Tener unas finanzas sanas suele ser un problema para una gran cantidad de personas, a pesar de que lleven un buen manejo de sus cuentas o de que tengan buenas ganancias económicas, nunca terminan por sentirse a gusto y planifican basándose más en el miedo que en la realidad, y esto puede deberse a causa de un fenómeno llamado dismorfia del dinero.
El término de dismorfia es el que describe un enfoque obsesivo en los defectos percibidos en el cuerpo, por lo que, aplicado a la cuestión financiero, habla de un sentimiento de inseguridad en torno a la situación económica de una persona, pese a que no tenga motivos de preocupación, de forma que su autopercepción en cuanto al dinero no coincide con su realidad.
De acuerdo con un estudio realizado por Credit Karma y citado por el sitio especializado Bloomberg, es la Generación Z la que mayormente sufre de este enfoque con el 43 por ciento de los casos, seguido por los millennials con el 41 por ciento.
Una forma común en que esta se demuestra es cuando las personas creen que no son lo suficientemente ricos o adinerados para realizar planes importantes con sus activos, pero esto incluso sería un pensamiento dañino.
“La forma en que esto influye en la planificación patrimonial o la inversión, es que nosotros no lo hacemos. No somos lo suficientemente ricos para hacer planificación patrimonial. No soy rico, no soy rico. Pero, es absolutamente falso”, explicó Ali Katz, abogado inmobiliario y fundador de Family Wealth Planning Intitute consultado por la cadena CNBC.
Si bien afecta a los más jóvenes, este no es un fenómeno nuevo, ya que, en otras generaciones, en especial aquellas que se vieron en medio de contextos sociales complicados como las guerras mundiales, realizan planes financieros con base en el miedo y la especulación ante la posibilidad de que una nueva crisis los dejará sin nada.
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¿Cómo afecta la dismorfia del dinero?
Sufrir de dismorfia del dinero es un problema real que puede llevar a que las personas tomen decisiones económicas deficientes o simplemente mal informadas.
Esta alteración del pensamiento es uno de los rasgos más graves de la dismorfia del dinero, debido a que cambia la visión de las personas y les hace creer que no tienen un problema de escasez, sino de estabilidad.
En las nuevas generaciones esto puede entenderse en la gran cantidad de estímulos que reciben sobre las malas condiciones del mundo real, es decir, están acostumbrados a recibir y encontrar información de manera inmediata en cualquier momento, aunque muchos de estos datos no sean agradables.
De esta forma nunca dejan de escuchar sobre lo complicado que es tener un hijo, lo complicado que resulta comprar una casa, que cada día hay menos oportunidades de trabajo, que la tecnología puede terminar con algunos puestos, que las grandes empresas no tiene el mismo éxito de antes, etc., puntos que hacen pensar que no hay forma de conseguir una economía sana.
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En contra parte, no dejan de escuchar sobre la gran cantidad de personas que son capaces de viajar en aviones de lujos, que cuentan con automóviles caros, que son capaces de comprarse cualquier cosa que deseen y que se la pasan en los sitios más exclusivos cada noche, lo que solamente genera un deseo de riqueza sin fundamento.
Al respecto, Credit Karma mostró en sus datos que el 45 por ciento de los millennials y de la Generación Z que fueron encuestados se encuentran obsesionados con la idea de hacerse millonarios.
Esto también hace olvidar a las personas que cerca del 62 por ciento de la población mundial vive con menos de 10 dólares al día, poco más de 168 pesos mexicanos; mientras que el 85 por ciento vive con menos de 30 dólares, poco más de 503 pesos, por lo que no se tiene una percepción correcta de donde se encuentra uno respecto a lo que se gana.
Ideas como esta van acompañadas de otros sentimientos con el que no se sienta que se cuenta con un patrimonio o que alguna vez necesite algo como un testamento al sentirse que no se ha construido nada.
Superar la dismorfia del dinero no es un proceso sencillo debido a que este tipo de mentalidad puede durar toda la vida y puede estar relacionada a otros aspectos psicológicos personales como el sufrir de ansiedad. Algunos recomiendan el contratar a un planificador financiero o bien, sumar a una sesión de terapia los aspectos económicos para comenzar a trabajarlos.
