/ martes 30 de agosto de 2022

Diego Hernández, orgulloso de formar parte de los Yankees tras su primer año con el equipo

El lanzador poblano comparte su experiencia en la liga Rookie de República Dominicana, su evolución y la manera en que el equipo más ganador prepara a sus promesas

A Diego Hernández Zapata lo asaltaron las dudas tan sólo días después de estampar su firma con los Yankees de Nueva York, la organización más ganadora en la historia de las Ligas Mayores.

¿Qué vendrá, cómo funcionará todo, que me espera en mi camino?, se preguntaba una y otra vez el joven lanzador, con 18 años recién cumplidos, y quien había dado ya el primer paso en sus aspiraciones por hacer una carrera en la pelota rentada.

Pronto descubrió que la experiencia sería inolvidable. “Desde que te subes al avión para ir a República Dominicana pasan infinidad de cosas por tu mente, pero cuando llegas y ves las instalaciones de la organización, dices ¡wow!, qué emoción y qué orgullo estar aquí”, confesó el famoso “Cachora”, bautizado así por sus raíces sinaloenses y su color de piel.

Diego ya dio su primer paso en la liga de novatos de República Dominicana, en ese sueño que lo asalta desde niño, convertirse en jugador de Grandes Ligas, y que espera cumplir en un máximo de cinco años.

Ese sueño implica recorrer en tan solo un lustro las ligas de desarrollo: Rookie, Clase “A”, Clase “A” fuerte, “AA”, “AAA”, hasta aparecer en la Gran Carpa.

“Cuatro o cinco años es el tiempo ideal. Llegar al equipo grande a los 21-22 años sería maravilloso”, agrega el serpentinero derecho en entrevista exclusiva con El Sol de Puebla, después de cumplir con una campaña de ensueño con los “Bombers”, uno de los dos equipos de los Yankees en la Liga de Novatos de República Dominicana, donde registró marca de cuatro triunfos, dos derrotas y una efectividad de 2.10 en carreras limpias, en 34 entradas y un tercio, con 14 bases y 48 ponches, dentro una temporada de 60 juegos.

“Desde que llegas a la Academia es algo espectacular. Presentar tus exámenes físicos, el entrenamiento día a día, ver tu nombre en el roster, vestir el uniforme a rayas y ser un Yankee, es un orgullo.

“Después el trabajo con los instructores (Gabriel Tatis y Alexander Rosario), cómo ven tu mecánica y te ayudan a mejorar, explicando el por qué. Desde el agarre de la bola, tu movimiento, la caída, es algo fenomenal.

“Como pitcher te explican cómo agarrar la bola para un mejor cambio, mejor slider, más control, como colocar los lanzamientos, la secuencia de pitcheos. Eso te ayuda enormemente a crecer.

“Los instructores te dicen, aquí vas a perfeccionar lo bueno y a mejorar lo malo, y uno lo agradece.

“Es como cursar la escuela, en rookie vamos en primaria y así vamos a ir creciendo, porque te preparan para ser un Yankee dentro y fuera del campo”.

El poblano, que compartió créditos con otros tres mexicanos, entre ellos Santiago “Gallito” Gómez, dice que lo que más le gustó de los Yankees es su filosofía.

“Educan al jugador no sólo para triunfar en el campo, sino fuera de él, con tres principios básicos: Tomar responsabilidad de tus acciones, hacer tu trabajo (estar donde debes y hacer lo que te corresponde) y dejar mejor las cosas de lo que las encontraste.

“En Yankeess están prohibidos piercing, tatuajes, consumir sustancias prohibidas y el robo. Hay cámaras por todos lados. En esta generación expulsaron a dos muchachos: uno falló en el doping, y a otro lo cacharon robando 50 dólares.

“Si te tomas algún medicamento tienes que reportarlo con la organización y si lo autorizan… adelante, si no, corres el riesgo de dar positivo -porque te hacen exámenes a cada rato- y hasta ahí llegaste con ellos. Es bueno, porque te van haciendo responsable para no cometer ese tipo de errores a lo largo de tu vida”, explica Diego.

