/ jueves 25 de abril de 2024

Sin Prudencia | En política, el problema es ¿a quién creerle?

La semana que comienza, quedará marcada en torno al debate sobre la amenaza que habría recibido (o no) el candidato a la presidencia municipal de Puebla capital por los partidos PAN, PRI, PRD y PSI, Mario Riestra Piña por parte de una persona identificada como Alejandro Martínez García que habría lanzado la advertencia: “tu cabeza vale 15 mil pesos”.

El problema es que este hecho se enmarca dentro de un proceso electoral, participan candidatos, dirigentes políticos, autoridades gubernamentales y ministeriales. Y sus versiones resultan incongruentes, sorprendentes o contradictoras.

¿Debemos creer en Riestra Piña y en los panistas que señalan que el artífice de esta amenaza es el exdiputado federal y operador del finado Rafael Moreno Valle Rosas, Eukid Castañón Herrera? Este candidato del presente debe conocer al ex contralor estatal, pero en su momento, el morenovallista del pasado, cuando ambos pertenecían al mismo grupo, no se recuerda que hiciera algún señalamiento en su contra.

¿Debemos creer en la declaración de Alejandro Martínez, solo por el hecho de grabar un video y dar una declaración ministerial negando cualquier participación en la amenaza?

¿Debemos creer en la Fiscalía General del Estado, a cargo de Gilberto Higuera Bernal que se apresuró a emitir detalles de una declaración ministerial que ponía en entredicho lo dicho por Riestra? Aquí no aplican las reservas de la investigación, que en otras ocasiones excusa, para no brindar información de investigaciones.

Si se emitiera un comunicado por cada presunto responsable que niega la comisión del delito que se le imputa, las oficinas de comunicación tendrían un trabajo exponencial mayor.

¿Debemos creerle a Alfonso Bermúdez, representante de Morena ante el Instituto Electoral del Estado, quien en conferencia de prensa posterior a la denuncia que hizo Riestra en su cuenta de X el domingo 21, se apresuró, al día siguiente, a intentar descalificar la agresión, que sí reconoce, pero que tilda de hechos pasados?

Contrario a la declaración que vendrían después del supuesto agresor, Bermúdez basó su dicho en una presunta captura de pantalla de un supuesto integrante del equipo de campaña de Riestra donde se hablaría de la amenaza y que es pudo motivar que el gobierno estatal le asignó dos elementos.

Independientemente de la difusión de hipotéticas conversaciones privadas, lo dicho no coincidió con el declarante voluntario que llegó a la fiscalía para decir que él no fue.

¿Debemos creer en el humanismo desbordante del candidato José Chedraui Budib, quien en una entrevista radiofónica en Tribuna ofreció apoyo legal al presunto agresor?

¿Debemos aceptar la declaración del secretario de Gobernación estatal, Javier Aquino Limón, al pedir que Mario Riestra no politice el tema de la seguridad, cuando aceptó que en día inhábil organizó un evento para el candidato de Morena Alejandro Armenta?

Ese es el problema, en los tiempos en que la verdad es lo de menos.

Hasta la próxima.


La semana que comienza, quedará marcada en torno al debate sobre la amenaza que habría recibido (o no) el candidato a la presidencia municipal de Puebla capital por los partidos PAN, PRI, PRD y PSI, Mario Riestra Piña por parte de una persona identificada como Alejandro Martínez García que habría lanzado la advertencia: “tu cabeza vale 15 mil pesos”.

El problema es que este hecho se enmarca dentro de un proceso electoral, participan candidatos, dirigentes políticos, autoridades gubernamentales y ministeriales. Y sus versiones resultan incongruentes, sorprendentes o contradictoras.

¿Debemos creer en Riestra Piña y en los panistas que señalan que el artífice de esta amenaza es el exdiputado federal y operador del finado Rafael Moreno Valle Rosas, Eukid Castañón Herrera? Este candidato del presente debe conocer al ex contralor estatal, pero en su momento, el morenovallista del pasado, cuando ambos pertenecían al mismo grupo, no se recuerda que hiciera algún señalamiento en su contra.

¿Debemos creer en la declaración de Alejandro Martínez, solo por el hecho de grabar un video y dar una declaración ministerial negando cualquier participación en la amenaza?

¿Debemos creer en la Fiscalía General del Estado, a cargo de Gilberto Higuera Bernal que se apresuró a emitir detalles de una declaración ministerial que ponía en entredicho lo dicho por Riestra? Aquí no aplican las reservas de la investigación, que en otras ocasiones excusa, para no brindar información de investigaciones.

Si se emitiera un comunicado por cada presunto responsable que niega la comisión del delito que se le imputa, las oficinas de comunicación tendrían un trabajo exponencial mayor.

¿Debemos creerle a Alfonso Bermúdez, representante de Morena ante el Instituto Electoral del Estado, quien en conferencia de prensa posterior a la denuncia que hizo Riestra en su cuenta de X el domingo 21, se apresuró, al día siguiente, a intentar descalificar la agresión, que sí reconoce, pero que tilda de hechos pasados?

Contrario a la declaración que vendrían después del supuesto agresor, Bermúdez basó su dicho en una presunta captura de pantalla de un supuesto integrante del equipo de campaña de Riestra donde se hablaría de la amenaza y que es pudo motivar que el gobierno estatal le asignó dos elementos.

Independientemente de la difusión de hipotéticas conversaciones privadas, lo dicho no coincidió con el declarante voluntario que llegó a la fiscalía para decir que él no fue.

¿Debemos creer en el humanismo desbordante del candidato José Chedraui Budib, quien en una entrevista radiofónica en Tribuna ofreció apoyo legal al presunto agresor?

¿Debemos aceptar la declaración del secretario de Gobernación estatal, Javier Aquino Limón, al pedir que Mario Riestra no politice el tema de la seguridad, cuando aceptó que en día inhábil organizó un evento para el candidato de Morena Alejandro Armenta?

Ese es el problema, en los tiempos en que la verdad es lo de menos.

Hasta la próxima.