/ sábado 18 de febrero de 2023

Atlixco pasó de villa a ducado y después a ciudad | Los tiempos idos

Tras fundar la ciudad de Puebla, los españoles pusieron la mira en este lugar valioso para la siembra, siglos después floreció la industria fabril

Cuando los españoles llegaron a territorio poblano en el siglo XVI, la ciudad de Atlixco ni era ciudad ni se llamaba Atlixco.

Durante el virreinato, la planicie propia para la siembra se convirtió en una población importante por sus cultivos, que abastecían a todo el país.

El sitio pasó de villa a ducado y después a ciudad. Sin dejar de lado su vocación para la siembra, en Atlixco comenzó a florecer la industria fabril que trajo desarrollo económico a la región, pero también una lucha gremial.


A finales del siglo XX, Atlixco se convirtió en zona turística con la creación de un centro vacacional, balnearios y un fraccionamiento de lujo con casas de descanso.

Panorámica de Atlixco | Foto: Cortesía México en Fotos

El lugar sobre el agua

La ciudad de Atlixco se asentó en llanos propios para el cultivo sobre lo que antiguamente fue conocido como Quauhquechollan (lugar del águila Quecholli), a las faldas del Cerro de San Miguel.

El sitio nunca se llamó Atlixco, pero el valle sí. Desde tiempos prehispánicos fue una zona de siembra que se ha visto favorecida por los deshielos del volcán Popocatépetl. Abarca una franja de entre 30 y 40 kilómetros ubicada entre Puebla y Matamoros. Es un valle que es regado principalmente por el río Cantarranas, Nexapa y Atoyac, expone José Raymundo Alvarado Huerta, talabartero de oficio, historiador y cronista de la ciudad.

Cuando los españoles llegaron al lugar que hoy ocupa Atlixco, estaba desierto y los solares repartidos entre Calpan y Huejotzingo. Tras la fundación de Puebla (1532), la migración española no se detuvo y los nuevos habitantes de la ciudad comenzaron a poner sus ojos en esta planicie deshabitada.

“Los españoles solicitaron tierras para siembra y les otorgaron las del lado oriente de Atlixco. Los franciscanos ya habían llegado en 1540 y su convento estaba en construcción”, comenta.

A finales del siglo XVI, en 1579, el poblado recibió el nombre de Villa de Carrión. En los documentos antiguos aparece como “Villa de Carrión Valle de Atlixco”, dice José, quien asegura que así comenzó a surgir su denominación actual.

El cerro de San Miguel en 1916 | Foto: Cortesía México en Fotos

El ducado de Atrisco

La Villa de Carrión comenzó a ser una población importante porque generaba mucho dinero a través de la agricultura y se convirtió en una alcaldía mayor. De hecho, durante el virreinato, a Puebla se le conoció como el “Granero de la Nueva España”, porque tenía una zona muy grande en la que se cultivaba el trigo que abastecía a todo México.


En el año 1700 murió el rey Carlos II sin descendencia, por lo que su línea de sucesión terminó. Él perteneció a la Casa de Hasburgo, también conocida como Casa de Austria, y al morir los Borbones tomaron el poder en España.

José narra que en ese momento el responsable de administrar y gobernar la Nueva España en representación del rey Carlos II era el virrey José Sarmiento Valladares. Y como él había sido designado por los Hasburgo, le fue solicitado regresar al reino, pero con la mayor riqueza posible.

“La Flota de Plata venía recogiendo riquezas desde Venezuela y cuando llegó a Veracruz ya la esperaban buques de guerra franceses para protegerlos durante la travesía al viejo continente. José Sarmiento se llevó todo cuanto pudo. Al llegar a España los puertos estaban bloqueados y al desviarse al norte los atacaron. Pero él rescató mucha de la riqueza que llevaba para la Corona, plata, oro, piedras preciosas y, además, a su llegada hizo un donativo”, señala.

El 25 de noviembre de 1704, por los servicios prestados a la Corona, el rey Felipe V, que se había impuesto en el poder, le otorgó a José Sarmiento Valladares el “ducado de Atrisco” (hace referencia a Atlixco). El duque falleció en septiembre de 1708.

Sarmiento había sido comisionado como virrey de la Nueva España porque se casó con la tercera condesa de Moctezuma, emparentada con el emperador azteca. Fue nieta de Pedro Tesifón de Moctezuma, que a su vez era bisnieto de Moctezuma II. Al rey Carlos II le pareció apropiada su condición de noble. Aunque cuando llegó a México ya se había casado en segundas nupcias con otra mujer porque la condesa había fallecido.

