“Es de tradición familiar, cada viaje es una aventura distinta”, así es ser ferrocarrilero

Trabajadores en activo y jubilados confirman que las concesiones provocaron la etapa crítica del sistema ferroviario mexicano

Silvia Campos | El Sol de Puebla

  · sábado 7 de noviembre de 2020

Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla

Rafael Lara Grajales, Pue. Ser ferrocarrilero es de herencia, es una labor que se enseña de padres a hijos y pese a que los años dorados del ferrocarril en México ya pasaron, el orgullo de cumplir con este noble trabajo permanece, así lo indicaron ferroviarios jubilados y activos en el marco del 7 de noviembre “Día del ferrocarrilero”.

Don Nicolás Huerta Romero, trabajador jubilado de los extintos Ferrocarriles Nacionales de México (FNM), narró sus experiencias mientras recorría con nostalgia las vías de la estación San Marcos, ubicada en el municipio de Rafael Lara Grajales, Puebla, recuerda que justo ahí en la ruta México-Veracruz vivió muchas satisfacciones personales y para su familia.

UNA MIRADA AL PASADO

Destacó que su padre y sus abuelos también fueron ferrocarrileros y le heredaron el gusto por esta noble labor. Relató que es originario de Esperanza, Puebla, pero en el año de 1988, a la edad de 21 años llegó a Lara Grajales, tras la muerte de su padre, quien murió en un accidente de tren.

“Yo entré a trabajar en el departamento de vía, éramos los encargados de repararla, en ese entonces los durmientes eran de madera y constantemente se dañaban. Luego ascendí a guarda vía y después participé en el sindicato ferrocarrilero”, narró.

Enfatizó que, en ese entonces, trabajar en ferrocarriles de México era muy respetado y era sinónimo de estatus social, ya que al ser empleados federales gozaban de un buen salario y prestaciones de ley.

Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla

Sin embargo, todo eso cambio entre 1995 y 2001 con el proceso de la privatización de los ferrocarriles mexicanos mediante la figura jurídica de las concesiones, años críticos para los trabajadores ferroviarios, debido a los cambios en las condiciones laborales.

“Cuando me tocó jubilarme me dolió mucho separarme de mi trabajo, dejé de trabajar en 1999, ese año también tuve un accidente, estaba en horas de servicio y me resbalé del tren, la maquina me trituró ambas piernas, pero eso no cambia los años gloriosos que viví en el ferrocarril, yo digo que el ser ferrocarrilero lo trae uno en el corazón”, expresó.

LA MODERNIDAD

Don Julián Rojas Flores, originario de Orizaba, Veracruz, quien cuenta con 40 años en el servicio ferroviario y continúa laborando como conductor de tren para la empresa Ferrocarril del Sureste S.A. de C.V. (Ferrosur), señaló que después de que los ferrocarriles dejaron de ser un medio de transporte para pasajeros se convirtieron en piezas fundamentales para el crecimiento económico y comercial de México.

“Antes, los trenes medían 18 metros, ahora llegan a medir hasta 25 metros, en ellos se transportan toneladas de granos, materiales para la construcción, automotrices y sustancias químicas muy peligrosas como cloro, amoniaco, entre otras”, contó.

Compartió que su día inicia con una llamada telefónica, porque los trenes no tienen horario y los conductores deben estar disponible las 24 horas del día, al tiempo que recordó que la modernización del ferrocarril en México significó la reducción de los puestos de trabajo y un cambio drástico en las condiciones laborales.

“Ahora ganamos por viaje, si no viajamos no ganamos dinero, sin embargo, este trabajo lo traemos en la sangre, es de tradición familiar, cada viaje es una aventura distinta y lo hacemos con mucho gusto”, subrayó.

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Finalmente, en el punto de la inseguridad destacó que afortunadamente las cifras sobre asaltos al tren en la ruta México-Veracruz van a la baja, sin embargo, puntualizó que son los bloqueos los que realmente les afectan, por lo que hizo un llamado a los manifestantes a buscar otra alternativa para expresar sus inconformidades, sin que ello represente una afectación al trabajo de terceros.

ORIGEN DE LA CONMEMORACIÓN

Dicho festejo, tiene como trasfondo una trágica historia que hoy en día es conocida como la del “Héroe de Nacozari” en honor al maquinista de 26 años de edad, Jesús García Corona, quien espontáneamente ofrendó su vida un día 7 de noviembre de 1907, al sacar valientemente del pueblo de Nacozari, Sonora, un tren cargado con dinamita que ya se estaba incendiando, salvando la vida de sus habitantes.

Foto: Edgar Barrios | El Sol de Puebla