/ miércoles 10 de octubre de 2018

Romper con el CEN, otra vía de salida a la crisis en el PRI

¿Cómo desplazar a Enrique Doger Guerrero del mando del PRI con el argumento de sus evidentes vínculos con Rafael Moreno Valle si la presidenta nacional de ese partido, Claudia Ruiz Massieu, viene de esa misma línea peñanietista de alianzas y complicidades con el exgobernador poblano?

Ruiz Massieu encabeza el Comité Ejecutivo Nacional del tricolor por designación del casi expresidente Enrique Peña Nieto.

Además, es amiga personal del matrimonio Moreno Valle-Alonso, o Alonso-Moreno Valle, como usted prefiera.

¿Por qué esperar entonces que se asuste con las críticas al excandidato a gobernador y remueva por eso a Javier Casique Zárate del Comité Directivo Estatal?

El movimiento de los 36 “rebeldes” vino a agitar las aguas al interior del PRI, donde ahora hay personajes de importante trayectoria partidista -ajenos a los firmantes del desplegado- que se cuestionan sobre la conveniencia de ir más a fondo en una protesta que busque el rompimiento definitivo con el CEN.

En efecto, antiguos pero acreditados liderazgos priistas comentaron el lunes, a raíz de la publicación de la carta, la necesidad de desprenderse del yugo nacional para salvar al partido de la crisis en que se encuentra y devolverle la fuerza política que alguna vez tuvo.

No miran salidas al problema del priismo poblano con acciones emprendidas desde la capital del país.

Para los dirigentes nacionales, acusan, solo existe la Ciudad de México.

La “provincia” es irrelevante para ellos y nada más atienden temas estatales cuando el tratamiento de los mismos se cruza con sus intereses.

Cierto.

Tampoco ven la salvación en la disputa de los grupos locales.

Un Doger cuestionado por su desempeño en la contienda de gobernador, un Jorge Estefan criticado por su distanciamiento con las bases y un Mario Marín desacreditado por acontecimientos ampliamente conocidos -recuérdese el caso Lydia Cacho- no parecen ser opciones para regresar al PRI a sitios de relevancia.

Ante esas condiciones algunos tricolores se han lanzado a sugerir el rompimiento de la dirigencia estatal con el CEN, sin titubeos ni medianías.

Forzar a la autonomía del priismo poblano metería al partido en una dinámica de revitalización que, según esta tesis, acabaría por resucitarlo de cara a los próximos comicios.

La apuesta es radical.

En una sola idea, busca dotar a los priistas poblanos de autonomía para tomar sus propias decisiones.

El pensamiento fue transmitido a principios de semana a algunos de los 36 firmantes del desplegado en un encuentro casual que se dio por la mañana del lunes, cuando la protesta de los “rebeldes” ya era de conocimiento público.

Por supuesto, para hacerlo, para cortar de golpe con el CEN, se requerirán muchos pantalones.

¿Lo harán?

Deberían si, como manifiestan, quieren sobrevivir.

Por cierto, a algunos de los firmantes les faltó valor para respetar el primer borrador que habían redactado en contra de su dirigencia.

El texto original estaba dirigido a Ruiz Massieu, pero después de una enérgica llamada de Jorge Márquez Montes, exfuncionario federal que ahora despacha como secretario de Operación Política ¡del CEN!, se conformaron con poner a María Esther Scherman como destinataria.

Los gallos, en algunos casos, resultaron pollitos.

Ya por último, en asuntos de la revuelta:

Uno de los quejosos conversó este martes con Ulises Ruiz Ortiz, el exgobernador de Oaxaca que lidera una corriente crítica al interior del PRI y que amaga con crear un nuevo partido político.

Ramón Fernández Solana, excandidato a diputado federal por el distrito 11 de Puebla, se entrevistó con el oaxaqueño para platicar acerca de los puntos de coincidencia que hay entre ambos movimientos de inconformidad.

Según lo que se comenta, Ruiz Ortiz podría terminar como aliado de los poblanos.

Siempre y cuando no abandone antes al tricolor, claro.

DEMANDAN PAZ, PERO AMAGAN CON VIOLENCIA, EN TEHUACÁN

La protesta contra la inseguridad en Tehuacán que comenzó el lunes pasado con una marcha amenaza con derivar en hechos violentos que anularían el sentido, en principio legítimo, de la manifestación.

Juan Antonio Mónico Linares, integrante del Comité Estudiantil del Instituto Tecnológico de Tehuacán y uno de los principales líderes del movimiento, así como Anselmo Morales, catedrático en esa misma institución, han convocado de manera personal y en redes sociales a tomar casetas de cobro, cerrar las instalaciones del CIS de ese municipio e incluso crear grupos de autodefensa si las autoridades de los tres niveles de gobierno no atienden sus demandas.

Los hechos se desencadenaron tras el homicidio de un estudiante de Ingeniería Civil en un intento de asalto, ocurrido la noche del jueves 4 de octubre.

Demandar condiciones de seguridad y paz social es válido, lo mismo que exigir la aplicación de medidas tendientes a garantizar la tranquilidad de las familias.

Sin embargo, violentar la ley –como pretenden—al amparo de una manifestación es otra cosa.

Ayer, estos “líderes” advertían en redes sociales que este miércoles comenzarían a organizarse para “tomar medidas drásticas”.

¿Por qué?

Porque representantes de la Fiscalía General del Estado no habían aceptado llevar a cabo una reunión con ellos en Tehuacán, sino en Puebla.

Si la situación ya es complicada en ese que es el segundo municipio más importante del estado, posturas radicales como la de estos personajes la van a empeorar aún más.


@jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

¿Cómo desplazar a Enrique Doger Guerrero del mando del PRI con el argumento de sus evidentes vínculos con Rafael Moreno Valle si la presidenta nacional de ese partido, Claudia Ruiz Massieu, viene de esa misma línea peñanietista de alianzas y complicidades con el exgobernador poblano?

Ruiz Massieu encabeza el Comité Ejecutivo Nacional del tricolor por designación del casi expresidente Enrique Peña Nieto.

Además, es amiga personal del matrimonio Moreno Valle-Alonso, o Alonso-Moreno Valle, como usted prefiera.

¿Por qué esperar entonces que se asuste con las críticas al excandidato a gobernador y remueva por eso a Javier Casique Zárate del Comité Directivo Estatal?

El movimiento de los 36 “rebeldes” vino a agitar las aguas al interior del PRI, donde ahora hay personajes de importante trayectoria partidista -ajenos a los firmantes del desplegado- que se cuestionan sobre la conveniencia de ir más a fondo en una protesta que busque el rompimiento definitivo con el CEN.

En efecto, antiguos pero acreditados liderazgos priistas comentaron el lunes, a raíz de la publicación de la carta, la necesidad de desprenderse del yugo nacional para salvar al partido de la crisis en que se encuentra y devolverle la fuerza política que alguna vez tuvo.

No miran salidas al problema del priismo poblano con acciones emprendidas desde la capital del país.

Para los dirigentes nacionales, acusan, solo existe la Ciudad de México.

La “provincia” es irrelevante para ellos y nada más atienden temas estatales cuando el tratamiento de los mismos se cruza con sus intereses.

Cierto.

Tampoco ven la salvación en la disputa de los grupos locales.

Un Doger cuestionado por su desempeño en la contienda de gobernador, un Jorge Estefan criticado por su distanciamiento con las bases y un Mario Marín desacreditado por acontecimientos ampliamente conocidos -recuérdese el caso Lydia Cacho- no parecen ser opciones para regresar al PRI a sitios de relevancia.

Ante esas condiciones algunos tricolores se han lanzado a sugerir el rompimiento de la dirigencia estatal con el CEN, sin titubeos ni medianías.

Forzar a la autonomía del priismo poblano metería al partido en una dinámica de revitalización que, según esta tesis, acabaría por resucitarlo de cara a los próximos comicios.

La apuesta es radical.

En una sola idea, busca dotar a los priistas poblanos de autonomía para tomar sus propias decisiones.

El pensamiento fue transmitido a principios de semana a algunos de los 36 firmantes del desplegado en un encuentro casual que se dio por la mañana del lunes, cuando la protesta de los “rebeldes” ya era de conocimiento público.

Por supuesto, para hacerlo, para cortar de golpe con el CEN, se requerirán muchos pantalones.

¿Lo harán?

Deberían si, como manifiestan, quieren sobrevivir.

Por cierto, a algunos de los firmantes les faltó valor para respetar el primer borrador que habían redactado en contra de su dirigencia.

El texto original estaba dirigido a Ruiz Massieu, pero después de una enérgica llamada de Jorge Márquez Montes, exfuncionario federal que ahora despacha como secretario de Operación Política ¡del CEN!, se conformaron con poner a María Esther Scherman como destinataria.

Los gallos, en algunos casos, resultaron pollitos.

Ya por último, en asuntos de la revuelta:

Uno de los quejosos conversó este martes con Ulises Ruiz Ortiz, el exgobernador de Oaxaca que lidera una corriente crítica al interior del PRI y que amaga con crear un nuevo partido político.

Ramón Fernández Solana, excandidato a diputado federal por el distrito 11 de Puebla, se entrevistó con el oaxaqueño para platicar acerca de los puntos de coincidencia que hay entre ambos movimientos de inconformidad.

Según lo que se comenta, Ruiz Ortiz podría terminar como aliado de los poblanos.

Siempre y cuando no abandone antes al tricolor, claro.

DEMANDAN PAZ, PERO AMAGAN CON VIOLENCIA, EN TEHUACÁN

La protesta contra la inseguridad en Tehuacán que comenzó el lunes pasado con una marcha amenaza con derivar en hechos violentos que anularían el sentido, en principio legítimo, de la manifestación.

Juan Antonio Mónico Linares, integrante del Comité Estudiantil del Instituto Tecnológico de Tehuacán y uno de los principales líderes del movimiento, así como Anselmo Morales, catedrático en esa misma institución, han convocado de manera personal y en redes sociales a tomar casetas de cobro, cerrar las instalaciones del CIS de ese municipio e incluso crear grupos de autodefensa si las autoridades de los tres niveles de gobierno no atienden sus demandas.

Los hechos se desencadenaron tras el homicidio de un estudiante de Ingeniería Civil en un intento de asalto, ocurrido la noche del jueves 4 de octubre.

Demandar condiciones de seguridad y paz social es válido, lo mismo que exigir la aplicación de medidas tendientes a garantizar la tranquilidad de las familias.

Sin embargo, violentar la ley –como pretenden—al amparo de una manifestación es otra cosa.

Ayer, estos “líderes” advertían en redes sociales que este miércoles comenzarían a organizarse para “tomar medidas drásticas”.

¿Por qué?

Porque representantes de la Fiscalía General del Estado no habían aceptado llevar a cabo una reunión con ellos en Tehuacán, sino en Puebla.

Si la situación ya es complicada en ese que es el segundo municipio más importante del estado, posturas radicales como la de estos personajes la van a empeorar aún más.


@jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx