/ martes 27 de octubre de 2020

Vigente el espíritu reeleccionista, pese al descalabro

“Que no cunda el pánico”, se escuchó decir en la oficina principal del palacio municipal de Puebla después de que el viernes se anunciara el triunfo de Mario Delgado Carrillo en la contienda por la dirigencia nacional de Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador que, por lo que se ve, seguirá perteneciéndole.

Por supuesto, la presidenta Claudia Rivera Vivanco y su equipo de colaboradores pro reeleccionistas habrían preferido que Porfirio Muñoz Ledo ganara la contienda interna, y más aún, que Alfonso Ramírez Cuéllar no hubiese tenido que marcharse, pero en un ejercicio de autoayuda y motivación personal corrieron la voz para expandir el ánimo optimista frente al descalabro.

“Delgado contó con el apoyo del gobernador Miguel Barbosa Huerta, por lo que el poblano podría encontrarse en la antesala de convertirse en el ‘gran elector’”, expusieron en esa misma oficina principal, ubicada sobre Juan de Palafox y Mendoza, “pero también tuvo entre sus aliados al senador Ricardo Monreal, adversario silencioso del mandatario estatal, lo que podría perjudicar al mandatario”, añadieron en el palacio.

Según este razonamiento, sumado al hecho de que Citlalli Hernández Mora, impulsada por Ramírez Cuéllar y Bertha Luján para hacerla de contrapeso de Mario Delgado, vaya a convertirse en secretaria general del partido, le otorga esperanzas a la inquilina del palacio para buscar la reelección en los comicios de 2021, tal y como lo tiene previsto desde que tomó las riendas del ayuntamiento para disfrutar –como todos lo han hecho en el pasado—las mieles del poder.

La idea del trío Alfonso Ramírez Cuellar-Bertha Luján-Citlalli Hernández es que Mario Delgado no asigne candidaturas por la vía del dedazo disfrazado de encuesta.

Hernández, en calidad de secretaria general electa, ha acusado a Delgado de prometer candidaturas en sus reuniones de campaña y ha dicho que eso es un error, por lo que, en representación de la militancia, has advertido que pretende encargarse de que, incluso con encuestas, se utilicen candados que permitan que los aspirantes no sean personajes alejados a los intereses del partido.

Aquí es donde Rivera Vivanco cierra la pinza en su disputa anticipada con el diputado Gabriel Biestro Medinilla, de quien el gobernador Barbosa se ha expresado en los mejores términos y a quien considera una muy buena opción para la presidencia municipal, según lo declarado a EL SOL DE PUEBLA hace una semana.

“Que los aspirantes no sean personajes alejados a los intereses del partido”.

Esa frase cobra sentido en las declaraciones de Rivera Vivanco y sus colaboradores en contra de Biestro, a quien pretenden exhibir como un militante de Morena que se ha alejado, justamente, de los intereses partidistas.

La insistencia de la presidenta municipal en recordar en público que Biestro ha incumplido los principios y las promesas de campaña de Morena por olvidarse de revertir la concesión de los servicios de agua potable y drenaje en favor de Agua de Puebla obedece a esta estrategia.

De la misma forma, la inexistencia de las reformas legales para aprobar los matrimonios y el concubinato entre personas del mismo sexo, que ahora tendrán que concretarse debido al fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es una falta derivada de la falta de compromiso del presidente del Congreso con los principios del partido que lo hizo diputado.

La legalización del aborto es otro asunto pendiente en la agenda del Poder Legislativo, por culpa, otra vez, de Biestro, a quien Rivera Vivanco quiere hacer ver más como un promotor de la ultraderecha y el conservadurismo que de las libertades humanas y sociales.

Por ahí quiere la presidenta municipal derrotar al candidato del grupo en el poder, asumiendo que la secretaria general de Morena acabará imponiéndose sobre el dirigente y los deseos personalísimos del gobernador.

Ingenua la estrategia, quizá, porque difícilmente la número dos de Morena le pegará al número uno, pero por esa ruta va.

