Dentro del desarrollo de la tecnología, la impresión 3D es una que ha dado grandes avances y que también ya cuenta con aplicaciones en la medicina, uno de ellos promete estar enfocado en la piel con algo conocido como piel humana bioimpresa.
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Mayo Clinic, organización sin fines de lucro dedicada a la investigación, práctica y educación de la medicina, desarrolló su primer prototipo tridimensional de piel humana bioimpresa, en una investigación que fue publicada por la revista Regenerative Biomaterials.
En el estudio señalan que, un modelo de piel humana debe incluir la variabilidad intrínseca en la arquitectura de la piel de una persona a otra, como las funciones innatas como son la sensación, vascularización y regeneración.
Con la piel bioimpresa, se busca obtener un modelo equivalente a la piel humana que pueda ser utilizado como injerto quirúrgico de grado clínico, para pruebas de drogas y otras necesidades.
También, se plantea como un modelo para estudiar afecciones inflamatorias como puede ser la dermatitis atópica, conocida como eccema, que es una afección cutánea inflamatoria crónica que tiene por síntomas la resequedad, picazón e inflamación de la piel.
"La bioimpresión tridimensional es un campo emergente en la ingeniería de tejidos y la medicina regenerativa que tiene la posibilidad de transformar la práctica clínica y de laboratorio. En este artículo, analizamos el proceso de bioimpresión tridimensional de la piel, incluidas la selección de células, la selección de matrices de soporte y las ventajas y los inconvenientes de determinadas biotintas cutáneas”, comentó la doctora Saranya Wyles en una nota informativa de Mayo Clinic.
Reducir la complejidad de la piel humana, el objetivo de la impresión
Dentro de la investigación señala que la piel es el órgano más grande del cuerpo, uno que se regenera todos los meses, por lo que existen varias complicaciones en su replicación.
Estos modelos de piel bioimpresa siguen sin incorporar elementos como las glándulas sudoríparas, los vasos sanguíneos, los folículos cutáneos o los nervios presentes en el tejido humano nativo.
Por ello, el equipo de investigadores utiliza diversos tipos de células como melanocitos, los que forman el pigmento de la piel; los queratinocitos, enfocados en la renovación de la piel; y los fibroblastos, los que forman un tejido colectivo. Todas estas células se imprimen en capas que se estratifican y maduran hasta convertirse en capas completas de la piel.
"La bioimpresora tridimensional utiliza células humanas como tintas denominadas biotintas, que funcionan de forma similar a la tinta del cartucho de una impresora. Podemos imprimir la piel a partir de células de pacientes con dermatitis atópica o eccema. Nuestro sistema nos permite utilizar hasta seis tipos celulares distintos para modelar y recrear tejido cutáneo humano", indicó la doctora Wyles.
Para ejemplificar el proceso, los investigadores señalaron que la impresión es algo similar a crear las capas de un pastel escalonado, solo que con el uso de las células. Se tiene que comenzar desde abajo con la dermis para seguir con las siguientes capas como la epidermis.
El material de la matriz de soporte entonces actúa como la cobertura que conecta las capas. Finalmente, esta piel se introduce en una incubadora donde las células pueden comunicarse entre sí, expandirse y formar la piel bioimpresa.
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Aunque en este inicio de la investigación la piel bioimpresa tridimensional busca aplicarse para conocer más de las enfermedades inflamatorias, también se usa para comprender mejor a nivel molecular cómo funcionan las células senescentes en las acciones cutáneas relacionadas en la edad. En ambos casos, se busca lograr un mejor desarrollo en nuevos tratamientos contra el envejecimiento de la piel.