Templo de San Francisco | Foto: Cortesía México en Fotos

La nueva ciudad

El 14 de febrero de 1843, el presidente Nicolás Bravo reconoció su contribución en el Movimiento de Independencia y declaró a Atlixco como “ciudad”, bajo ese nombre.

Poco más de un siglo después, el 14 de febrero de 1954, el gobernador del estado, Rafael Ávila Camacho, inauguró el Parque Colón y el quiosco, en el zócalo de Atlixco.

Como toda ciudad de españoles, Atlixco se trazó a partir del zócalo, que es el sitio en el que transcurría la vida de los habitantes y era zona de paso para comerciantes.


El mercado se instalaba en el Portal Iturbide (hoy Portal Hidalgo). Luego lo pasaron, con ese mismo nombre, a su lugar actual. Ahora se llama mercado Benito Juárez.

“Mi padre, Raymundo Alvarado Aburto, era comerciante viajero y en una de esas llegó a Atlixco con un lote de artículos para vender. Se instaló en el mercado y lo acabó todo. A pesar de que ese día hubo muertos decidió venirse a vivir acá”, asegura José Alvarado, quien agrega que en ese tiempo había una lucha tremenda entre la CROM (Cámara Regional Obrera Mexicana) y la CTM (Confederación de Trabajadores de México). Había muertos en las calles por la hegemonía de los sindicatos.

Su padre era originario de Huatusco, Veracruz, nació en 1899. A temprana edad había aprendido el oficio de talabartero. Fue soldado durante la Revolución y después comerciante. En 1940, se afincó en la ciudad de Atlixco. Ese mismo año, el 10 de mayo, abrió su negocio en el antiguo Portal Iturbide.

Aspecto de la calle Morelos durante la primera mitad del siglo XX | Foto: Cortesía José Alvarado Huerta

“Puso la talabartería donde ahora está el hotel Mansión del Conde y la llamó ´La Atlixquense´. Mi mamá, Ana María Huerta Rangel, trabajaba en el local de junto en una zapatería, y así la conoció. Fuimos cuatro hijos, yo soy el mayor y nací en esa casa el 8 de agosto de 1952”, detalla.

El trabajo de talabartero de Raymundo rindió frutos y se hizo de clientela. Después de treinta años en el portal, a finales de los sesenta, se cambió a la Avenida Independencia con el nombre de “La Antigua Atlixquense”. Estuvo ahí poco tiempo y se mudó a su ubicación actual, en la calle 7 Sur 1103, colonia Álvaro Obregón. Conservó el nombre.

Raymundo había llegado a Atlixco con una recomendación del gobernador de Veracruz, porque en esa época, su hermano era secretario de Gobernación de ese estado. Además del oficio de talabartero que desempeñaba, trabajó en el Ayuntamiento, fue administrador del mercado y administrador del Rastro Municipal por 15 años.

“Probablemente, la talabartería es el negocio más antiguo de Atlixco. Aprendí el oficio con mi padre que fue el mejor maestro. Yo siempre he sido el dueño porque mi papá puso el negocio a mi nombre desde que era niño. Él lo manejaba pero yo firmaba los papeles”, sentencia.

José estudió en la Universidad de Puebla Ingeniería Química, después Economía y fue oyente de la facultad de Filosofía y Letras, pero le ganó el oficio de talabartero. Cuando su padre falleció, la talabartería y la responsabilidad de la familia recayó sobre él. Desde entonces, se dedicó de lleno al oficio y hoy es reconocido por la comunidad, por el turismo que llega a su negocio para tomarse fotos y por medios de comunicación.

Así lucía el zócalo de Atlixco cuando se empezaron las obras del quiosco. En la imagen del lado derecho, se aprecia la plataforma donde fue construido | Foto: Cortesía Abacum Reyes

El movimiento obrero

Hacia finales del siglo XIX empezó a surgir en Atlixco la industria fabril. Se comenzaron a establecer fábricas textiles como La Concepción (1850), León, El Volcán, La Carolina, El Carmen, Los Molinos y Metepec.

“Metepec se fundó en 1902 y fue la segunda fábrica más grande en México en los tiempos del porfiriato. Por eso se formó el pueblo (homónimo), porque llegaron a vivir a Atlixco trabajadores de Tlaxcala y otros lugares. El boom de estas fábricas fue en 1940 a causa de la Segunda Guerra Mundial. Aquí se hacía mucha tela que vendían a Estados Unidos (para uniformes)”, señala José.



