Los hábitos de higiene ayudan a proteger nuestro de cuerpo a través de la prevención de distintas enfermedades, como la aparición de hongos o infecciones. También, ser limpio provoca bienestar y satisfacción, lo que permite una mejor convivencia con los demás, en especial en los lugares cerrados como el transporte público o la escuela.
Uno de los hábitos más importantes es bañarse; desde hace mucho tiempo han surgido diferentes rumores vinculados con este tema, pues hay quien asegura que debe hacerse del diario, sin embargo, un gran número de personas sostiene que debería ser menos para evitar algún tipo de problema o malestar.
Es así como se esparció la idea de que bañarse del diario puede provocar que el cabello se caiga o que la piel se maltrate, sin embargo, los especialistas sugieren que esto puede ser más complejo de lo que se piensa, esto se debe a que para determinar la frecuencia es indispensable tomar en cuenta diferentes variables.
¿Cuántas veces tienes que bañarte a la semana?
No hay un número determinado de veces en las que tienes que realizar esta actividad, ya que esto estará sujeto a otros factores, algunos de ellos son personales, pero otros no, por lo que la respuesta podría cambiar incluso por la estación de año.
Esto fue lo que explicó Ariel Vilchis Reyes, académico del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Él destacó que cada persona tiene que identificar el ritmo con el que debe bañarse, para lo cual tiene que tomar en cuenta:
Clima: El especialista explicó que este es uno de los puntos más importantes, pues si el ambiente es frío, la gente puede bañarse de tres a cuatro veces a la semana, pero si es caliente, esto podría ser hasta dos veces por día.
Condición biológica: También es de suma importancia estar consciente de que cada cuerpo es distinto, porque hay algunas personas que transpiran más que otras, o que acumula mayor cantidad de grasa en la piel.
Actividad física: La última variable es la actividad física, por ejemplo, es probable que un adolescente que juegue futbol se bañe más que otro que solo va a tomar clases.
Es así como se recomienda bañarse después de realizar alguna actividad física como correr o levantar pesas; lo mismo aplica si el trabajo requiere mayor esfuerzo, como ser cargador.