/ domingo 18 de diciembre de 2022

Baño de temazcal, el ritual prehispánico de Tecuanipan

Los habitantes de la región aseguran que es una tradición que ha transitado por generaciones, así como un aliado de la sanación

En Puebla hay un municipio donde las temperaturas que pueden alcanzar los 50 grados centígrados son bien recibidas y hasta disfrutadas por sus habitantes, quienes incluso realizan rituales para generarlas y evitar que se extingan en el menor tiempo posible.

Se trata de San Jerónimo Tecuanipan, un lugar cercano al volcán Popocatépetl y donde las familias rinden culto al calor y además lo consideran un aliado en el cuidado de la salud.

Es por ello que desde hace un par de siglos atesoran los dos “munditos” heredados por sus ancestros, que son los dos baños de temazcal que por generaciones han sido lugares de sanación y también de aseo personal.

En este territorio, actualmente viven 6 mil 597 personas y se estima que la mitad visita estos espacios que datan desde la época prehispánica. Antes del cambio de siglo era del 90 por ciento, pero la implementación de regaderas en las viviendas influyó que la estadística bajara, pero ese dato, a decir de los vecinos, no pone en riesgo la desaparición del ritual.

Al contrario, aseguran que los “munditos” ganan terreno por sus beneficios que proporcionan al cuerpo humano, al curar males como la “frialdad” y el dolor de huesos. A las mujeres en específico las ayuda a “cerrar” la cadera y heridas internas, así como aliviar molestias derivadas de un parto y cocer la leche materna cuando traen al mundo un nuevo ser.

Los habitantes de la región aseguran que es una tradición que ha transitado por generaciones, así como un aliado de la sanación. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

Por eso refieren que en Tecuanipan hay un comité encargado de proteger estas construcciones que tienen nombre y un papel preponderante entre las familias, porque también dan recibimiento a los nuevos habitantes del municipio y han sanado a otros más a lo largo de su vida.

El calor es a gusto

Desde el “mundito Xochipila”, uno de los dos baños de temazcal, Francisco Aponte Zamorano comienza a alimentar con leña una parte de esta estructura. Dicho proceso lo llama “quemar el baño”.

Es el primer paso que debe realizarse en el ritual que no está escrito, pero que empíricamente es sabido por todos cuando usan el temazcal, añade.

Se debe ir a traer la leña al campo y luego se comienza a quemar el temazcal. Todos los baños tienen una pequeña puerta que conduce a un espacio donde el fuego se produce para que el mundito comience a calentarse (…) la intensidad del calor es a gusto, si uno quiere más se le pone más leña y algunas personas le ponen ramas de árbol de durazno o aguacate porque producen más”, cuenta.

No habían pasado 30 minutos cuando Francisco dice que el baño está listo, pues refiere que el adobe y el ladrillo -materiales con el que está construido- son alimentadores de las altas temperaturas, y si la leña está bien seca, entonces la combinación es favorable para tener el bochorno deseado, es decir, entre más alto, mejor.

No comenta con precisión cuántos grados centígrados se alcanzan, pues indica que ese dato no es medido en el pueblo, pues el calor se tantea con la cantidad de leña usada para “quemar el baño”.

Asegura que de su abuelo aprendió esta parte del ritual, porque desde que tenía 18 años – ahora tiene 46- lo ayudaba a esta labor, que hoy realiza a petición de quien se lo solicite.

No es trabajoso, cuesta un poco, pero si usamos un pedazo de ocote y papel, el fuego brota”, expresa en un último comentario, para luego colocar la tapa que había retirado y sellarla con lodo para que el calor ya generado no escape al exterior.

Temazcal es curativo

El baño “Xochipila” es una construcción grande dividida en tres piezas. La central es el “mundito” porque es donde se produce el calor y el vapor. Es una estructura en forma de cúpula que puede albergar hasta 15 personas y está conectada con una sala de descanso para 50 personas. Ambas enlazan con la cocina, un espacio que los usuarios ocupan para calentar y preparar las aguas medicinales que obligadamente deben hervirse para curar los males de una persona.

Justamente en la cocina, El Sol de Puebla platicó con Felipa Aponte, quien desde niña aprendió de su abuelita a realizar la combinación herbolaria para terminar con la frialdad del cuerpo.