Benjamín López Velarde Hurtado fue uno de esos trabajadores que llegó a vivir a Atlixco a principios del siglo XX en busca de un futuro promisorio.

“Mi abuelo nació en Aguascalientes y se vino a Atlixco por una oportunidad de trabajo, porque era un centro fabril de gran nivel. Por la cantidad de obreros que había, los presidentes de la República venían a hacer campaña cuando eran candidatos”, refiere su nieto Benjamín Minutti López Velarde, una figura pública en el municipio conocido por su programa “Caminando por Atlixco.

Su abuelo empezó a trabajar como obrero en Metepec y conoció a Ana María Trejo de López Velarde con quien se casó y tuvo tres hijos. Así comenzó a relacionarse con la comunidad atlixquense.

“Era un hombre empático que se mezclaba muy bien con el pueblo porque tenía los mismos ideales. Tenía mucho porte y siempre andaba bien vestido, pero era muy modesto tanto en su forma de vivir como de actuar. No tenía una carrera, pero era un hombre que leía mucho. Su carácter y su empatía generaban mucha confianza por lo que la gente se le acercaba mucho. Por eso llegó a ser observado como una de las figuras más importantes de Atlixco en esa época”, detalla.

“Mi abuelo inició como obrero, pero llegó a los cargos más altos. Por su carácter incorruptible le dieron la caja, que era la persona que le pagaba a los trabajadores y tenía que ser alguien de mucha confianza. Así comenzó a tener una posición especial al lado de don Antonio J. Hernández, el líder sindical”, agrega.

Benjamín López Velarde, presidente municipal de Atlixco en el período 1957-1960 | Foto: Cortesía

Antonio J. Hernández fue uno de los grandes líderes de la Cámara Regional Obrera Mexicana (CROM), férreo defensor de los derechos de los trabajadores, quien es bien recordado entre los atlixquenses por su lucha y por su apoyo a la educación de niños y jóvenes.

La cercanía que Benjamín López Velarde tuvo con don Antonio J. Hernández le permitió ser primero secretario general del ayuntamiento y, posteriormente, para el ejercicio 1957-1960, presidente municipal de Atlixco.

“Su principal función fue como operador político dentro del sindicato de la CROM para acercar a los diversos líderes. Era un hombre que generaba paz, siempre pacífico acercaba a las diferentes partes. Trascendió como un hombre constructor de acuerdos y como asesor político de Antonio J. Hernández, a quien incluso, le redactó sus discursos”, puntualiza Benjamín.

En 1967, Metepec, la fábrica de hilados y tejidos más importante de Atlixco, cerró sus puertas. Así terminó la época de impulso económico que la industria textil había traído a la ciudad.

A finales del siglo XX, Metepec resurgió cuando su estructura fue reformada y se estableció el Instituto Nacional de Rehabilitación, pero no funcionó. Más tarde se creó un centro vacacional que detonó el turismo en la región junto con diferentes balnearios que se establecieron en la carretera a Izúcar de Matamoros.

Asimismo, en 1981, se comenzó a desarrollar el exclusivo fraccionamiento El Cristo. Donde gente con alto poder adquisitivo adquirió casas de descanso para acudir los fines de semana en familia.

El presidente Ávila Camacho en su visita a la fábrica Metepec en Atlixco | Foto: Cortesía Abacum Reyes

Acerca de la población

Atlixco se encuentra a 33 kilómetros de la ciudad de Puebla, cerca de 40 minutos por la carretera federal.

Actualmente el municipio, localizado en la región 1 de Atlixco, está habitado por 141 mil 793 personas, de las cuales el 47.20% son hombre y el 52.80% son mujeres. En la cabecera municipal habitan un total de 89 mil 314 personas y el resto, en localidades de diversos tamaños. Esto de acuerdo al Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).

Aspecto Actual del Portal Hidalgo | Foto: José Luis Bravo


Cuando los españoles llegaron a territorio poblano en el siglo XVI, la ciudad de Atlixco ni era ciudad ni se llamaba Atlixco.

Durante el virreinato, la planicie propia para la siembra se convirtió en una población importante por sus cultivos, que abastecían a todo el país.

El sitio pasó de villa a ducado y después a ciudad. Sin dejar de lado su vocación para la siembra, en Atlixco comenzó a florecer la industria fabril que trajo desarrollo económico a la región, pero también una lucha gremial.


A finales del siglo XX, Atlixco se convirtió en zona turística con la creación de un centro vacacional, balnearios y un fraccionamiento de lujo con casas de descanso.

Panorámica de Atlixco | Foto: Cortesía México en Fotos

El lugar sobre el agua

La ciudad de Atlixco se asentó en llanos propios para el cultivo sobre lo que antiguamente fue conocido como Quauhquechollan (lugar del águila Quecholli), a las faldas del Cerro de San Miguel.

El sitio nunca se llamó Atlixco, pero el valle sí. Desde tiempos prehispánicos fue una zona de siembra que se ha visto favorecida por los deshielos del volcán Popocatépetl. Abarca una franja de entre 30 y 40 kilómetros ubicada entre Puebla y Matamoros. Es un valle que es regado principalmente por el río Cantarranas, Nexapa y Atoyac, expone José Raymundo Alvarado Huerta, talabartero de oficio, historiador y cronista de la ciudad.

Cuando los españoles llegaron al lugar que hoy ocupa Atlixco, estaba desierto y los solares repartidos entre Calpan y Huejotzingo. Tras la fundación de Puebla (1532), la migración española no se detuvo y los nuevos habitantes de la ciudad comenzaron a poner sus ojos en esta planicie deshabitada.

“Los españoles solicitaron tierras para siembra y les otorgaron las del lado oriente de Atlixco. Los franciscanos ya habían llegado en 1540 y su convento estaba en construcción”, comenta.

A finales del siglo XVI, en 1579, el poblado recibió el nombre de Villa de Carrión. En los documentos antiguos aparece como “Villa de Carrión Valle de Atlixco”, dice José, quien asegura que así comenzó a surgir su denominación actual.

El cerro de San Miguel en 1916 | Foto: Cortesía México en Fotos

El ducado de Atrisco

La Villa de Carrión comenzó a ser una población importante porque generaba mucho dinero a través de la agricultura y se convirtió en una alcaldía mayor. De hecho, durante el virreinato, a Puebla se le conoció como el “Granero de la Nueva España”, porque tenía una zona muy grande en la que se cultivaba el trigo que abastecía a todo México.


En el año 1700 murió el rey Carlos II sin descendencia, por lo que su línea de sucesión terminó. Él perteneció a la Casa de Hasburgo, también conocida como Casa de Austria, y al morir los Borbones tomaron el poder en España.

José narra que en ese momento el responsable de administrar y gobernar la Nueva España en representación del rey Carlos II era el virrey José Sarmiento Valladares. Y como él había sido designado por los Hasburgo, le fue solicitado regresar al reino, pero con la mayor riqueza posible.

“La Flota de Plata venía recogiendo riquezas desde Venezuela y cuando llegó a Veracruz ya la esperaban buques de guerra franceses para protegerlos durante la travesía al viejo continente. José Sarmiento se llevó todo cuanto pudo. Al llegar a España los puertos estaban bloqueados y al desviarse al norte los atacaron. Pero él rescató mucha de la riqueza que llevaba para la Corona, plata, oro, piedras preciosas y, además, a su llegada hizo un donativo”, señala.

El 25 de noviembre de 1704, por los servicios prestados a la Corona, el rey Felipe V, que se había impuesto en el poder, le otorgó a José Sarmiento Valladares el “ducado de Atrisco” (hace referencia a Atlixco). El duque falleció en septiembre de 1708.

Sarmiento había sido comisionado como virrey de la Nueva España porque se casó con la tercera condesa de Moctezuma, emparentada con el emperador azteca. Fue nieta de Pedro Tesifón de Moctezuma, que a su vez era bisnieto de Moctezuma II. Al rey Carlos II le pareció apropiada su condición de noble. Aunque cuando llegó a México ya se había casado en segundas nupcias con otra mujer porque la condesa había fallecido.

Templo de San Francisco | Foto: Cortesía México en Fotos

La nueva ciudad

El 14 de febrero de 1843, el presidente Nicolás Bravo reconoció su contribución en el Movimiento de Independencia y declaró a Atlixco como “ciudad”, bajo ese nombre.

Poco más de un siglo después, el 14 de febrero de 1954, el gobernador del estado, Rafael Ávila Camacho, inauguró el Parque Colón y el quiosco, en el zócalo de Atlixco.

Como toda ciudad de españoles, Atlixco se trazó a partir del zócalo, que es el sitio en el que transcurría la vida de los habitantes y era zona de paso para comerciantes.


El mercado se instalaba en el Portal Iturbide (hoy Portal Hidalgo). Luego lo pasaron, con ese mismo nombre, a su lugar actual. Ahora se llama mercado Benito Juárez.

“Mi padre, Raymundo Alvarado Aburto, era comerciante viajero y en una de esas llegó a Atlixco con un lote de artículos para vender. Se instaló en el mercado y lo acabó todo. A pesar de que ese día hubo muertos decidió venirse a vivir acá”, asegura José Alvarado, quien agrega que en ese tiempo había una lucha tremenda entre la CROM (Cámara Regional Obrera Mexicana) y la CTM (Confederación de Trabajadores de México). Había muertos en las calles por la hegemonía de los sindicatos.

Su padre era originario de Huatusco, Veracruz, nació en 1899. A temprana edad había aprendido el oficio de talabartero. Fue soldado durante la Revolución y después comerciante. En 1940, se afincó en la ciudad de Atlixco. Ese mismo año, el 10 de mayo, abrió su negocio en el antiguo Portal Iturbide.

Aspecto de la calle Morelos durante la primera mitad del siglo XX | Foto: Cortesía José Alvarado Huerta

“Puso la talabartería donde ahora está el hotel Mansión del Conde y la llamó ´La Atlixquense´. Mi mamá, Ana María Huerta Rangel, trabajaba en el local de junto en una zapatería, y así la conoció. Fuimos cuatro hijos, yo soy el mayor y nací en esa casa el 8 de agosto de 1952”, detalla.

El trabajo de talabartero de Raymundo rindió frutos y se hizo de clientela. Después de treinta años en el portal, a finales de los sesenta, se cambió a la Avenida Independencia con el nombre de “La Antigua Atlixquense”. Estuvo ahí poco tiempo y se mudó a su ubicación actual, en la calle 7 Sur 1103, colonia Álvaro Obregón. Conservó el nombre.

Raymundo había llegado a Atlixco con una recomendación del gobernador de Veracruz, porque en esa época, su hermano era secretario de Gobernación de ese estado. Además del oficio de talabartero que desempeñaba, trabajó en el Ayuntamiento, fue administrador del mercado y administrador del Rastro Municipal por 15 años.

“Probablemente, la talabartería es el negocio más antiguo de Atlixco. Aprendí el oficio con mi padre que fue el mejor maestro. Yo siempre he sido el dueño porque mi papá puso el negocio a mi nombre desde que era niño. Él lo manejaba pero yo firmaba los papeles”, sentencia.

José estudió en la Universidad de Puebla Ingeniería Química, después Economía y fue oyente de la facultad de Filosofía y Letras, pero le ganó el oficio de talabartero. Cuando su padre falleció, la talabartería y la responsabilidad de la familia recayó sobre él. Desde entonces, se dedicó de lleno al oficio y hoy es reconocido por la comunidad, por el turismo que llega a su negocio para tomarse fotos y por medios de comunicación.

Así lucía el zócalo de Atlixco cuando se empezaron las obras del quiosco. En la imagen del lado derecho, se aprecia la plataforma donde fue construido | Foto: Cortesía Abacum Reyes

El movimiento obrero

Hacia finales del siglo XIX empezó a surgir en Atlixco la industria fabril. Se comenzaron a establecer fábricas textiles como La Concepción (1850), León, El Volcán, La Carolina, El Carmen, Los Molinos y Metepec.

“Metepec se fundó en 1902 y fue la segunda fábrica más grande en México en los tiempos del porfiriato. Por eso se formó el pueblo (homónimo), porque llegaron a vivir a Atlixco trabajadores de Tlaxcala y otros lugares. El boom de estas fábricas fue en 1940 a causa de la Segunda Guerra Mundial. Aquí se hacía mucha tela que vendían a Estados Unidos (para uniformes)”, señala José.



Benjamín López Velarde Hurtado fue uno de esos trabajadores que llegó a vivir a Atlixco a principios del siglo XX en busca de un futuro promisorio.

“Mi abuelo nació en Aguascalientes y se vino a Atlixco por una oportunidad de trabajo, porque era un centro fabril de gran nivel. Por la cantidad de obreros que había, los presidentes de la República venían a hacer campaña cuando eran candidatos”, refiere su nieto Benjamín Minutti López Velarde, una figura pública en el municipio conocido por su programa “Caminando por Atlixco.

Su abuelo empezó a trabajar como obrero en Metepec y conoció a Ana María Trejo de López Velarde con quien se casó y tuvo tres hijos. Así comenzó a relacionarse con la comunidad atlixquense.