Twitter: @jorgerdzc

“Que no cunda el pánico”, se escuchó decir en la oficina principal del palacio municipal de Puebla después de que el viernes se anunciara el triunfo de Mario Delgado Carrillo en la contienda por la dirigencia nacional de Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador que, por lo que se ve, seguirá perteneciéndole.

Por supuesto, la presidenta Claudia Rivera Vivanco y su equipo de colaboradores pro reeleccionistas habrían preferido que Porfirio Muñoz Ledo ganara la contienda interna, y más aún, que Alfonso Ramírez Cuéllar no hubiese tenido que marcharse, pero en un ejercicio de autoayuda y motivación personal corrieron la voz para expandir el ánimo optimista frente al descalabro.

“Delgado contó con el apoyo del gobernador Miguel Barbosa Huerta, por lo que el poblano podría encontrarse en la antesala de convertirse en el ‘gran elector’”, expusieron en esa misma oficina principal, ubicada sobre Juan de Palafox y Mendoza, “pero también tuvo entre sus aliados al senador Ricardo Monreal, adversario silencioso del mandatario estatal, lo que podría perjudicar al mandatario”, añadieron en el palacio.

Según este razonamiento, sumado al hecho de que Citlalli Hernández Mora, impulsada por Ramírez Cuéllar y Bertha Luján para hacerla de contrapeso de Mario Delgado, vaya a convertirse en secretaria general del partido, le otorga esperanzas a la inquilina del palacio para buscar la reelección en los comicios de 2021, tal y como lo tiene previsto desde que tomó las riendas del ayuntamiento para disfrutar –como todos lo han hecho en el pasado—las mieles del poder.

La idea del trío Alfonso Ramírez Cuellar-Bertha Luján-Citlalli Hernández es que Mario Delgado no asigne candidaturas por la vía del dedazo disfrazado de encuesta.

Hernández, en calidad de secretaria general electa, ha acusado a Delgado de prometer candidaturas en sus reuniones de campaña y ha dicho que eso es un error, por lo que, en representación de la militancia, has advertido que pretende encargarse de que, incluso con encuestas, se utilicen candados que permitan que los aspirantes no sean personajes alejados a los intereses del partido.

Aquí es donde Rivera Vivanco cierra la pinza en su disputa anticipada con el diputado Gabriel Biestro Medinilla, de quien el gobernador Barbosa se ha expresado en los mejores términos y a quien considera una muy buena opción para la presidencia municipal, según lo declarado a EL SOL DE PUEBLA hace una semana.

“Que los aspirantes no sean personajes alejados a los intereses del partido”.

Esa frase cobra sentido en las declaraciones de Rivera Vivanco y sus colaboradores en contra de Biestro, a quien pretenden exhibir como un militante de Morena que se ha alejado, justamente, de los intereses partidistas.

La insistencia de la presidenta municipal en recordar en público que Biestro ha incumplido los principios y las promesas de campaña de Morena por olvidarse de revertir la concesión de los servicios de agua potable y drenaje en favor de Agua de Puebla obedece a esta estrategia.

De la misma forma, la inexistencia de las reformas legales para aprobar los matrimonios y el concubinato entre personas del mismo sexo, que ahora tendrán que concretarse debido al fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es una falta derivada de la falta de compromiso del presidente del Congreso con los principios del partido que lo hizo diputado.

La legalización del aborto es otro asunto pendiente en la agenda del Poder Legislativo, por culpa, otra vez, de Biestro, a quien Rivera Vivanco quiere hacer ver más como un promotor de la ultraderecha y el conservadurismo que de las libertades humanas y sociales.

Por ahí quiere la presidenta municipal derrotar al candidato del grupo en el poder, asumiendo que la secretaria general de Morena acabará imponiéndose sobre el dirigente y los deseos personalísimos del gobernador.

Ingenua la estrategia, quizá, porque difícilmente la número dos de Morena le pegará al número uno, pero por esa ruta va.

Twitter: @jorgerdzc