Con una mirada nueva y alegría, feligreses del municipio de Atzala presenciaron este viernes la colocación de la primera piedra del nuevo templo a Santiago Apóstol, en un evento que fue encabezado por la Fundación Empresarios por Puebla (FEPP), la Fundación Jenkins y la Arquidiócesis de Puebla, luego de que el antiguo templo colapsara durante el sismo del 19 de septiembre de 2017, mientras se realizaba un bautizo.
En el evento, al que asistió el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa, se informó que el nuevo templo sustituirá al inmueble histórico donde fallecieron 12 personas. La inversión inicial será de cuatro millones de pesos, que serán pagados por la Fundación Jenkins y los empresarios locales.
La FEPP señaló que ante la inacción de las autoridades estatales y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a dos años del seísmo, los empresarios locales decidieron comenzar las obras en dicha comunidad.
Herberto Rodríguez, presidente de la Fundación Empresarios por Puebla, dijo que se tomó la decisión de construir un nuevo templo – a una distancia de cuatro calles del anterior- derivado de que el INAH es el responsable del patrimonio cultural y la aplicación de seguros, por lo que fue una mejor opción la edificación de un inmueble nuevo.
Explicó que la comunidad financió el predio, mientras la Fundación Jenkins es la que dará cuatro millones de pesos para la primera etapa del proyecto, aunque en un futuro, serán hasta 12 millones de pesos lo que se destinen a esta parroquia, tomando en cuenta nuevos salones de catequesis y otras áreas de reflexión.
Será en un año cuando la nave principal esté lista, aunque la obra puede seguir hasta otro año y medio para terminar las áreas extraordinarias.
Para la segunda parte de la obra se está invitando a la comunidad a hacer las aportaciones. Inicialmente, la agrupación de cañeros ya ofreció una semana de trabajo, con máquinas, más 50 mil pesos.
“Atzala representa algo muy especial porque es donde murieron 12 personas (…) cuando fuimos a ver ese templo, sentíamos que, para darle esperanza al pueblo y porque fue el lugar donde murieron más personas, debíamos ayudar”, dijo el empresario.
Herberto Rodríguez comentó que esta obra es una muestra de que el tema de la reconstrucción no debe olvidarse, sobre todo por la aplicación de seguros que debió hacer el INAH en los templos dañados en el estado poblano, sin olvidar los recursos que se destinaron a otros inmuebles patrimonio y a viviendas.