La central es el “mundito” porque es donde se produce el calor y el vapor. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla


En medio de la oscuridad que el tizne de la “quema del baño” provoca en los muros, expresa que el calor y el vapor, por sí solos, no son suficientes para reducir los males, porque las hierbas son otro elemento propio del ritual del temazcal.

“Pongo santamaría, romero, hojas de pirul, ruda, árnica, muicle y otras hierbas para preparar el agua que quita la frialdad, pero si se bebe también quita el dolor de estómago y ayuda mucho, en especial a la mujer”, subraya.

En su caso, afirma que el temazcal y el agua curativa la apoyó para reponerse cuando trajo al mundo a cada uno de sus tres hijos.

Una vez que prepara el manojo de hierbas, que actualmente es comercializado en cualquier mercado de Puebla, Felipa enlista que el segundo punto es agregarlo al bote de agua que se calienta a fuego lento en un tlecuil, que es avivado por leña.

Cuenta que el agua que surte el baño de temazcal es especial por provenir de la zona alta de volcán Popocatépetl, a través de un manantial que, aunque ha bajado su nivel de agua con el paso del tiempo, sigue llenando el pequeño tanquecito levantado junto a la zona donde se hacen los preparados.

Una vez que el agua estaba lista, la declarante explica que el siguiente paso es que la o el usuario debe bañarse con el concentrado en la sala de descanso, de preferencia al estilo “Eva o Adán” (sin ropa) o al menos de “Tarzán” (sólo con ropa interior) para después entrar al “mundito” y recibir los beneficios del calor, aunque quién lo haga primero debe lavarlo para retirar la ceniza de la “quema”.

El temazcal tiene “ombligo” y este es un pequeño orificio que ayuda a regular la temperatura interna. Hay personas que quieren más calor y lo tapan, pero otras lo destapan si sienten que ya hay demasiado, detalla.

“Algunas de las hierbas que usamos ya no se encuentran tan fácilmente como antes, porque antes en cualquier campo las veíamos, pero lo que hacen muchas personas es que las siembran en sus patios para usarlas cuando se necesiten porque esta agua curativa hasta es buena para curar el riñón”, reitera la declarante de 41 años de edad, quien desde su trinchera contribuye a que los temazcales en Tecuanipan sigan vigentes al compartir sus conocimientos a uno de sus hijos, quien fue el encargado de lavar el baño, para que después dos personas más ingresarán para recibir las altas temperaturas por el tiempo que aguantaran.

Durante el ritual, los usuarios pueden entrar y salir del “mundito”. Todos llevan piedras para tallar el cuerpo, pues otra las propiedades del temazcal es que es eficaz con la desaparición de la “mugre” en la piel. Una vez finalizado el baño, guardan reposo prolongado y la regla es que deben ducharse después de las 24 horas.

Eran largas filas para entrar al temazcal

“El sudor te saca lo malo”, asevera Crispina Quinto, otra vecina de Tecuanipan, quien resalta los numerosos beneficios del baño de temazcal y de vapor.

Recuerda que cuando era niña, las familias hacían fila cuando se quemaba el “mundito” porque todos querían entrar y una forma de apartar el lugar era dejando un costal y un bote en el pasillo.

Las hierbas son otro elemento propio del ritual del temazcal. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

“Si uno tenía mucho tiempo, entonces nos quedábamos horas, pero si no, solo nos untaban el tequesquite para que al entrar al mundito se nos saliera la mugre, aunque mi mamá nos tallaba bien con las piedras y luego volvías entrar al calor las veces que quisieras (…) es rico”, expone.

Con 54 años de vida, refiere que antes del cambio del siglo la mayoría de las familias acudía diario o por lo menos cada ocho días al temazcal, porque no había baños de regadera en las casas, pero después del año 2000 comenzaron a implementarse y de ahí las filas desaparecieron.

“Es una tradición bonita, porque nuestros abuelos y padres nos inculcaron a disfrutar el calor que cura y antes las mujeres ocupaban el baño de día y los hombres por la noche, aunque siempre ha predominado que sea por familia”, reitera.

Aunque platica que ahora van menos personas al temazcal, no significa que estos espacios vayan a desaparecer, pues en Tecuanipan solo hay dos baños familiares que nunca dejarán de quemarse.

