Acatzingo rompió con una tradición de más de 100 años por la contingencia sanitaria del coronavirus, debido a que canceló su tradicional procesión por las principales calles del municipio, aunque conservó la representación simbólica de la aprehensión de Jesús.
La tradición en este municipio se caracteriza por un niño vestido de Jesús que procesiona junto a la imagen religiosa por las principales calles de esta ciudad.
Este año la representación de Jesús estuvo a cargo de Erik Adrián, de 7 años de edad y detrás de él, el cirineo, que lo ayuda a carga la cruz.
Mientras, un grotesco Judas, que carga con las monedas de plata que le dieron por su traición, mueve sus brazos de un lado a otro rodeando a Judas.
Este año, los caballos y los judíos que en general son más de 70 se redujeron a menos de 10. Montaron guardias para que no entrara la gente al patio de la iglesia y desde lejos, pudieran adorar a la imagen de Jesús, vestido de azul.
Cada año después de la representación inicia una procesión que termina a las 12 de la noche. Hoy por las medidas sanitarias por coronavirus en el que se pide no realizar eventos masivos, no hubo recorrido.
Menos de 100 personas estuvieron esparcidas fuera del templo de Jesús de Alonso para ver desde lejos a su santo milagroso.
No obstante, su fe les ganó y cuando salió la imagen, se acercaron a la reja para rezar y hubo quienes lloraron.
El representante de la iglesia de Jesús de Alonso, Rosendo Arellano Zayas, informó que con los organizadores decidieron realizar simbólicamente la representación de la detención de Jesús sin convocar a la comunidad religiosa.
Recordó que en la procesión participan miles de personas y que el recorrido tradicional va por las calles principales hasta llegar al convento.