/ domingo 20 de mayo de 2018

Arrieta y Villalpando | TURISTEANDO CON EL BARÓN ROJO

El arte en la sangre poblana

Hola queridos lectores, su servidor Eduardo Zamora, agradeciéndoles el favor de abrirme las puertas de sus hogares, ahora en este domingo, presentándoles mi entrega acostumbrada siempre con el deseo de que sea de su agrado.

En esta ocasión les voy a narrar de una manera muy breve la vida de dos pintores poblanos, quienes nos dejaron un legado pictórico, que envidiaría el mismito Museo del Prado, la obra de José Agustín Arrieta y Cristóbal de Villalpando, excelentísimos artistas del pincel, que nos heredaron verdaderas joyas al óleo, comenzamos.

CRISTÓBAL DE VILLALPANDO (1649-1714)

Iniciamos esta narración con este pintor del siglo XVII, Villalpando se calcula por documentos hallados en la catedral metropolitana que nació en el año de 1649, según datos de un archivo existente en el sagrario de la catedral de México, pero al mismo tiempo se halla un documento que lo menciona haberse casado con María de Mendoza, en un libro de actas matrimoniales de la catedral de Puebla, en donde dice “vecino de esta ciudad”, no dice cuál, pero uno se imagina que se refiere a la ciudad de Puebla, con fecha del año de 1689, su muerte se registra en el año de 1714, pero también aparece la duda, pues en su registro se indica que fue sepultado en la iglesia de San Agustín, pero no dice de cuál ciudad, porque también aparece un acta de defunción en el sagrario metropolitano, la duda persiste hasta la fecha.

SU OBRA

Aquí en la ciudad de Puebla conservamos la magna obra de este pintor, pues realizó el trabajo de pintar la cúpula principal de la catedral de Puebla, y algunos de los retratos laterales del altar de los reyes, también existen pinturas de su autoría en la iglesia del Carmen, Santa Inés, la Santísima, entre otras, pero su trabajo no solo se limitó a esta ciudad, pues, como detalle curioso, existe una pintura realizada por él en cada una de las ciudades existentes en el país hasta principios del siglo XVIII, como Guadalajara, Querétaro, Zacatecas, Guanajuato, e incluso existen varias de sus obras en museos del extranjero, como el Cortsharm Cort en Wilshire Inglaterra.

JOSÉ AGUSTÍN ARRIETA (1803-1874)

Nacido en la población de Santa Ana Chautempan, Tlaxcala, pintor netamente de estilo costumbrista, pues toda su vida se dedicó a retratar la vida poblana y tlaxcalteca, radica desde niño en la ciudad de Puebla, sus más simbólicas obras son bodegones, imágenes culinarias en las que retrata la cocina poblana, desde sus ingredientes hasta la presentación del plato terminado, también se dedicó a retratar la vida campirana poblana.

Estudió en la afamada academia de San Carlos en la ciudad de México, y aquí en la Academia de Bellas Artes, entre sus principales profesores se pueden mencionar a Lorenzo Zendejas y a José Manso, lamentablemente, su obra nunca fue reconocida en vida, pues su estilo no se acopló al modo de vida de las familias poblanas, pues su trabajo siempre fue muy mal retribuido, se encontró tan desesperado económicamente que tuvo que aceptar un trabajo de conserje y velador en varias oficinas del gobierno del estado, para lograr sobrevivir.

Dentro de sus más preciadas obras están los murales del templo de San Juan de Dios, colecciones de pinturas representando los más populares oficios callejeros, escenas grupales noctambulas, pero sobre todo, sus bodegones, imágenes que retratan la más exquisita cocina poblana, aquí en nuestra ciudad, el museo José Luis Bello y Zetina, conserva cuatro de sus más bellos bodegones, el perico, la coliflor, la hojaldra y el cazo de cobre, también el museo universitario conserva varias de sus obras.

Estos dos pintores, cada uno con su estilo propio, Villalpando, retratando imágenes religiosas, y Arrieta, reproduciendo la vida cotidiana de la Puebla del siglo XIX, nos dejaron en nuestra ciudad bellos tesoros, dignos de ser admirados, y desde luego, un motivo más para alimentar nuestro ego como poblanos, Villalpando y Arrieta, piezas poblanas perfectas.

Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, agradezco el favor de tu atención, mi correo a su disposición profelalo2002@hotmail.com, mis páginas Eduardo Zamora Martínez y Lalo Zamora, WatsApp 22 12 532690, y Twitter @elbaronrojo62, se despide de ustedes su amigo El Barón Rojo. Hasta la próxima.