“Hace unos 30 años existió un proyecto para agregar regaderas al temazcal, pero el pueblo no lo aceptó y mejor se reconstruyó el Xochipila, porque se le puso techo de cemento y se le retiró la teja y lámina que tenía para conservarlos”, puntualiza.

Al igual que otras voces ciudadanas, testifica que el temazcal sirve para sacar los males del cuerpo, por eso desde bebés, mujeres embarazadas, hasta personas de la tercera edad, lo usan como un método de sanación.

“Cuando la mujer da a luz es obligado el primer baño de temazcal para que su matriz cierre bien, cierren sus heridas y se le acabe el frío. Muchas abuelitas te echan alcohol y te limpian con la hoja del maíz para que uno sude más. También este baño es bueno para las mujeres que están por aliviarse y para aquellas que ya tuvieron al bebé, porque lo necesitan”, explica.

Temazcal es sinónimo de unión familiar y fiesta

En su opinión, el presidente municipal de San Jerónimo Tecuanipan, Ángel Cuanalo Aponte, puntualiza que los dos baños de temazcal de uso familiar son sinónimo de fiesta, convivencia y forman parte de los usos y costumbres.

Relata que su abuelo, cuando fue presidente en la década de los 90 del siglo pasado, remodeló el baño Xochipila, que tiene este nombre por el predio en el que está construido.

Familias completas del municipio vienen a bañarse, antes la organización de los baños estaba a cargo del Ayuntamiento, pero dos administraciones atrás el pueblo decidió que se formara un Comité ciudadano y ahora el Ayuntamiento ayuda a pagar la luz y realiza faenas en apoyo de estos lugares que forman parte de los atractivos del municipio”, ventila.

Temazcal es sinónimo de unión familiar y fiesta. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

Destaca que Tecuanipan es un lugar con atrayentes rurales y en ese sentido se presumen las costumbres que tienen las familias, siendo una de ellas el uso del temazcal.

Admite que en esta jurisdicción no se tiene proyectado abrir a los visitantes los dos “‘munditos”, porque éstos son del pueblo y el pueblo es reservado en este tema, ya que el 50 por ciento de los pobladores los usa, ya sea para festejar la llegada de un nuevo habitante, para tratar de sanar sus enfermedades, para convivir o darse un baño. Mientras que la mujer recurre a esta práctica para reponerse de un parto.

Revela que las familias del pueblo pueden usar el baño en el día que esté disponible a cambio de una cuota de 50 pesos.

También expone que se requiere de un presupuesto de 200 a 300 pesos para “quemar” el baño.

Por fortuna, asegura que hasta ahora no se ha registrado ningún accidente al interior de estos sitios a lo largo de la historia.

Solo que hace dos años fue puesta en marcha la restricción del aforo permitido, que de 50 personas pasó a 20, por la llegada de la pandemia.

“Vengan a visitar este municipio. San Jerónimo Tecuanipan tiene muchos atractivos, uno de ellos son sus baños de temazcal (a los que los turistas pueden tener acceso solo invitados por una familia del municipio) que fomentan la unidad familiar y preservan nuestras tradiciones”, concluye.

Temazcal, recinto sagrado

Respecto al tema, la coordinadora de la Maestría en Antropología Social de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Leticia Villalobos Sampayo, explica que la existencia del baño de temazcal tiene registros en los códices mesoamericanos y que actualmente su uso predomina en la zona centro y norte del país.

También hay referencia de su historia en los códigos coloniales.

No obstante, subraya que varias culturas prehispánicas calificaban estos baños como recintos sagrados porque rendían culto a la madre patrona de las parteras y de la fertilidad, Toci.

la existencia del baño de temazcal tiene registros en los códices mesoamericanos. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

“El temazcal es un lugar simbólico, pero también de sanación. Ahora han tenido una transición, porque son de vapor, pero siguen favoreciendo la salud de la mujer, en especial de aquella que ha dado a luz y que amamanta”, destaca.

Comparte que en una investigación que efectuó sobre los baños de vapor, donde el objeto de estudio fueron dos establecimientos de la ciudad de Puebla, conoció que los beneficios que proporcionan apoyan a las mujeres, al quitarles la frialdad en el cuerpo y evitar que contraigan malestares después del parto.

