Una enfermedad que desde el diagnóstico significa una batalla tanto para el enfermo como para su familia es el cáncer y es que si bien al ser detectada a tiempo puede darle una segunda oportunidad a una persona, el no hacerlo también puede implicar una cuenta regresiva en su línea de vida, por lo que abordar el tema no es cualquier cosa.
Es por ello que después de de vivir todo eso desde 2012, Sarah McDonald decidió escribir un libro en que detalla su historia de forma detallada y clara, ofreciendo a quien lo lea una guía de consejos para saber cómo interactuar con esta enfermedad por muy común o rara que pueda ser, tal y como le sucedió a ella, por lo que incluso añade una lista de cosas que no se ve en mencionar a un paciente.
¿Qué cáncer enfrentó Sarah McDonald?
La mujer que fungía como jefa de personal en Silicon Valley recibió un diagnóstico de un extraño tipo de cáncer conocido como carcinoma adenoide quístico el cual se da en las glándulas salivales, por lo que incluso el médico que le practicó los estudios dijo desconocer el mal que la aquejaba pero los males no terminaron ahí, pues meses después recibió un nuevo diagnóstico ahora de un carcinoma ductal invasivo.
Este último es el popularmente conocido cáncer de mama, el cual le fue detectado en etapa 3, por lo que tuvo que ser sometida a radiación y quimioterapia, pese a lo que sus perspectivas de supervivencia no eran muy buenas; pero tomó la determinación de coordinar a sus médicos para tomar los tratamientos más agresivos e incluso planeó aprovechar al máximo lo que le quedaba de vida.
Actualmente, diez años después Sarah ya no presenta rastro de la enfermedad, tiene una hija de seis años y tomó la decisión de compartir sus experiencias, pues afirma que el cáncer produce un profundo sentido de soledad, por lo que busca darle una perspectiva de cómo relacionarse tanto a las personas que padecen la enfermedad o tienen a un ser querido en estas condiciones.
¿Qué se debe evitar decir a un paciente con cáncer?
Antes que nada McDonald asegura que el principal consejo es no dejar todo en manos de los médicos, pues la desestimación de un dentista de un pequeño bulto, pudo haberle causado la muerte de no sospechar que se trataba de cáncer, en tanto que quien lo detectó no supo más que decirle qué era “una chica lista” por lo que sin problema resolvería sus dudas.
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Por otra parte, dentro de la lista de cosas que por ninguna circunstancia se le debe mencionar a un enfermo de cáncer se encuentra la frase “¿Qué puedo hacer por ti?”, pues afirma que para una persona con esta enfermedad el tema puede ser abrumador, pues es buscar una actividad para asignar, por lo que es menor ofrecer de manera directa una tarea determinada con la que se pueda contribuir.
Finalmente, en esta lista también se encuentran aseveraciones como “¿Cuánto de te queda de vida?”, "Déjame saber qué puedo hacer por ti", "Nunca podría pasar por lo que tú estás pasando", "Me encanta tu actitud", "Tengo una tía que tuvo cáncer" y es que alguien que se debate entre la vida y la muerte lo que menos necesita son frases que terminen por derribar sus pocos ánimos positivos.
