La naturaleza exacta de esta emisión de los fluidos que dan pie al denominado “squirting” ha sido controvertida durante décadas, entre si se trata realmente de una eyaculación femenina o simplemente es mera orina. Para salir de dudas acudimos con el Dr. Joaquín Alejandro Soto Chilaca, psiquiatra, psicoterapeuta, sexólogo y psiquiatra forense, quien nos explicó la naturaleza exacta de este famoso y controversial líquido.

“Durante la estimulación sexual algunas mujeres presentan la descarga de una notable cantidad de líquido de la uretra y aunque la prevalencia de este fenómeno es difícil de evaluar, los autores estiman que del 10 al 40% de las mujeres pueden experimentar regular o esporádicamente una emisión de líquido durante el orgasmo”, afirmó Soto Chilaca, y agregó que mientras que este fluido representaba para algunos científicos una mera hiper lubricación vaginal, para otros es el resultado de la producción de las glándulas de Bartolino, o bien por las glándulas de Skene también conocidas como “próstata femenina”.

No obstante, recientemente se identificó que el líquido responsable de este fenómeno se emite realmente a través de la uretra en lugar de la vagina o las glándulas de Bartolino, es decir, que en términos coloquiales, el líquido expulsado durante el denominado “squirting” es básicamente orina, ya que al ser analizado dicho líquido se identificó que tenía la misma composición química que ésta, asimismo se concluyó que proviene de la vejiga y se origina en los riñones, en tanto, los científicos a cargo del estudio responsable del hallazgo concluyen que se trata de “orina diluida”.

SE ASOCIA A LA ESTIMULACIÓN DEL PUNTO G

En este orden de ideas el “squirting” se asocia con la estimulación del punto G, que en términos médicos se conoce como el complejo clitouretrovaginal (CUV) que incluye el clítoris, la uretra y la pared frontal de la vagina. Es por ello que cuando se aplica estimulación a esta zona, se ejerce presión en la uretra y todo el tejido eréctil que le rodea se mueve hacia adelante un poco.

Consecuentemente, al cambiar el ángulo entre la vejiga y la uretra, se promueve la salida de orina y a la par, la recepción de estimulación intensa provoca una sensación placentera que contribuyen a una relajación suficiente para soltarse y tener un orgasmo que pueda estar acompañado o no del “squirting”.