Salvo esfuerzos de algunos contendientes, fuerzas políticas sin presencia importante en la entidad, como el PVEM, PANAL, PES, PSI y Compromiso por Puebla, prácticamente están sin promover su marca para penetrar en el ánimo del electorado.
Están a la espera de que las alianzas o coaliciones les hagan el trabajo o apoyarse en una o dos figuras, como el caso del partido del tucán, comandando por Juan Pablo Kuri, en lugar de impulsar su estructura propia en la zona metropolitana y en el interior del estado.
La mayoría son considerados partidos “ubres” o apéndices del PRI y PAN, como tradicionalmente lo han realizado en cada elección estatal.
En estos comicios no es la excepción.
No tienen deseos de sobresalir y dejar de lado esa imagen que se han ganado a pulso y mejor dar el paso para convertirse en una opción fuerte con presencia importante en los 217 municipios del estado.
De ahí que cada uno se haya enfocado en elegir candidatos comunes o únicos en algunas regiones.
Aunque el PVEM, vía sus contendientes a la gubernatura y la alcaldía de Puebla, Michel Chaín y Paola Migoya, más o menos causa ruido, el resto de contendientes a diputados y alcaldías prácticamente pasa desapercibido al ser perfectos desconocidos los que recibieron el visto bueno de Juan Pablo Kuri, concentrado más en su próxima diputación local plurinominal.
El Panal, como se ha dicho en este espacio, está dividido sin que la dirigencia nacional y estatal haya medido las consecuencias de sus decisiones al apostar por perfiles externos sin arraigo entre la militancia o allegados al magisterio.
Nadie sabe del trabajo en campaña que realizan, por ejemplo, Alejandro Romero y Ernestina García, abanderados a la gubernatura y la presidencia municipal de Puebla, respectivamente.
Su presencia en “campo” es nulo y está visto que solamente ocupan posiciones para cumplir con un requisito: intentar dar freno al avance de Morena.
Compromiso por Puebla pasa por una situación similar.
Se escuda en la alianza Por Puebla al Frente para penetrar, sin éxito, en el ánimo del electorado y ya estuvieron a punto de pagar su falta de trabajo cuando el Instituto Electoral del Estado finalmente les permitió seguir siendo partido político, cuando ya había perdido el registro por no alcanzar el mínimo del tres por ciento del total de la votación de los comicios del 2016.
El Partido Social de Integración (PSI) también camina por el mismo camino. Solamente importa colocar a familiares y amigos, como Nadia Navarro, candidata al Senado, sin preocuparse por formar nuevos cuadros y adeptos.
Pese a ser un partido nacional, el Partido Encuentro Social (PES) a nivel local es inexistente y solamente está “pegado” a la inercia que generan Morena y Andrés Manuel López Obrador.
Movimiento Ciudadano y el PRD también pueden entrar en esta lista, aunque en un segundo escalafón.
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Ayer en la rueda de prensa ofrecida por Alejandro Armenta y Nancy de la Sierra, candidatos de Morena al Senado de la República, estuvo presente la contendiente a presidenta municipal de San Martín Texmelucan, Norma Layón Aarum.
Aprovechó el espacio para denunciar públicamente que existe guerra sucia en su contra, por la destrucción de ocho espectaculares en la región.
Sin embargo, se tiene conocimiento de que vienen otro tipo de señalamientos en su contra, que podrían afectar su imagen.
Tal es el caso de los problemas que han tenido con la justicia algunos de sus familiares, como el caso de su tío, Víctor Manuel Aarun Rame, detenido hace un par de años por el delito de fraude millonario en Boca del Río, Veracruz.
Según se sabe, sus adversarios tienen previsto utilizar este tipo de información para señalar que la candidatura de Norma Layón no va acorde con los postulados de Morena, que tiene principios: no robar, no mentir y no traicionar.
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@Marcomironc
