A sus 76 años de edad, Raphael demostró estar a la altura de cualquier tendencia musical y seguro de conquistar con sus clásicos de antaño a las nuevas generaciones.
El cantante español se presentó con una gran orquesta, que combinó con música electrónica, juego de luces led, pantallas y coloridos audiovisuales el miércoles por la noche en el Auditorio GNP Seguros en el marco de su más reciente gira ReSinphónico.
Este tour mundial hace un recorrido por sus temas más populares con un sonido nuevo y fresco que combina la música sinfónica con tintes de electrónica.
A las 20:40 horas, con una puntualidad inglesa, El Divo de Linares pisó el escenario acompañado por una orquesta de más de treinta músicos y un director. Con su melena que lo caracteriza y su enorme y aniñada sonrisa saludó a su público, en su mayoría adultos mayores.
Infinitos bailes, Aunque a veces duela, Igual (loco por cantar), fueron la primera tanda de canciones de una velada que se prolongó por dos horas, en las que el español cantó tan bien como siempre, con esa voz prodigiosa que lo ha caracterizado desde el inicio de su carrera.
Uno de sus clásicos que puso de pie a la audiencia fue Mi gran noche, para el cual utilizó el género house y el sonido de los violines, cellos y piano de cola, acompañado de gráficos en la pantalla. El público le respondió la hazaña con ovaciones de pie y entre los más jóvenes se escuchan expresiones como “¡wow!” por la jovialidad con que sonaba su concierto.
Digan lo que digan y Provocación sonaron después, repitiendo la misma historia que el tema anterior.
Cuidando su voz, Raphael evitó hablar o dirigir palabras a la audiencia, aunque en todo momento se le vio observándoles, sonriéndoles y haciendo ademanes de agradecimiento por la buena acogida.
Una treintena de canciones escoltaron a Raphael durante su regreso triunfal a la entidad, para el cual convocó a poco más de cuatro mil personas.
Fiel al drama de sus canciones, también se permitió un pequeño homenaje al cantautor francés Francis Cabrel con el himno La quiero a morir, además de Adoro de Armando Manzanero y Escándalo, la popular canción tropical que convirtió en una obra de arte.
El icónico español reservó sus temas cruciales para el final de la velada. Qué sabe nadie y Yo soy aquel coronaron el evento con el dramatismo y energía que siempre imprime en cada una de sus interpretaciones y letras.
Con una despedida en falso, regresó para la cereza del pastel con Como yo te amo, para la cual se unieron las voces a un solo coro y así concluyó el magno recital.
Gracias por escuchar canciones tan maravillosas
Raphael , cantante
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