Hola queridos lectores, su servidor Eduardo Zamora, agradeciéndoles el favor de abrirme las puertas de sus hogares, ahora en este domingo, presentándoles mi entrega acostumbrada siempre con el deseo de que sea de su agrado.

En esta ocasión les voy a narrar de una manera muy breve la vida de dos pintores poblanos, quienes nos dejaron un legado pictórico, que envidiaría el mismito Museo del Prado, la obra de José Agustín Arrieta y Cristóbal de Villalpando, excelentísimos artistas del pincel, que nos heredaron verdaderas joyas al óleo, comenzamos.

CRISTÓBAL DE VILLALPANDO (1649-1714)

Iniciamos esta narración con este pintor del siglo XVII, Villalpando se calcula por documentos hallados en la catedral metropolitana que nació en el año de 1649, según datos de un archivo existente en el sagrario de la catedral de México, pero al mismo tiempo se halla un documento que lo menciona haberse casado con María de Mendoza, en un libro de actas matrimoniales de la catedral de Puebla, en donde dice “vecino de esta ciudad”, no dice cuál, pero uno se imagina que se refiere a la ciudad de Puebla, con fecha del año de 1689, su muerte se registra en el año de 1714, pero también aparece la duda, pues en su registro se indica que fue sepultado en la iglesia de San Agustín, pero no dice de cuál ciudad, porque también aparece un acta de defunción en el sagrario metropolitano, la duda persiste hasta la fecha.

SU OBRA

Aquí en la ciudad de Puebla conservamos la magna obra de este pintor, pues realizó el trabajo de pintar la cúpula principal de la catedral de Puebla, y algunos de los retratos laterales del altar de los reyes, también existen pinturas de su autoría en la iglesia del Carmen, Santa Inés, la Santísima, entre otras, pero su trabajo no solo se limitó a esta ciudad, pues, como detalle curioso, existe una pintura realizada por él en cada una de las ciudades existentes en el país hasta principios del siglo XVIII, como Guadalajara, Querétaro, Zacatecas, Guanajuato, e incluso existen varias de sus obras en museos del extranjero, como el Cortsharm Cort en Wilshire Inglaterra.

JOSÉ AGUSTÍN ARRIETA (1803-1874)

Nacido en la población de Santa Ana Chautempan, Tlaxcala, pintor netamente de estilo costumbrista, pues toda su vida se dedicó a retratar la vida poblana y tlaxcalteca, radica desde niño en la ciudad de Puebla, sus más simbólicas obras son bodegones, imágenes culinarias en las que retrata la cocina poblana, desde sus ingredientes hasta la presentación del plato terminado, también se dedicó a retratar la vida campirana poblana.

Estudió en la afamada academia de San Carlos en la ciudad de México, y aquí en la Academia de Bellas Artes, entre sus principales profesores se pueden mencionar a Lorenzo Zendejas y a José Manso, lamentablemente, su obra nunca fue reconocida en vida, pues su estilo no se acopló al modo de vida de las familias poblanas, pues su trabajo siempre fue muy mal retribuido, se encontró tan desesperado económicamente que tuvo que aceptar un trabajo de conserje y velador en varias oficinas del gobierno del estado, para lograr sobrevivir.

Dentro de sus más preciadas obras están los murales del templo de San Juan de Dios, colecciones de pinturas representando los más populares oficios callejeros, escenas grupales noctambulas, pero sobre todo, sus bodegones, imágenes que retratan la más exquisita cocina poblana, aquí en nuestra ciudad, el museo José Luis Bello y Zetina, conserva cuatro de sus más bellos bodegones, el perico, la coliflor, la hojaldra y el cazo de cobre, también el museo universitario conserva varias de sus obras.

Estos dos pintores, cada uno con su estilo propio, Villalpando, retratando imágenes religiosas, y Arrieta, reproduciendo la vida cotidiana de la Puebla del siglo XIX, nos dejaron en nuestra ciudad bellos tesoros, dignos de ser admirados, y desde luego, un motivo más para alimentar nuestro ego como poblanos, Villalpando y Arrieta, piezas poblanas perfectas.

Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, agradezco el favor de tu atención, mi correo a su disposición profelalo2002@hotmail.com, mis páginas Eduardo Zamora Martínez y Lalo Zamora, WatsApp 22 12 532690, y Twitter @elbaronrojo62, se despide de ustedes su amigo El Barón Rojo. Hasta la próxima.

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