Con un origen que va desde la época prehispánica, el Día de Muertos cuenta con una historia y una tradición inmensa dentro de ella. Los rituales que la acompañan son diversos, así como los días que la conforman al tener cada uno un significado particular.
Aunque los días de mayor celebración son el 1 y 2 de noviembre, el ritual de los muertos y la colocación de la ofrende o altar comienza desde el 28 de octubre. A partir de ahí y en cada día se dice que son diferentes las almas que estarán visitando los altares como aquellos que son celebrados.
La ofrenda es el altar en donde son recordados los seres queridos o cercanos que perdieron la vida. En ella se encontrarán sus fotografías acompañadas de los alimentos que preferían como bebidas, dulces, así como diversas decoraciones y recuerdos que simbolicen a la persona.
De acuerdo a las tradiciones, aquellos que fallecieron en los meses previos o que no hayan cumplido un año de fallecidos antes de la celebración no se les coloca ofrenda, ya que no tuvieron el tiempo suficiente para pedir que su espíritu regresara. El resto, llega en forma ordenada y de acuerdo a cómo es que perdieron la vida.
¿QUÉ SIGNIFICA CADA UNO DE LOS DÍAS?
Comenzando con el 28 de octubre, se dice que este día se conmemora a quienes fallecieron de manera trágica, ya sea por algún accidente o en un acto de violencia. Por este motivo, se acostumbra a colocar una flor blanca para pedir paz por su camino a la muerte.
De igual forma, en este día se prenden las veladoras, que son las que iluminan el camino para los espíritus que vendrán. Algunas creencias también señalan que en este primer día asisten las ánimas solas.
Pasando al 29 de octubre, es el día dedicado a quienes fallecieron ahogados. Mientras que, el 30 de octubre se celebra a los olvidados, aquellas personas que no tienen un altar o alguien que los recuerde. En esta fecha se acostumbra a dejar un vaso con agua y encender otra veladora para que puedan ser parte de la celebración.
El 31 de octubre es un día dedicado a los niños, en especial a aquellos que fallecieron antes de nacer como a los que no fueron bautizados o limbitos. La presencia de dulces o juguetes suele verse en las casas donde existieron casos así.
Para el 1 de noviembre, es el día conocido como Todos los Santos, en donde se festeja a todos aquellos que tuvieron una vida ejemplar. La fecha es compartida con aquellos que fallecieron en la infancia.
Esta celebración culmina el 2 de noviembre, conocido como el Día de los Muertos o de los Fieles Difuntos, donde las almas comienzan a emprender su camino de regreso. Dependiendo la zona de México donde se festeje, se suele velar junto a la tumba de los muertos de la madrugada del día primero al dos. En otros casos, es cuando se colocan los altares monumentales o las grandes ofrendas para celebrarlos.
Una vez que las almas han abandonado este plano existencial, se pasa a compartir los elementos que han quedado en la ofrenda. Algunas tradiciones marcan al 3 de noviembre como el último día de celebración en donde se prende una última veladora blanca y se prende el copal para pedir que las almas regresen en los años siguientes.
LA CELEBRACIÓN DE LAS MASCOTAS
Con la importancia que han obtenido las mascotas dentro del hogar, algunos colocan al 27 de octubre como la fecha en que se les celebra dentro de la tradición del Día de Muertos.
Se puede colocar agua y algún tipo de alimento para su visita y al igual que las personas se puede colocar su fotografía o algún objeto que lo recuerde dentro del altar.
LA FECHA Y LA INFLUENCIA DE LA CONQUISTA ESPAÑOLA
Al ser de origen prehispánico, las culturas de esos tiempos veían en la muerte una unidad dialéctica, siendo un binomio la vida y la muerte, por lo que estaba tan presente en varias de sus representaciones. Pero, los españoles tenían una concepción más unitaria sobre el alma, por lo que no comprendían muchas de las tradiciones.
Buscando mantener este tipo de celebración y hacerla acorde a sus nuevas creencias, se comenzó a festejar el 1 de noviembre, siendo el día en que se acostumbraba a realizar misas o votos para los fieles difuntos, al ser una tradición que venía del Siglo XIII cuando la iglesia romana aceptó la celebración en la que originalmente se recordaba a Los Macabeos.
El 2 de noviembre se integró a los festejos después de las pestes del siglo XIV cuando el calendario cristiano añadió el día para orar por todos los Fieles Difuntos. Con el paso del tiempo, estas fechas comenzaron a ser modificadas y se convirtieron en una fiesta popular, así como en la celebración que conocemos hasta nuestros días.