Empoderamiento femenino, presión laboral y económica, así como el mayor acceso a la educación y planificación familiar, son algunas de las razones por las cuales las mujeres optan por no tener hijos. Incluso, en el estado de Puebla, los nacimientos han registrado una reducción del 2 por ciento, lo que podría decir que son menos las interesadas en la experiencia de la maternidad.
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De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el 2021 se registraron 114 mil 803 nacimientos, pero para el 2022, la cifra bajó a 112 mil 321, lo que representó una baja del 2 por ciento. No se especifica si estas mujeres se convirtieron en madres por primera vez o ya habían tenido más hijos en el pasado.
De igual modo, fue a la baja el porcentaje de madres adolescentes, ya que hace tres años, el 17.5 por ciento de las que se convirtieron en madres, eran menores de 20 años, pero para el 2022, el porcentaje fue sólo del 16.9.
Esta tendencia hacia la maternidad a mayor edad, de acuerdo con defensoras de derechos sexuales y reproductivos, tiene que ver con la ideología de las mujeres de la actualidad, pues cuentan con mayores opciones y libertades en su vida personal.
Este 10 de mayo, Día de la Madre, se compartirán las cifras que se han registrado en la entidad en cuanto a este tema y se detallará la importancia de ser madre por elección, es decir, tomar la decisión consciente y voluntaria de embarazarse, en contraposición a hacerlo por obligación impuesta por normas sociales, culturales o hasta familiares.
Nacimientos van a la baja en Puebla
Como se mencionó anteriormente, en el territorio poblana cada vez hay menos nacimientos, esto se debe a que en el 2021, se registraron un total de 114 mil 803, pero para el 2022, la cifra cayó a 112 mil 321. Lo que podría traducirse en que menos mujeres optan por la maternidad.
Hay que mencionar que, en este último año (2022), las mujeres que se hicieron madres estaban en su gran mayoría casadas o en unión libre, pero en promedio, el 5.3 refirió que eran viudas. (Podría deberse a la pandemia por Covid-19).
El INEGI también reveló que disminuyó el porcentaje de madres adolescentes, ya que en el 2021 fue el 17.5 por ciento y un año después del 16.9 por ciento. En el 2022, el rubro de edad que tuvo más hijos fue el de 20 a 24 años, con un total 30 mil 222 nacimientos.
El segmento que le siguió fue el de 25 a 19 años, con 28 mil 05 nacimientos, luego el de 30 a 34 años con 18 mil 892. Las menores de 15 años reportaron 490 embarazos y las mayores de 50 sólo 16.
De los 112 mil 321 nacimientos registrados, un total de 38 mil 607 madres, indicaron que su escolaridad era de secundaria o equivalente, convirtiéndose en el grupo más amplio. El segundo lugar lo obtuvieron las madres con preparatoria o similar con 30 mil 258 embarazos.
El tercer lugar lo ocuparon las madres con primaria incompleta, con 2 mil 971 casos y las madres profesionistas ocuparon el cuarto lugar, con un total de 14 mil 702 nacimientos. El resto fueron las que no tuvieron escolaridad o que no especificaron el estudio que tomaron.
El INEGI no detalló los municipios en donde se registraron los nacimientos, pero sí indicó el número de habitantes que había en la localidad o ciudad en donde nacieron estos niños, por lo que se podría identificar si la zona es rural o urbana.
Una zona se considera rural cuando tiene una baja densidad de población y está dominada por actividades agrícolas o naturales. Por otro lado, la urbana se caracteriza por una alta densidad, mayor infraestructura y servicios urbanos.
La rural tiene menos de 2 mil 500 habitantes, mientras que una población de más de esta cifra se considera urbana. En Puebla, la mayoría de los nacimientos se dieron en comunicades urbanas.
De los 112 mil 321 nacimientos del 2022, 48 mil 671 fueron en comunidades de más de 15 mil habitantes y 30 mil 142 fueron en comunidades en donde no rebasaron los 2 mil 500 habitantes.
Cambio en roles de género y mayor planificación familiar, algunas de las causas
En entrevista con este medio, Cinthya Ramírez, integrante de REDefine Puebla, organización que difunde y defiende los derechos sexuales y reproductivos, confirmó que, en los últimos años, se ha observado una tendencia significativa: decremento notable en el número de mujeres que eligen convertirse en madres. Este fenómeno tiene varias explicaciones, pero las principales son las siguientes:
Cambio en los roles de género, la especialista indicó que, en la era moderna, las mujeres han ganado cada vez más autonomía y libertad para tomar decisiones sobre su vida personal y profesional. Esto incluye la posibilidad de postergar o rechazar la maternidad en aras de otras metas y aspiraciones.
Otro punto es la presión laboral y económica, ya que el acceso creciente de las mujeres al mercado laboral ha generado nuevas presiones y demandas, lo que puede llevar a una postergación de la maternidad en busca de estabilidad económica y profesional.
Otra podría ser el mayor acceso a la educación y a la planificación familiar, ya que estos dos puntos, dan como resultado una mayor disponibilidad de métodos anticonceptivos, que han permitido a las mujeres tomar decisiones más informadas sobre su salud reproductiva y el momento adecuado para tener hijos.
Por su parte, Natalí Arias, directora de CAFIS A.C., organización civil que trabaja en favor de los derechos humanos y que incorpore la perspectiva de género como valor fundamental, comentó a El Sol de Puebla que la baja en mujeres que desean convertirse en madres también tiene que ver con los cambios en las expectativas sociales, es decir, las expectativas sobre el papel de la mujer en la sociedad han evolucionado, pues prefieren la realización personal y profesional sobre la maternidad como único camino de vida.
Agregó que ser madre tendría que ser siempre por elección, esto significa tomar la decisión consciente y voluntaria de embarazarse y criar hijos, en contraposición a hacerlo por obligación impuesta por normas sociales, culturales o familiares.
Cuando una mujer elige ser madre, lo hace en base a sus propias aspiraciones, deseos y capacidades. Esto puede conducir a una experiencia de maternidad más satisfactoria y gratificante, ya que está alineada con sus metas y valores personales.
Además, la maternidad por elección otorga a las mujeres un mayor sentido de control sobre su propia vida y cuerpo. Les permite ejercer su autonomía y tomar decisiones fundamentales sobre su futuro reproductivo, lo que contribuye a su empoderamiento individual y colectivo.
Por último, cuando una mujer decide ser madre por elección, es más probable que esté emocionalmente preparada y comprometida con la crianza de sus hijos. Esto puede fortalecer el vínculo afectivo entre madre e hijo, promoviendo relaciones familiares más sólidas y saludables.
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