“Es más, ellos mismos te dicen, quieres traer tatuajes, andar con el cabello largo, y otras cosas, allí están otras organizaciones. Por eso muchos jóvenes prefieren irse a otro lado porque son más flexibles”, añade.

Diego en el Complejo de los Yankees en República Dominicana. Foto: Cortesía Jaime Hernández

Su primer año

La primera experiencia de Diego como lanzador de la organización fue incomparable. Participó en 12 juegos, cinco de ellos como inicialista, pero lo principal fue todo lo que aprendió.

“Desde que te levantas, como toda academia, allí hay beisbol. Trabajas desde temprano hasta que llega el momento del juego. Te llevan paso a paso, a un abridor se le permiten entre 60 y 70 pitcheos, mientras que como relevo largo entre 20 y 50”, comparte.

Hasta hoy, a sus 18 años recién cumplidos, el poblano nacido en el seno de la Liga Zaragoza, maneja tres pitcheos: recta, cambio y slider. Su velocidad ha alcanzado hasta las 92 millas, pero su recta sostenida oscila entre 88 y 89 millas. Como mexicano, es muy buena para su edad.

Pero esos tres pitcheos en tan solo dos meses, con la enseñanza de los instructores, como Alexander Rosario, han crecido, sobre todo el cambio y slider.

“La verdad la mejoría en el cambio fue marcada. Se caía y se movía mucho para la derecha. Ahora hay más control sobre el pitcheo y fue de gran ayuda.

“Con el slider se mejoró enormemente. Es un pitcheo que oscila entre las 74 y 78 millas, pero con un movimiento en descenso de 26 pulgadas, fue letal para rematar a los bateadores rivales. Ese lanzamiento lo tenemos bien controlado”, acepta.

Aunque reconoce que el primer año fue increíble, los instructores tampoco te dan ilusiones. “Sólo te dicen que fue una buena temporada y ya, como invitándome a seguir trabajando.

“Eso sí desde que llegué me sentí cobijado, el trato es parejo para todos, y te transmiten la principal característica de un yankee: si cometes un error, hay que corregirlo.

“Aquí es como la primaria, te enseñan a estudiar el beisbol, a ser constante, como pitcher a que ataques la zona, a tirar strikes y sobre todo a desarrollar tu carácter.

“Para estar en Grandes Ligas hay que hacer lo básico del beisbol, pero de manera perfecta, te dicen”.

En ese sentido, el serpentinero derecho busca seguir el ejemplo de otros mexicanos como Julio y Luis Urías que tardaron cinco años en llegar al equipo grande.

El lanzador poblano con los instructores de la academia de los neoyorquinos en Dominicana. Foto: Cortesía Jaime Hernández

“Nada es imposible, pero se debe ir paso a paso y concentrarnos en lo actual”, añade Diego quien cursa al mismo tiempo el tercer año de preparatoria y desea estudiar la carrera de Administración de Empresas.

“Hay que prepararse para todo, las facultades no son eternas y si viene una lesión, te respalda el estudio”, reconoce “Cachora”, quien se ve en el espejo de lanzadores como Gerrit Cole, Shohei Ohtani y Jacob deGrom, a quienes admira por sus virtudes y su lenguaje corporal a la hora de estar en el centro del diamante.

“Los tres son grandes, pero me quedo con Cole, porque es de los nuestros”, remata.

A Diego Hernández Zapata lo asaltaron las dudas tan sólo días después de estampar su firma con los Yankees de Nueva York, la organización más ganadora en la historia de las Ligas Mayores.

¿Qué vendrá, cómo funcionará todo, que me espera en mi camino?, se preguntaba una y otra vez el joven lanzador, con 18 años recién cumplidos, y quien había dado ya el primer paso en sus aspiraciones por hacer una carrera en la pelota rentada.

