En la Lucha Libre y en el comercio el juez último siempre es el público porque es él quien hace a los ídolos o rentable a un negocio a decir de Rey Apocalipsis, luchador del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) en Puebla y carnicero abajo del ring.
Si bien en ambos se vive y se muere por el reconocimiento o desaprobación de la afición o de los marchantes, es entre los suculentos cortes y las vísceras de las reses donde la lucha por la vida en aras de salir adelante o de ser alguien se hace en serio porque en la Lucha Libre “como sea de un costalazo no pasa, pero si te equivocas en la carnicería, ya sea dando un mal producto o simplemente equivocándote en los números de tus ventas te pasas a traer a dos o tres familias porque la gente ya no regresa”, asegura el rudo que aprendió el oficio de carnicero de su padre, al igual y como el de gladiador.
No todos los luchadores pueden darse el lujo de vivir de las llaves como la hurracarrana o la quebradora, de los vuelos o del aplauso de la afición que, si bien no se monetiza, sí alimenta el alma y hasta el ego. Por eso a pesar de los golpes, las serias lesiones, los luchadores “aguantan vara” y vuelven al encordado una y otra vez, a pesar de que al otro día deban de levantarse como Rey Apocalipsis a las cinco de la mañana para atener el negocio que le ha dado de comer a su familia y a otras 20 que trabajan con él.
“Al trabajo no le importa si una noche antes caíste mal y te lesionaste luchando, pues al otro día hay que estar a las cinco de la mañana recibiendo las reses o haciendo números al mediodía; ya después de todo eso habrá tiempo para irse a entrenar, recuperarse y estar listo para la próxima función”, explica el rufián.
“Pero la Lucha Libre es la pasión, es la adrenalina, tal vez sea por el ego de ser reconocido con los aplausos del público cuando lo haces bien aún perdiendo, porque en la Lucha Libre cuando pierdas ganas si es que te entregas al cien”, agrega.
La lucha de Rey Apocalipsis, ya sea debajo de la máscara o sin ella, se libra para satisfacer a la fanaticada. Tal vez sea el karma por encarnar semana a semana la eterna lucha del bien contra el mal.
Todo un personaje
Las palabras de Rey Apocalipsis, un hombre centrado y sabedor de qué debe de hacer en el ring o fuera de él para seguir vigente, parecen poco emparentadas con las de un rufián consumado dentro del cuadrilátero o de alguien que evoca con su sólo nombre una catástrofe capaz de crear una imagen de la destrucción total.
“El personaje lo inventó mi abuelo del pasaje bíblico, porque para él en la lucha el apocalipsis remite a un personaje cadavérico. Así heredo ese nombre y con él comienzo a luchar hasta llegar a la AAA”, cuenta.
“Pero cuando vengo a Puebla al CMLL, Benjamín Mar (administrador de la Arena Puebla) me pregunta con qué nombre voy a luchar… y empiezo a sugerirle nombres compuestos porque Apocalipsis ya había en el CMLL; es ahí cuando se me ocurre Rey Apocalipsis y a él simplemente se le encendieron los ojos y dijo… ‘ése, ese es el nombre muchacho’”, añade.
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Hoy arriba del ring es común verlo con una máscara que tiene un antifaz como sello distintivo, además de unos cuernos. Ambos elementos se repiten en sus más de 20 equipaciones que descansan en casa en un lugar destinado para la Lucha Libre.
Todo esto, aunado a una actitud desfachatada sobre el ring e irreverente, le han dado 10 años de trayectoria en el CMLL. Aunque de eso, irreverente o del personaje sobre el cuadrilátero, poco o anda en la vida real, donde trata de ser lo más recto posible en los negocios como en la vida.
“Somos totalmente opuestos, Rey Apocalipsis es un personaje agresivo, fuerte, irreverente, que no respeta perder o ganar… sólo él le importa. Fuera del encordado brinco cuando veo injusticias, trato de ser lo más tranquilo”, remata el gladiador que sabe muy bien qué es eso de hacer la lucha.
- El abuelo de Rey Apocalipsis era un luchador muy conocido en el sureste mexicano como Enigma Blanco
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