/ viernes 25 de enero de 2019

López Obrador nunca prometió entregar la gubernatura interina

Esa tesis que afirmaba que la titular de la Secretaría de Gobernación federal, Olga Sánchez Cordero, había prometido dejar como gobernador interino a Jesús Rodríguez Almeida, en un inusual gesto de cortesía política, practicado en favor del morenovallismo, fue en realidad una leyenda urbana, una “fake news”, que obedeció a los intentos de presión del otrora grupo en el poder, y el PAN, para tratar de perpetuarse.

Voces de los partidos que dieron vida a la coalición Juntos Haremos Historia respondieron en su momento que eso era mentira, que Sánchez Cordero no se había comprometido a dejar un panista en la interina y que el presidente Andrés Manuel López Obrador no pretendía hacer eso, lo que hubiese significado entregarle, otra vez, el aparato gubernamental y los recursos públicos a sus rivales, para que operaran en beneficio de su candidato en la contienda extraordinaria.

López Obrador confirmó la aseveración de sus correligionarios en la primera visita oficial que realizó a Puebla.

Desde Huauchinango, donde estuvo este jueves, ratificó su posición, muy crítica, en torno a la contienda de gobernador de 2018.

No dijo: “esto ocurrió en la elección pasada”, pero no hizo falta, pues sí subrayó lo que no debe suceder en la que viene.

Sus palabras fueron interpretadas como una dura condena a los comicios que llevaron al triunfo a la panista Martha Erika Alonso Hidalgo.

Después de reconocer el proceso de confrontación política que habían vivido los poblanos, derivado de una elección cuestionada; de lamentar las muertes de Martha Erika y Rafael Moreno Valle; de demandar unidad, y de felicitar a Guillermo Pacheco Pulido por su arribo al Poder Ejecutivo, López Obrador habló de los comicios que se avecinan.

Revise usted:

“Que todos los ciudadanos de Puebla hagan el compromiso, todos, de que se va a procurar que las elecciones sean limpias y libres.

“Que se demuestre que en Puebla es posible elegir de manera democrática a las autoridades.

“Que ya se acabe la práctica de la entrega de despensas, del frijol con gorgojo.

“Que ya no se trafique con la pobreza de la gente.

“Que no se utilice el dinero del presupuesto en los ayuntamientos, en el gobierno estatal, en el gobierno federal, para favorecer a ningún partido, a ningún candidato.

“Que ya se destierre de una vez y para siempre el fraude electoral.

“Y que se respete la voluntad del pueblo.

“Ese es el compromiso que debemos hacer todos.”

En resumen, el mandatario mexicano, fundador de Morena, reiteró lo que ya había manifestado otras veces: que en Puebla se había perpetrado un fraude en contra del abanderado de su partido.

Luego avisó que estará pendiente, como jefe de estado, del próximo proceso electoral, para que no se cometa ninguna irregularidad e impere la democracia.

Aquí hay que retomar la versión que generaron y dejaron correr los panistas tras el desplome del helicóptero Agusta en que volaban la gobernadora y el senador.

¿Prometió Sánchez Cordero avalar la propuesta de gobernador interino del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, en una plática que sostuvieron algunos de los asistentes al funeral de Los Fuertes en Casa Puebla, la tarde del 25 de diciembre?

Eso es poco probable, dados los razonamientos planteados una y otra vez por el mandatario.

López Obrador no podía dejarle la gubernatura al PAN, como un acto de deferencia política, si tenía la certeza de que el blanquiazul le había ganado la elección de gobernador a la mala, con el empleo de recursos públicos y la maquinaria estatal, para llevar a cabo un fraude en contra del candidato Luis Miguel Barbosa Huerta, de Morena.

¿Por qué tener concesiones, entonces, con quienes le habían hecho trampa hace apenas unos meses?

Los argumentos del blanquiazul carecieron de lógica siempre.

Fueron sostenibles solo como una estrategia de reacción para tratar de retener la gubernatura y aventurarse mejor preparados a los siguientes comicios.

No lo consiguieron y hoy tratan de hallar culpables hasta en la cocina del Comité Directivo Estatal.

Será infructuoso darle tantas vueltas al tema.

Es simple:

Esta vez hubo alguien más poderoso que no quiso obsequiarles nada, porque no tenía que hacerlo, de la misma manera que su mentor, hoy fallecido, no otorgaba concesiones a ninguno de sus rivales.


@jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

Esa tesis que afirmaba que la titular de la Secretaría de Gobernación federal, Olga Sánchez Cordero, había prometido dejar como gobernador interino a Jesús Rodríguez Almeida, en un inusual gesto de cortesía política, practicado en favor del morenovallismo, fue en realidad una leyenda urbana, una “fake news”, que obedeció a los intentos de presión del otrora grupo en el poder, y el PAN, para tratar de perpetuarse.

Voces de los partidos que dieron vida a la coalición Juntos Haremos Historia respondieron en su momento que eso era mentira, que Sánchez Cordero no se había comprometido a dejar un panista en la interina y que el presidente Andrés Manuel López Obrador no pretendía hacer eso, lo que hubiese significado entregarle, otra vez, el aparato gubernamental y los recursos públicos a sus rivales, para que operaran en beneficio de su candidato en la contienda extraordinaria.

López Obrador confirmó la aseveración de sus correligionarios en la primera visita oficial que realizó a Puebla.

Desde Huauchinango, donde estuvo este jueves, ratificó su posición, muy crítica, en torno a la contienda de gobernador de 2018.

No dijo: “esto ocurrió en la elección pasada”, pero no hizo falta, pues sí subrayó lo que no debe suceder en la que viene.

Sus palabras fueron interpretadas como una dura condena a los comicios que llevaron al triunfo a la panista Martha Erika Alonso Hidalgo.

Después de reconocer el proceso de confrontación política que habían vivido los poblanos, derivado de una elección cuestionada; de lamentar las muertes de Martha Erika y Rafael Moreno Valle; de demandar unidad, y de felicitar a Guillermo Pacheco Pulido por su arribo al Poder Ejecutivo, López Obrador habló de los comicios que se avecinan.

Revise usted:

“Que todos los ciudadanos de Puebla hagan el compromiso, todos, de que se va a procurar que las elecciones sean limpias y libres.

“Que se demuestre que en Puebla es posible elegir de manera democrática a las autoridades.

“Que ya se acabe la práctica de la entrega de despensas, del frijol con gorgojo.

“Que ya no se trafique con la pobreza de la gente.

“Que no se utilice el dinero del presupuesto en los ayuntamientos, en el gobierno estatal, en el gobierno federal, para favorecer a ningún partido, a ningún candidato.

“Que ya se destierre de una vez y para siempre el fraude electoral.

“Y que se respete la voluntad del pueblo.

“Ese es el compromiso que debemos hacer todos.”

En resumen, el mandatario mexicano, fundador de Morena, reiteró lo que ya había manifestado otras veces: que en Puebla se había perpetrado un fraude en contra del abanderado de su partido.

Luego avisó que estará pendiente, como jefe de estado, del próximo proceso electoral, para que no se cometa ninguna irregularidad e impere la democracia.

Aquí hay que retomar la versión que generaron y dejaron correr los panistas tras el desplome del helicóptero Agusta en que volaban la gobernadora y el senador.

¿Prometió Sánchez Cordero avalar la propuesta de gobernador interino del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, en una plática que sostuvieron algunos de los asistentes al funeral de Los Fuertes en Casa Puebla, la tarde del 25 de diciembre?

Eso es poco probable, dados los razonamientos planteados una y otra vez por el mandatario.

López Obrador no podía dejarle la gubernatura al PAN, como un acto de deferencia política, si tenía la certeza de que el blanquiazul le había ganado la elección de gobernador a la mala, con el empleo de recursos públicos y la maquinaria estatal, para llevar a cabo un fraude en contra del candidato Luis Miguel Barbosa Huerta, de Morena.

¿Por qué tener concesiones, entonces, con quienes le habían hecho trampa hace apenas unos meses?

Los argumentos del blanquiazul carecieron de lógica siempre.

Fueron sostenibles solo como una estrategia de reacción para tratar de retener la gubernatura y aventurarse mejor preparados a los siguientes comicios.

No lo consiguieron y hoy tratan de hallar culpables hasta en la cocina del Comité Directivo Estatal.

Será infructuoso darle tantas vueltas al tema.

Es simple:

Esta vez hubo alguien más poderoso que no quiso obsequiarles nada, porque no tenía que hacerlo, de la misma manera que su mentor, hoy fallecido, no otorgaba concesiones a ninguno de sus rivales.


@jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx