/ lunes 5 de septiembre de 2022

Artista deja vestido en el Mar Muerto y se convierte en una brillante obra de arte [Fotos]

Durante años Sigalit Landau ha desafiado las cálidas y saladas aguas del Mar Muerto y sus resultados son una verdadera obra de arte

¿Qué pasa si sumerges un tutú, un zapato o cualquier objeto en el Mar Muerto? Una artista dejó un vestido durante dos años entre las profundidades del lago más salado del mundo y el resultado se convirtió en una verdadera obra de arte.

Y es que, en el mundo existen ciertas personas que con su imaginación pueden llegar a ser verdaderamente creativos, tal es el caso de la israelí Sigalit Landau, quien durante años ha desafiado las cálidas y saladas aguas de este mar ubicado entre Israel y Jordania.

Vestido que se convirtió en obra de cristal

Toda esta aventura dio inicio en el 2014, cuando decidió sumergir un vestido negro de luto -de 1920- en el Mar Muerto de Israel; dos años después, en 2016, decidió sacarlo de sus aguas saladas y el resultado fue asombroso, pues la bella prenda se había convertido en una brillante escultura cristalina formada por la acumulación de sal a su alrededor.

Estas aguas son como un laboratorio”, ha declarado en varias ocasiones la artista a los medios de comunicación; asimismo, ha dado a conocer que desde pequeña ha sentido una verdadera fascinación por el Mar Muerto, pues desde su casa de la infancia, situada en una colina de Jerusalén, Sigalit podía contemplar el mar y sentir la sal en la boca los días de viento, sin saber que años después, esa sal sería el eje central de toda su obra artística.

Las imágenes que muestran la transformación química que el vestido negro sufrió, puesto a remojar en el 2014, fueron parte de la exhibición “Novia de sal”, misma que estuvo integrada por ocho fotografías de gran formato y que han estado exhibidas en importantes museos.

La sal de mar, una inspiración a su propuesta artística

El Mar Muerto es uno de los órganos de agua más salados de la Tierra, pues tiene un 34 por ciento de salinidad, esto quiere decir que es varias veces más salado que el océano abierto. Debido a que el agua del lago se evapora, cada año sus aguas se reduce en aproximadamente cinco pies (1.5 metros), algo que hace que cada vez sea más salado; asimismo, la hipersalinidad del agua hace que sea más densa que el agua ordinaria, que es lo que permite a las personas flotar.

Pero no solo un vestido ha sido parte de los “experimentos” que esta artista ha montado, pues durante años Landau se ha dedicado a colgar diversidad de objetos en marcos, en el lago de sal; para posteriormente retirarlos. No obstante, algunos se vuelven tan pesados por la sal que se les pega, motivo por el que que deben ser cargados por cuatro personas.

Un vestido de novia, 500 sandías, un violín, un par de zapatos y lámparas de cristal, entre muchas otras cosas, forman parte de los particulares objetos que la artista ha puesto en el Mar Salado; posteriormente, con su cámara ha registrado el proceso a través del cual estas piezas se han convertido en pesadas esculturas de sal.

Es importante destacar que Sigalit Landau nació en Jerusalén en 1969 y es una artista interdisciplinar que trabaja con instalación, vídeo, fotografía y escultura. Se graduó de la Academia Bezalel de Arte y Diseño en Jerusalén en 1994 y después de varios años en Europa y Estados Unidos, regresó a Tel Aviv y actualmente vive y trabaja en Israel. A lo largo de su carrera, Landau ha recibido importantes premios y su trabajo se ha exhibido a nivel mundial en museos y lugares destacados.

¿Qué pasa si sumerges un tutú, un zapato o cualquier objeto en el Mar Muerto? Una artista dejó un vestido durante dos años entre las profundidades del lago más salado del mundo y el resultado se convirtió en una verdadera obra de arte.

Y es que, en el mundo existen ciertas personas que con su imaginación pueden llegar a ser verdaderamente creativos, tal es el caso de la israelí Sigalit Landau, quien durante años ha desafiado las cálidas y saladas aguas de este mar ubicado entre Israel y Jordania.

Vestido que se convirtió en obra de cristal

Toda esta aventura dio inicio en el 2014, cuando decidió sumergir un vestido negro de luto -de 1920- en el Mar Muerto de Israel; dos años después, en 2016, decidió sacarlo de sus aguas saladas y el resultado fue asombroso, pues la bella prenda se había convertido en una brillante escultura cristalina formada por la acumulación de sal a su alrededor.

Estas aguas son como un laboratorio”, ha declarado en varias ocasiones la artista a los medios de comunicación; asimismo, ha dado a conocer que desde pequeña ha sentido una verdadera fascinación por el Mar Muerto, pues desde su casa de la infancia, situada en una colina de Jerusalén, Sigalit podía contemplar el mar y sentir la sal en la boca los días de viento, sin saber que años después, esa sal sería el eje central de toda su obra artística.

Las imágenes que muestran la transformación química que el vestido negro sufrió, puesto a remojar en el 2014, fueron parte de la exhibición “Novia de sal”, misma que estuvo integrada por ocho fotografías de gran formato y que han estado exhibidas en importantes museos.

La sal de mar, una inspiración a su propuesta artística

El Mar Muerto es uno de los órganos de agua más salados de la Tierra, pues tiene un 34 por ciento de salinidad, esto quiere decir que es varias veces más salado que el océano abierto. Debido a que el agua del lago se evapora, cada año sus aguas se reduce en aproximadamente cinco pies (1.5 metros), algo que hace que cada vez sea más salado; asimismo, la hipersalinidad del agua hace que sea más densa que el agua ordinaria, que es lo que permite a las personas flotar.

Pero no solo un vestido ha sido parte de los “experimentos” que esta artista ha montado, pues durante años Landau se ha dedicado a colgar diversidad de objetos en marcos, en el lago de sal; para posteriormente retirarlos. No obstante, algunos se vuelven tan pesados por la sal que se les pega, motivo por el que que deben ser cargados por cuatro personas.

Un vestido de novia, 500 sandías, un violín, un par de zapatos y lámparas de cristal, entre muchas otras cosas, forman parte de los particulares objetos que la artista ha puesto en el Mar Salado; posteriormente, con su cámara ha registrado el proceso a través del cual estas piezas se han convertido en pesadas esculturas de sal.

Es importante destacar que Sigalit Landau nació en Jerusalén en 1969 y es una artista interdisciplinar que trabaja con instalación, vídeo, fotografía y escultura. Se graduó de la Academia Bezalel de Arte y Diseño en Jerusalén en 1994 y después de varios años en Europa y Estados Unidos, regresó a Tel Aviv y actualmente vive y trabaja en Israel. A lo largo de su carrera, Landau ha recibido importantes premios y su trabajo se ha exhibido a nivel mundial en museos y lugares destacados.

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