En Puebla hay un municipio donde las temperaturas que pueden alcanzar los 50 grados centígrados son bien recibidas y hasta disfrutadas por sus habitantes, quienes incluso realizan rituales para generarlas y evitar que se extingan en el menor tiempo posible.

Se trata de San Jerónimo Tecuanipan, un lugar cercano al volcán Popocatépetl y donde las familias rinden culto al calor y además lo consideran un aliado en el cuidado de la salud.

Es por ello que desde hace un par de siglos atesoran los dos “munditos” heredados por sus ancestros, que son los dos baños de temazcal que por generaciones han sido lugares de sanación y también de aseo personal.

En este territorio, actualmente viven 6 mil 597 personas y se estima que la mitad visita estos espacios que datan desde la época prehispánica. Antes del cambio de siglo era del 90 por ciento, pero la implementación de regaderas en las viviendas influyó que la estadística bajara, pero ese dato, a decir de los vecinos, no pone en riesgo la desaparición del ritual.

Al contrario, aseguran que los “munditos” ganan terreno por sus beneficios que proporcionan al cuerpo humano, al curar males como la “frialdad” y el dolor de huesos. A las mujeres en específico las ayuda a “cerrar” la cadera y heridas internas, así como aliviar molestias derivadas de un parto y cocer la leche materna cuando traen al mundo un nuevo ser.

Los habitantes de la región aseguran que es una tradición que ha transitado por generaciones, así como un aliado de la sanación. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

Por eso refieren que en Tecuanipan hay un comité encargado de proteger estas construcciones que tienen nombre y un papel preponderante entre las familias, porque también dan recibimiento a los nuevos habitantes del municipio y han sanado a otros más a lo largo de su vida.

El calor es a gusto

Desde el “mundito Xochipila”, uno de los dos baños de temazcal, Francisco Aponte Zamorano comienza a alimentar con leña una parte de esta estructura. Dicho proceso lo llama “quemar el baño”.

Es el primer paso que debe realizarse en el ritual que no está escrito, pero que empíricamente es sabido por todos cuando usan el temazcal, añade.

Se debe ir a traer la leña al campo y luego se comienza a quemar el temazcal. Todos los baños tienen una pequeña puerta que conduce a un espacio donde el fuego se produce para que el mundito comience a calentarse (…) la intensidad del calor es a gusto, si uno quiere más se le pone más leña y algunas personas le ponen ramas de árbol de durazno o aguacate porque producen más”, cuenta.

No habían pasado 30 minutos cuando Francisco dice que el baño está listo, pues refiere que el adobe y el ladrillo -materiales con el que está construido- son alimentadores de las altas temperaturas, y si la leña está bien seca, entonces la combinación es favorable para tener el bochorno deseado, es decir, entre más alto, mejor.

No comenta con precisión cuántos grados centígrados se alcanzan, pues indica que ese dato no es medido en el pueblo, pues el calor se tantea con la cantidad de leña usada para “quemar el baño”.

Asegura que de su abuelo aprendió esta parte del ritual, porque desde que tenía 18 años – ahora tiene 46- lo ayudaba a esta labor, que hoy realiza a petición de quien se lo solicite.

No es trabajoso, cuesta un poco, pero si usamos un pedazo de ocote y papel, el fuego brota”, expresa en un último comentario, para luego colocar la tapa que había retirado y sellarla con lodo para que el calor ya generado no escape al exterior.

Temazcal es curativo

El baño “Xochipila” es una construcción grande dividida en tres piezas. La central es el “mundito” porque es donde se produce el calor y el vapor. Es una estructura en forma de cúpula que puede albergar hasta 15 personas y está conectada con una sala de descanso para 50 personas. Ambas enlazan con la cocina, un espacio que los usuarios ocupan para calentar y preparar las aguas medicinales que obligadamente deben hervirse para curar los males de una persona.

Justamente en la cocina, El Sol de Puebla platicó con Felipa Aponte, quien desde niña aprendió de su abuelita a realizar la combinación herbolaria para terminar con la frialdad del cuerpo.

