Quien no ha disfrutado de una botana con salsa picante, en especial con salsa Valentina, ya sea en su tradicional etiqueta amarilla o en su versión para los más intrépidos con etiqueta negra, pero ¿sabías que contiene un componente que puede limpiar hasta metales?
Este producto forma parte de la empresa Salsa Tamazula que su entrada en funciones se remonta a 1960, pero sus preparaciones estrella son justo esta salsa y la llamada Costa Brava.
Pero para aquellos que gustan de su versión de etiqueta negra, de acuerdo con su etiquetado, está hecha con agua, chile seco de árbol, ácido acético, sal yodada, condimentos, especias y benzoato de sodio como conservador.
Por su parte, su versión de etiqueta amarilla, cuenta con los mismos ingredientes, salvo porque incluye chiles puyas, dentro de su receta para los chiles secos.
¿PARA QUÉ ES UTILIZADO EL ÁCIDO ACÉTICO?
Pero si no encuentras nada extraño en la receta de la famosa salsa de los mexicanos, es porque pasaste de largo el ácido acético, el cual hace reacción al entrar en contacto con los metales.
Esta polémica ya había tenido lugar en 2013, luego de que en Ciudad Juárez una empresa señalara que utilizó este producto para limpiar una estatua y no sólo por dicho ácido, sino también por la cantidad de vinagre y sodio que sostenía.
El debate se centró en que si eso logra con un objeto, lo que puede hacer al contacto con el cuerpo humano es peor, debido a un posible incremento de jugos gástricos, por lo que algunos especialistas han recomendado que su uso debe ser moderado.
¿LA ÚNICA POLÉMICA DE LA SALSA VALENTINA?
Esta no es la única ocasión que este codiciado producto está en el reflector público con una mala etiqueta, pues en julio del 2021 la Profeco lanzó un estudio en el que destacó los productos con la mayor cantidad de sodio en el mercado y en el que nuevamente destacó la salsa Valentina.
Según este estudio un solo envase contendría más de cuatro mil miligramos de sodio, lo que la hace dañina para el organismo, por lo que recomendó su consumo moderado para evitar problemas en la salud.
Así que si tienes antojo de unas crujientes papas bañadas en salsa Valentina no te detengas y disfrútalas, pero recuerda consumirla con moderación.