Las culturas orientales se han caracterizado a lo largo del tiempo por el empeño que ponen en superarse, lograr sus metas y salir adelante, siempre buscando ser los mejores en lo que hacen, pero si bien esta es comúnmente una cualidad, lo deja de ser cuando la presión generada para lograrlo termina por convertirse incluso en un problema de salud pública.
Al igual que otras problemáticas sociales, dicho problema tiene un nombre en específico, el de karoshi, mismo que no se trata de un simple padecimiento o problema que pueda ser tratado de la noche a la mañana, sino que va más allá pues le implica a las autoridades la necesitad de utilizar una importante cantidad de recursos para poder subsanar algunos daños que deja.
¿Qué es el karoshi?
El significado en español de la palabra japonesa karoshi es sencillo, se trata simplemente de “muerte por exceso de trabajo” y pese a que, en un principio era considerado simplemente como una leyenda urbana, con el paso de los años terminó por ser reconocido como un fenómeno social en el año de 1987, luego de que el ministerio de salud del país nipón comenzada a recopilar datos.
Tal es la relevancia que este problema tiene actualmente que, si un juez determina que una persona murió por este motivo, su familia tiene derecho a recibir por parte del gobierno una compensación de aproximadamente 20 mil dólares, es decir una cifra similar a los más de 300 mil pesos mexicanos y pagos de hasta 1,6 millones de dólares por parte de la compañía.
Si bien al principio las cifras oficiales arrojaron un par de cientos de casas al año, en 2015 la cifra ya superaba los 2 mil 300 casos e incluso ya se conformó un Consejo Nacional en Defensa de las Victimas de Karoshi, agrupación que afirma que la verdadera cifra de víctimas es de 10 mil fallecidos anualmente, cifra equiparable al número de fallecidos en accidentes de tránsito.
¿Cuál es el origen del caso de los karoshi?
Lo primero que hay que puntualizar es que, para que pueda ser considerado como un caso de karoshi, la víctima tiene que haber trabajado más de 100 horas extra en el mes anterior a su muerte u 80 en dos o más meses consecutivos de los últimos seis; dentro de las enfermedades que pueden desencadenar la muerte en una persona de media edad se encuentran las cardíacas o diabetes.
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Por su parte, en el caso de los empleados jóvenes y saludables son dos los principales factores que les han cobrado la vida son el estrés y la falta de sueño, pues si bien a corto plazo este último factor no puede causar la muerte, en periodos más largos puede contribuir a incrementar el riesgo de enfermedades del corazón, desórdenes del sistema inmunológico, diabetes y hasta cáncer.
Se dice que este problema detonó después de la Segunda Guerra Mundial, pues los japoneses se convirtieron en quienes tenían las jornadas de trabajo más largas del mundo, al grado que fueron calificados como adictos a esta actividad, pues esta ofreció a los hombres una nueva motivación, esto debido a que se sintieron impulsados por la compensación financiera y psicológica.