La central es el “mundito” porque es donde se produce el calor y el vapor. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla


En medio de la oscuridad que el tizne de la “quema del baño” provoca en los muros, expresa que el calor y el vapor, por sí solos, no son suficientes para reducir los males, porque las hierbas son otro elemento propio del ritual del temazcal.

“Pongo santamaría, romero, hojas de pirul, ruda, árnica, muicle y otras hierbas para preparar el agua que quita la frialdad, pero si se bebe también quita el dolor de estómago y ayuda mucho, en especial a la mujer”, subraya.

En su caso, afirma que el temazcal y el agua curativa la apoyó para reponerse cuando trajo al mundo a cada uno de sus tres hijos.

Una vez que prepara el manojo de hierbas, que actualmente es comercializado en cualquier mercado de Puebla, Felipa enlista que el segundo punto es agregarlo al bote de agua que se calienta a fuego lento en un tlecuil, que es avivado por leña.

Cuenta que el agua que surte el baño de temazcal es especial por provenir de la zona alta de volcán Popocatépetl, a través de un manantial que, aunque ha bajado su nivel de agua con el paso del tiempo, sigue llenando el pequeño tanquecito levantado junto a la zona donde se hacen los preparados.

Una vez que el agua estaba lista, la declarante explica que el siguiente paso es que la o el usuario debe bañarse con el concentrado en la sala de descanso, de preferencia al estilo “Eva o Adán” (sin ropa) o al menos de “Tarzán” (sólo con ropa interior) para después entrar al “mundito” y recibir los beneficios del calor, aunque quién lo haga primero debe lavarlo para retirar la ceniza de la “quema”.

El temazcal tiene “ombligo” y este es un pequeño orificio que ayuda a regular la temperatura interna. Hay personas que quieren más calor y lo tapan, pero otras lo destapan si sienten que ya hay demasiado, detalla.

“Algunas de las hierbas que usamos ya no se encuentran tan fácilmente como antes, porque antes en cualquier campo las veíamos, pero lo que hacen muchas personas es que las siembran en sus patios para usarlas cuando se necesiten porque esta agua curativa hasta es buena para curar el riñón”, reitera la declarante de 41 años de edad, quien desde su trinchera contribuye a que los temazcales en Tecuanipan sigan vigentes al compartir sus conocimientos a uno de sus hijos, quien fue el encargado de lavar el baño, para que después dos personas más ingresarán para recibir las altas temperaturas por el tiempo que aguantaran.

Durante el ritual, los usuarios pueden entrar y salir del “mundito”. Todos llevan piedras para tallar el cuerpo, pues otra las propiedades del temazcal es que es eficaz con la desaparición de la “mugre” en la piel. Una vez finalizado el baño, guardan reposo prolongado y la regla es que deben ducharse después de las 24 horas.

Eran largas filas para entrar al temazcal

“El sudor te saca lo malo”, asevera Crispina Quinto, otra vecina de Tecuanipan, quien resalta los numerosos beneficios del baño de temazcal y de vapor.

Recuerda que cuando era niña, las familias hacían fila cuando se quemaba el “mundito” porque todos querían entrar y una forma de apartar el lugar era dejando un costal y un bote en el pasillo.

Las hierbas son otro elemento propio del ritual del temazcal. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

“Si uno tenía mucho tiempo, entonces nos quedábamos horas, pero si no, solo nos untaban el tequesquite para que al entrar al mundito se nos saliera la mugre, aunque mi mamá nos tallaba bien con las piedras y luego volvías entrar al calor las veces que quisieras (…) es rico”, expone.

Con 54 años de vida, refiere que antes del cambio del siglo la mayoría de las familias acudía diario o por lo menos cada ocho días al temazcal, porque no había baños de regadera en las casas, pero después del año 2000 comenzaron a implementarse y de ahí las filas desaparecieron.

“Es una tradición bonita, porque nuestros abuelos y padres nos inculcaron a disfrutar el calor que cura y antes las mujeres ocupaban el baño de día y los hombres por la noche, aunque siempre ha predominado que sea por familia”, reitera.

Aunque platica que ahora van menos personas al temazcal, no significa que estos espacios vayan a desaparecer, pues en Tecuanipan solo hay dos baños familiares que nunca dejarán de quemarse.

