Artistas, personajes reciclados que han pertenecido a 3 o 4 partidos, ilustres desconocidos, gente sin ideología etc., están siendo “escogidos” como los representantes de los partidos “bonsái”, especialmente los de reciente creación como Redes Sociales Progresistas, Fuerza Social por México y Partido Encuentro social que por lo visto lo único que buscan para esta elección, es lograr el 3% de votación para seguir en el panorama político y por ende viviendo de las prerrogativas que por ejemplo en este año son de 6.9 millones de pesos para cada uno, cantidad importante y nada despreciable.
La noticia tanto nacional como local es que éstos tres partidos solo tienen el 1% de intención de voto en éstos momentos y sus posibilidades de alcanzar el 3% se ven remotas, ya que no pueden ir en coalición, e irán solos en esta elección. Por eso su trabajo proselitista deberá ser titánico, sobre todo por las restricciones propias del Covid-19. De ahí que con el grito de “sálvese quien pueda”, estén echando mano de candidatos poco preparados, y hechos al vapor, pero llamativos o populares, literalmente hablando.
MORENA, PVEM Y OTROS EN IGUALES CIRCUNSTANCIAS
Ahora que si esos partidos buscan ese tipo de personajes para que sean el atractivo entre “los que menos tienen”, MORENA y el Partido Verde Ecologista también. Esto, ante la necesidad de lograr el voto al precio que sea. Si no, ¿Cómo entender que el partido en el Poder magnifique a José Luis Sánchez Solá, “El Chelis” y pasee como posible candidato a la alcaldía de Puebla una de las más importantes en el país?. Podrá ser buen técnico, excelente persona, pero no se ve como político o gobernante. Es más el mismo dice sin ningún rubor que “va por la candidatura que sea”, o lo que es lo mismo “lo que le caiga”. El ejemplo claro de este tipo de nuevos “políticos” es Cuauhtémoc Blanco en Cuernavaca. ¿Eso es lo que queremos para Puebla?
Y qué decir del partido Verde Ecologista que con bombo y platillo presenta a Rodolfo Ruíz Esparza, “El capi”. Ha pasado por tantos partidos (sin pena ni gloria por cierto), fue priista, panista, Morenovallista, panalista etc., sin identificarse con ninguno, sino solo como ex futbolista. Se comenta que se ha designado como candidato para restarle votos al PAN y a los partidos que se pueda, cosa que él niega, y con razón, porque no tiene ideología o lealtad a ninguno como tampoco se la tendrá al Verde, al cual desde ahora dice que no se afiliará, porque es ciudadano. Así seguirá siendo un “mercenario de la política”, o que ¿no?.
EL PRI LE RUEGA AL PAN QUE VAYAN EN CANDIDATURA COMÚN CON ERP.
¡Hasta donde ha llegado el PRI! Que ahora pretende insistir ante el PAN que le acepte ir con candidatura común con Eduardo Rivera Pérez, quien ya es prácticamente el candidato a la presidencia Municipal de Puebla capital. Esto, después de que el PRI fue despreciado por el blanquiazul cuya presidenta Genoveva Huerta dijo que “irán solos”. Aún no se sabe si el PAN aceptará continuar las pláticas para que se vuelva a tratar este tema públicamente. Por lo pronto Néstor Camarillo ha prendido su velita para que no lo “bateen” nuevamente.
Ahora, que además hay peleas de fondo en el PRI, por las candidaturas a diputados federales y locales, y son tan brutales que tal pareciera (solo para ellos), que siguen siendo “el partidazo” que ganaba de todas, todas, cuando en realidad por votación solo podrá aspirar a tener más plurinominales que triunfos en las urnas.
Su padrón de militantes distinguidos y el bloque de los que han hecho talacha para lograr alguna nominación son ignorados y solo se toman en cuenta los que pertenecen al grupo en el poder, además de compromisos y cacicazgos que ya no deberían existir. Un ejemplo la ex senadora Blanca Alcalá ya negoció una diputación pluri, pero no conforme con este premio, trata de imponer a su hija Karina Romero con una posición de diputada. Tal es el caso también del cacique político Lorenzo Rivera, quien trata de imponer como legislador a su hijo del mismo nombre.
Quienes se vuelven a refugiar en el PRI son los de Antorcha Campesina, que hace algunos meses dijeron que no irían con el tricolor, pero ante la imposibilidad de convertirse en partido político y no lograr arreglos con otros partidos, Nibardo Hernández y Soraya Córdoba se registran una vez más en el tricolor. Y qué decir de quien ha sido acusado de traidor al partido varias veces, José Luis Márquez quien hasta hace poco empleado del gobierno emanado de MORENA. Ahora quiere otra vez ser diputado por el PRI. Y de reciclados como Víctor Manuel Díaz Palacios, que ha sido cuatro veces diputado -3 federal y 1 local- . Javier López Zavala quien ahora niega su pasado marinista y que también trabajó para MORENA en la elección pasada.
La lista es larga y ninguno de los que la integran sale limpio, sino todos tienen un pasado, en unos casos de repetición constante y en otros de traición, e inclusive otros más con denuncias por diversos actos de corrupción. De ahí que la intención de voto del tricolor se encuentre en el tercero o cuarto lugar a nivel nacional y local y sus perspectivas de triunfo sean escasas. Y si en el PRI lo saben, entonces ¿para qué seguir con las guerras de lodo internas que solo les traen mayor desprestigio entre los poblanos?. No sería más fácil trabajar para incrementar la poca estructura que les queda y candidatear a nuevas figuras jóvenes y bien preparadas y dejar atrás los cacicazgos y los compromisos que cada vez les hunden más. Todavía están a tiempo. Recuerden que su presupuesto es de 50.5 millones de pesos y que algo podrán hacer con él.
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