Pronto descubrió que la experiencia sería inolvidable. “Desde que te subes al avión para ir a República Dominicana pasan infinidad de cosas por tu mente, pero cuando llegas y ves las instalaciones de la organización, dices ¡wow!, qué emoción y qué orgullo estar aquí”, confesó el famoso “Cachora”, bautizado así por sus raíces sinaloenses y su color de piel.

Diego ya dio su primer paso en la liga de novatos de República Dominicana, en ese sueño que lo asalta desde niño, convertirse en jugador de Grandes Ligas, y que espera cumplir en un máximo de cinco años.

Ese sueño implica recorrer en tan solo un lustro las ligas de desarrollo: Rookie, Clase “A”, Clase “A” fuerte, “AA”, “AAA”, hasta aparecer en la Gran Carpa.

“Cuatro o cinco años es el tiempo ideal. Llegar al equipo grande a los 21-22 años sería maravilloso”, agrega el serpentinero derecho en entrevista exclusiva con El Sol de Puebla, después de cumplir con una campaña de ensueño con los “Bombers”, uno de los dos equipos de los Yankees en la Liga de Novatos de República Dominicana, donde registró marca de cuatro triunfos, dos derrotas y una efectividad de 2.10 en carreras limpias, en 34 entradas y un tercio, con 14 bases y 48 ponches, dentro una temporada de 60 juegos.

“Desde que llegas a la Academia es algo espectacular. Presentar tus exámenes físicos, el entrenamiento día a día, ver tu nombre en el roster, vestir el uniforme a rayas y ser un Yankee, es un orgullo.

“Después el trabajo con los instructores (Gabriel Tatis y Alexander Rosario), cómo ven tu mecánica y te ayudan a mejorar, explicando el por qué. Desde el agarre de la bola, tu movimiento, la caída, es algo fenomenal.

“Como pitcher te explican cómo agarrar la bola para un mejor cambio, mejor slider, más control, como colocar los lanzamientos, la secuencia de pitcheos. Eso te ayuda enormemente a crecer.

“Los instructores te dicen, aquí vas a perfeccionar lo bueno y a mejorar lo malo, y uno lo agradece.

“Es como cursar la escuela, en rookie vamos en primaria y así vamos a ir creciendo, porque te preparan para ser un Yankee dentro y fuera del campo”.

El poblano, que compartió créditos con otros tres mexicanos, entre ellos Santiago “Gallito” Gómez, dice que lo que más le gustó de los Yankees es su filosofía.

“Educan al jugador no sólo para triunfar en el campo, sino fuera de él, con tres principios básicos: Tomar responsabilidad de tus acciones, hacer tu trabajo (estar donde debes y hacer lo que te corresponde) y dejar mejor las cosas de lo que las encontraste.

“En Yankeess están prohibidos piercing, tatuajes, consumir sustancias prohibidas y el robo. Hay cámaras por todos lados. En esta generación expulsaron a dos muchachos: uno falló en el doping, y a otro lo cacharon robando 50 dólares.

“Si te tomas algún medicamento tienes que reportarlo con la organización y si lo autorizan… adelante, si no, corres el riesgo de dar positivo -porque te hacen exámenes a cada rato- y hasta ahí llegaste con ellos. Es bueno, porque te van haciendo responsable para no cometer ese tipo de errores a lo largo de tu vida”, explica Diego.

“Es más, ellos mismos te dicen, quieres traer tatuajes, andar con el cabello largo, y otras cosas, allí están otras organizaciones. Por eso muchos jóvenes prefieren irse a otro lado porque son más flexibles”, añade.

Diego en el Complejo de los Yankees en República Dominicana. Foto: Cortesía Jaime Hernández

Su primer año

La primera experiencia de Diego como lanzador de la organización fue incomparable. Participó en 12 juegos, cinco de ellos como inicialista, pero lo principal fue todo lo que aprendió.

“Desde que te levantas, como toda academia, allí hay beisbol. Trabajas desde temprano hasta que llega el momento del juego. Te llevan paso a paso, a un abridor se le permiten entre 60 y 70 pitcheos, mientras que como relevo largo entre 20 y 50”, comparte.