“Hace unos 30 años existió un proyecto para agregar regaderas al temazcal, pero el pueblo no lo aceptó y mejor se reconstruyó el Xochipila, porque se le puso techo de cemento y se le retiró la teja y lámina que tenía para conservarlos”, puntualiza.

Al igual que otras voces ciudadanas, testifica que el temazcal sirve para sacar los males del cuerpo, por eso desde bebés, mujeres embarazadas, hasta personas de la tercera edad, lo usan como un método de sanación.

“Cuando la mujer da a luz es obligado el primer baño de temazcal para que su matriz cierre bien, cierren sus heridas y se le acabe el frío. Muchas abuelitas te echan alcohol y te limpian con la hoja del maíz para que uno sude más. También este baño es bueno para las mujeres que están por aliviarse y para aquellas que ya tuvieron al bebé, porque lo necesitan”, explica.

Temazcal es sinónimo de unión familiar y fiesta

En su opinión, el presidente municipal de San Jerónimo Tecuanipan, Ángel Cuanalo Aponte, puntualiza que los dos baños de temazcal de uso familiar son sinónimo de fiesta, convivencia y forman parte de los usos y costumbres.

Relata que su abuelo, cuando fue presidente en la década de los 90 del siglo pasado, remodeló el baño Xochipila, que tiene este nombre por el predio en el que está construido.

Familias completas del municipio vienen a bañarse, antes la organización de los baños estaba a cargo del Ayuntamiento, pero dos administraciones atrás el pueblo decidió que se formara un Comité ciudadano y ahora el Ayuntamiento ayuda a pagar la luz y realiza faenas en apoyo de estos lugares que forman parte de los atractivos del municipio”, ventila.

Temazcal es sinónimo de unión familiar y fiesta. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

Destaca que Tecuanipan es un lugar con atrayentes rurales y en ese sentido se presumen las costumbres que tienen las familias, siendo una de ellas el uso del temazcal.

Admite que en esta jurisdicción no se tiene proyectado abrir a los visitantes los dos “‘munditos”, porque éstos son del pueblo y el pueblo es reservado en este tema, ya que el 50 por ciento de los pobladores los usa, ya sea para festejar la llegada de un nuevo habitante, para tratar de sanar sus enfermedades, para convivir o darse un baño. Mientras que la mujer recurre a esta práctica para reponerse de un parto.

Revela que las familias del pueblo pueden usar el baño en el día que esté disponible a cambio de una cuota de 50 pesos.

También expone que se requiere de un presupuesto de 200 a 300 pesos para “quemar” el baño.

Por fortuna, asegura que hasta ahora no se ha registrado ningún accidente al interior de estos sitios a lo largo de la historia.

Solo que hace dos años fue puesta en marcha la restricción del aforo permitido, que de 50 personas pasó a 20, por la llegada de la pandemia.

“Vengan a visitar este municipio. San Jerónimo Tecuanipan tiene muchos atractivos, uno de ellos son sus baños de temazcal (a los que los turistas pueden tener acceso solo invitados por una familia del municipio) que fomentan la unidad familiar y preservan nuestras tradiciones”, concluye.

Temazcal, recinto sagrado

Respecto al tema, la coordinadora de la Maestría en Antropología Social de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Leticia Villalobos Sampayo, explica que la existencia del baño de temazcal tiene registros en los códices mesoamericanos y que actualmente su uso predomina en la zona centro y norte del país.

También hay referencia de su historia en los códigos coloniales.

No obstante, subraya que varias culturas prehispánicas calificaban estos baños como recintos sagrados porque rendían culto a la madre patrona de las parteras y de la fertilidad, Toci.

la existencia del baño de temazcal tiene registros en los códices mesoamericanos. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

“El temazcal es un lugar simbólico, pero también de sanación. Ahora han tenido una transición, porque son de vapor, pero siguen favoreciendo la salud de la mujer, en especial de aquella que ha dado a luz y que amamanta”, destaca.

Comparte que en una investigación que efectuó sobre los baños de vapor, donde el objeto de estudio fueron dos establecimientos de la ciudad de Puebla, conoció que los beneficios que proporcionan apoyan a las mujeres, al quitarles la frialdad en el cuerpo y evitar que contraigan malestares después del parto.

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