Hablar de la Luna suele ser atribuido a la noche, pues este es el satélite natural de nuestro planeta, que, si bien no tiene luz propia, a través del reflejo que le da el Sol ilumina el cielo nocturno, pero este cuerpo celeste siempre está presente e incluso puede ser observado en medio de un cielo azul, fenómeno que se le conoce como “Luna de Día”, mismo que puede ser visto frecuentemente.
Pero si te habías cuestionado cómo sucede este fenómeno al que poca atención solemos prestarle y tienes curiosidad de conocer la manera en la que esto ocurre, pese a que comúnmente el satélite natural de la Tierra se ubica en el extremo contrario del Astro Rey, aquí te explicamos los detalles que hacen posible que este espectáculo pueda ser observado en el firmamento.
¿Qué es la Luna de Día?
Si bien el reino de la Luna es bajo el cielo nocturno, durante las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde también puede ser observada, fenómeno al que los expertos llaman como Luna de Día, mismo que deriva del ciclo natural de rotación y traslación tanto de nuestro satélite natural como del propio planeta Tierra, considerando la distancia entre ambos cuerpos celestes.
Este factor también genera que las estrellas que se ven durante la noche no logren ser perceptibles durante el día, pues su lejanía con la Tierra y el efecto de la luz del Sol reduce hasta casi apagarla la de sus similares más pequeños, mientras que en el caso de la Luna lo que la hace visible es el reflejó del Astro Rey en conjunto con la corta distancia a la que se encuentra.
Cabe puntualizar que este fenómeno no puede ocurrir a la inversa haciendo que el Sol sea visible al inicio o final de la noche debido a que está posicionado detrás de la Tierra, lo que simplemente hace posible que su brillo se refleje en la Luna, generando la sensación de que este cuenta con luz propia, aunque no es así pues se trata de un cuerpo rocoso girando sobre el eje de la Tierra.
¿Cuál es la ubicación de la Luna respecto a la Tierra?
En cuanto a la ubicación que tiene la Luna respecto al planeta Tierra, existen una distancia entre ambos de 384 mil 400 km, aunque esta puede variar dependiendo de la posición en la que se encuentre, pues tanto puede acercarse hasta los 363 mil kilómetros, como puede alejarse hasta los 405 mil 500 kilómetros, además de que sólo podemos ver la misma cara siempre.
Esta cara se caracteriza por mostrar oscuros mares lunares de origen volcánico, montañas antiguas y atroiblemas, que son cráteres que tienen su origen por el impacto; en cuanto a sus dimensiones se refiere, su diámetro es de 3 mil 476 km, es decir la distancia que existe entre Madrid y Moscú, apenas un cuarto del diámetro de la Tierra, que es de 12 mil 742 kilómetros.
Finalmente, debido a que no cuenta con una atmósfera que la proteja, se encuentra expuesta a todo tipo de impactos; acerca de su conformación consiste en un suelo selenita recubierto de un sedimento fino generado por los impactos de los meteoritos, acumulándose el polvo en capas que oscilan entre los 2 y los 20 metros de grosor denominadas como regolito lunar.