecido de diversos vicios a lo largo de su existencia y ha contado con infames personajes dentro de sí como Luis Infante y Medina Mora, envueltos en escándalos de corrupción, pero un mejor desempeño de este poder, pasa por mejorar lo que se ha hecho y no por destruir lo que se ha logrado.

Desde este espacio al igual que muchas más personas esperamos que el actuar de esta nueva ministra sea fiel a la constitución y al pueblo de México, conduciéndose con neutralidad en beneficio de nuestra nación y su trabajo se mantenga al margen de las ideologías políticas que tanto abrazó a lo largo de su trayectoria profesional, lo único que exigimos de Lenia Batres, igual que de todas y todos los ministros en turno, es que cumplan dignamente con la responsabilidad del cargo que les fue conferido, repito no en favor de preferencias políticas sino en favor de nuestro país, sobretodo en este crucial 2024.

Finalmente y luego de diversas polémicas Lenia Batres tomó posesión como ministra de la suprema corte de justicia de la nación, cargo que ostentara por un periodo de 15 años y en el cual seguramente dará mucho de qué hablar, en su etapa de arranque ha sido cuestionada por dos aspectos principalmente, el ser hermana del jefe de gobierno de la ciudad de México Martí Batres y el que fuera una ministra nombrada directamente por el presidente de la república, luego de que el congreso la rechazara como propuesta de este mismo.

Una vez ungida inició con un muy duro discurso en contra del poder judicial, pues en tono de regaño les reclamó a sus contrapartes ministras y ministros, invadir funciones, incurrir en excesos, no someterse a nuestra carta magna sino tener sometida nuestra constitución a sus propios intereses, y de conducir sus labores únicamente a casos de fuertes afectaciones políticas que desestabilizan al orden e interés público.

Con una narrativa demagógica la nueva ministra en funciones se autodenominó como la ministra del pueblo, aunque eso contrasta un poco con la realidad, pues tanto ella como su hermano representan en mayor o menor medida la elite del poder político en nuestro país, además acusó que es precisamente su origen humilde, el que le ha valido una campaña de desprestigio, así como intentos de ser ridiculizada.

Lenia Batres se suma al bloque pro cuarta transformación que tiene dividida a nuestra corte suprema, encontrando sus más acérrimos aliados en las figuras de las también ministras Yasmin Esquivel y Loretta Ortiz a pesar de que esta última se ha revelado un poco a la agenda lopezobradorista en tiempos recientes.

Con respecto a las críticas al poder judicial, ningún organismo, institución o poder están exentos de errores o escándalos, es responsabilidad de todas y todos nosotros no caer en la narrativa política de si es bueno o malo, sino que como en todo hay cosas que mejorar, y es responsabilidad de nuestras y nuestros funcionarios públicos el llevar a cabo estos procesos de cambio de la manera más transparente e imparcial posible.

Lo anterior bajo el marco del “Plan C” propuesto por el oficialismo para este año, y es que muy poco nos hemos detenido a analizar las ventajas y desventajas de una reforma de tal magnitud, cayendo nuevamente en la retórica de que si lo apoyas eres pueblo bueno y si no eres un conservador clasista que perdió privilegios, es evidente que el poder judicial ha padecido de diversos vicios a lo largo de su existencia y ha contado con infames personajes dentro de sí como Luis Infante y Medina Mora, envueltos en escándalos de corrupción, pero un mejor desempeño de este poder, pasa por mejorar lo que se ha hecho y no por destruir lo que se ha logrado.

Desde este espacio al igual que muchas más personas esperamos que el actuar de esta nueva ministra sea fiel a la constitución y al pueblo de México, conduciéndose con neutralidad en beneficio de nuestra nación y su trabajo se mantenga al margen de las ideologías políticas que tanto abrazó a lo largo de su trayectoria profesional, lo único que exigimos de Lenia Batres, igual que de todas y todos los ministros en turno, es que cumplan dignamente con la responsabilidad del cargo que les fue conferido, repito no en favor de preferencias políticas sino en favor de nuestro país, sobretodo en este crucial 2024.