Hasta hoy, a sus 18 años recién cumplidos, el poblano nacido en el seno de la Liga Zaragoza, maneja tres pitcheos: recta, cambio y slider. Su velocidad ha alcanzado hasta las 92 millas, pero su recta sostenida oscila entre 88 y 89 millas. Como mexicano, es muy buena para su edad.

Pero esos tres pitcheos en tan solo dos meses, con la enseñanza de los instructores, como Alexander Rosario, han crecido, sobre todo el cambio y slider.

“La verdad la mejoría en el cambio fue marcada. Se caía y se movía mucho para la derecha. Ahora hay más control sobre el pitcheo y fue de gran ayuda.

“Con el slider se mejoró enormemente. Es un pitcheo que oscila entre las 74 y 78 millas, pero con un movimiento en descenso de 26 pulgadas, fue letal para rematar a los bateadores rivales. Ese lanzamiento lo tenemos bien controlado”, acepta.

Aunque reconoce que el primer año fue increíble, los instructores tampoco te dan ilusiones. “Sólo te dicen que fue una buena temporada y ya, como invitándome a seguir trabajando.

“Eso sí desde que llegué me sentí cobijado, el trato es parejo para todos, y te transmiten la principal característica de un yankee: si cometes un error, hay que corregirlo.

“Aquí es como la primaria, te enseñan a estudiar el beisbol, a ser constante, como pitcher a que ataques la zona, a tirar strikes y sobre todo a desarrollar tu carácter.

“Para estar en Grandes Ligas hay que hacer lo básico del beisbol, pero de manera perfecta, te dicen”.

En ese sentido, el serpentinero derecho busca seguir el ejemplo de otros mexicanos como Julio y Luis Urías que tardaron cinco años en llegar al equipo grande.

El lanzador poblano con los instructores de la academia de los neoyorquinos en Dominicana. Foto: Cortesía Jaime Hernández

“Nada es imposible, pero se debe ir paso a paso y concentrarnos en lo actual”, añade Diego quien cursa al mismo tiempo el tercer año de preparatoria y desea estudiar la carrera de Administración de Empresas.

“Hay que prepararse para todo, las facultades no son eternas y si viene una lesión, te respalda el estudio”, reconoce “Cachora”, quien se ve en el espejo de lanzadores como Gerrit Cole, Shohei Ohtani y Jacob deGrom, a quienes admira por sus virtudes y su lenguaje corporal a la hora de estar en el centro del diamante.

“Los tres son grandes, pero me quedo con Cole, porque es de los nuestros”, remata.

Local

Bloqueo en vialidad afecta combate de incendio en Tetela, acusa Céspedes Peregrina

Los incendios no se apagan con bloqueos ni amenazas, señaló el gobernador de Puebla

Policiaca

Riden homenaje a policías que murieron al enfrentarse a delincuentes en Chignahuapan

Francisco, Crescencio, Javier, y Daniel, aseguraron la madrugada del domingo a un sujeto que manejaba una camioneta con equipo táctico

Finanzas

Colegio de Ingenieros anuncia proyecto para medir la intensidad de sismos y detectar daños

El proyecto estará encabezado por ingenieros especialistas, los cuales ayudarán a conocer las propiedades dinámicas de los edificios

Estado

Menor resulta herido de bala tras dispararse accidentalmente arma que tenía en su vivienda

Fueron sus familiares que trasladaron el adolescente a una clínica particular para después ser llevado al Hospital General de Atlixco

Local

Asesinato de policías en Chignahuapan no quedará impune, afirma Céspedes Peregrina

Aproximadamente a las cuatro de la mañana del pasado domingo los elementos detuvieron a un hombre

Estado

Buscan a Paola Juárez Huerta y sus dos hijos, desaparecieron en Cuayucatepec

Familiares piden apoyo para dar con el paradero de la madre y sus dos hijos