“Era un hombre empático que se mezclaba muy bien con el pueblo porque tenía los mismos ideales. Tenía mucho porte y siempre andaba bien vestido, pero era muy modesto tanto en su forma de vivir como de actuar. No tenía una carrera, pero era un hombre que leía mucho. Su carácter y su empatía generaban mucha confianza por lo que la gente se le acercaba mucho. Por eso llegó a ser observado como una de las figuras más importantes de Atlixco en esa época”, detalla.

“Mi abuelo inició como obrero, pero llegó a los cargos más altos. Por su carácter incorruptible le dieron la caja, que era la persona que le pagaba a los trabajadores y tenía que ser alguien de mucha confianza. Así comenzó a tener una posición especial al lado de don Antonio J. Hernández, el líder sindical”, agrega.

Benjamín López Velarde, presidente municipal de Atlixco en el período 1957-1960 | Foto: Cortesía

Antonio J. Hernández fue uno de los grandes líderes de la Cámara Regional Obrera Mexicana (CROM), férreo defensor de los derechos de los trabajadores, quien es bien recordado entre los atlixquenses por su lucha y por su apoyo a la educación de niños y jóvenes.

La cercanía que Benjamín López Velarde tuvo con don Antonio J. Hernández le permitió ser primero secretario general del ayuntamiento y, posteriormente, para el ejercicio 1957-1960, presidente municipal de Atlixco.

“Su principal función fue como operador político dentro del sindicato de la CROM para acercar a los diversos líderes. Era un hombre que generaba paz, siempre pacífico acercaba a las diferentes partes. Trascendió como un hombre constructor de acuerdos y como asesor político de Antonio J. Hernández, a quien incluso, le redactó sus discursos”, puntualiza Benjamín.

En 1967, Metepec, la fábrica de hilados y tejidos más importante de Atlixco, cerró sus puertas. Así terminó la época de impulso económico que la industria textil había traído a la ciudad.

A finales del siglo XX, Metepec resurgió cuando su estructura fue reformada y se estableció el Instituto Nacional de Rehabilitación, pero no funcionó. Más tarde se creó un centro vacacional que detonó el turismo en la región junto con diferentes balnearios que se establecieron en la carretera a Izúcar de Matamoros.

Asimismo, en 1981, se comenzó a desarrollar el exclusivo fraccionamiento El Cristo. Donde gente con alto poder adquisitivo adquirió casas de descanso para acudir los fines de semana en familia.

El presidente Ávila Camacho en su visita a la fábrica Metepec en Atlixco | Foto: Cortesía Abacum Reyes

Acerca de la población

Atlixco se encuentra a 33 kilómetros de la ciudad de Puebla, cerca de 40 minutos por la carretera federal.

Actualmente el municipio, localizado en la región 1 de Atlixco, está habitado por 141 mil 793 personas, de las cuales el 47.20% son hombre y el 52.80% son mujeres. En la cabecera municipal habitan un total de 89 mil 314 personas y el resto, en localidades de diversos tamaños. Esto de acuerdo al Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).

Aspecto Actual del Portal Hidalgo | Foto: José Luis Bravo


Elecciones 2024

Mario Riestra firma Compromiso por el Desarrollo Sustentable y la Acción Climática

El objetivo es promover un futuro más justo, equitativo y próspero para todas las y los ciudadanos

Policiaca

Carambola deja dos muertos y siete lesionados en el Arco Poniente

El percance se registró entre un vehículo tipo Van y un camión cargado de material de construcción

Policiaca

Vinculan a proceso exdocente que grababa a mujeres en la Feria de Puebla

El ahora exprofesor de la BUAP realizó grabaciones a mujeres en el Centro Expositor de la Feria de Puebla el pasado 1 de mayo

Elecciones 2024

Alejandro Armenta firma una serie de compromisos en favor de los animales

El candidato morenista a la gubernatura se reunió con liderazgos de organizaciones que trabajan por el bienestar de los animales

Cultura

'La casa del que mató al animal', de vivienda a hotel y sede de El Sol de Puebla | Los tiempos idos

El edificio, ubicado en la calle 3 Oriente esquina 2 Sur, fue una de las primeras construcciones de la antigua Ciudad de los Ángeles

Policiaca

Policía de Atlixco fallece tras volcadura de patrulla durante una persecución

Los agentes perseguían a unos delincuentes en la federal Puebla-Izúcar de Matamoros, después de que atracaran una farmacia