Durante este 11 de abril fue posible observar desde el zócalo de Puebla el rastro de una aeronave, algo que se conoce como estela de condensación, que no causa algún peligro, pero del que existen diversos rumores como teorías conspirativas.
En el caso de lo que se observó en Puebla el fenómeno se observó poco después de las 19:30 horas antes del que el sol se ocultara, algo que ocurre más tarde debido a la entrada del horario de verano.
Se pudo observar como una especie de avión o avioneta en su elevación hacia el cielo dejaba a su rastro unas líneas blancas que le acompañaban, como si se fuera dejando un importante rastro mientras se dirigía a su destino.
¿CÓMO SE FORMAN LAS ESTELAS DE CONDENSACIÓN?
Este rastro es conocido como estelas de condensación, aunque también es nombrado como estelas químicas o quimioestelas, las cuales se forman cuando el vapor de agua que sale de los aviones o avionetas se condensa lo suficiente de acuerdo a las condiciones climáticas para transformarse en cristales de hielo.
Dentro de los primeros registros de estas estelas se pueden ver desde la Segunda Guerra Mundial, cuando los aviones perfeccionaron sus motores a lo más parecido a la mecánica que actualmente tienen la mayoría de las aeronaves.
Es posible que estas también se generen en los vórtices de las alas de los aviones al precipitar una corriente de cristales de hielo en atmosferas húmedas y frías. Su producción se da especialmente cuando la nave viaja a una presión muy baja, pero a una gran altura.
Lo más común es que las estelas se disipen rápido cuando se producen por los extremos de las alas. Respecto a casos como los motores de jet, al utilizar hidrocarburos cuando el carbono se combina con el oxígeno forma dióxido de carbono y el hidrógeno al unirse al oxígeno forma agua, por lo que al calentarse provoca que el agua se escape como vapor por los escapes.
Diversos estudios han demostrado que no existe ningún tipo de peligro por este tipo de estelas. Uno de los más importantes se dio en el 2016 a cargo del Instituto Carnegie para la Ciencia y la Universidad de California Irvine, en donde 76 de 77 científicos especializados en temas de la atmósfera como la geoquímica no encontraron resultaron que confirmaran algún daño su aparición.
Solo el único científico que no estuvo de acuerdo señaló que encontró niveles inusualmente altos de bario atmosférico en una zona remota con bajos niveles de este material en el suelo, por lo que solo podía venir del cielo. Pero, los científicos concluyeron que esto no era suficiente para afirmar que eran utilizadas las estelas con un fin de daño.
LAS TEORÍAS DE CONSPIRACIÓN
Desde hace algunos años las teorías de conspiración sobre las estelas de condensación o químicas han ido en gran aumento, en especial por el incremento de vuelos en diversas zonas y por las redes sociales donde diferentes personas creyentes de estas ideas se han reunido.
Dentro de las creencias señalan que estas estelas son utilizadas por líderes o grupos de poder para rociar agentes químicos o biológicos desde los aviones que no son revelados al público en general.
Al respecto, afirman que estas estelas tienen una larga duración porque cuentan con sustancias adicionales a solo el vapor de agua. Su uso sería para modificar y controlar el clima, manejar la radiación solar e incluso arrojar sustancias para manejar la psicología de la población humana y controlar a la gente.
También se basan en la geoingeniería, que es el campo de la ciencia que investiga sistemas para intervenir la naturaleza, aunque esto se mantiene en la actualidad como teorías y su trabajo no suele avanzar de los modelos de computadora.
A pesar de que no existe evidencia de ello, las personas que creen en estas teorías afirman tener síntomas como inflamación de los pulmones, aumento de la presión sanguínea, dolores de cabeza y más a causa de las estelas, aunque estos podrían ser síntomas más relacionadas a la contaminación.
Las estelas de condensación o químicas son normales de ver en los aviones, así que no existen pruebas desde la ciencia para que no se pueda disfrutar de este curioso fenómeno sin pensar que algo más sucederá como ocurrió tras su paso en Puebla.
