La disputa por terrenos y las diferencias entre los cañeros ha provocado al menos 50 conflictos de tierra en los últimos tres años que han llegado hasta los tribunales, así lo confirma Lázaro Bello García, líder cañero de la unión local de productores de caña de la Confederación Nacional Campesina (CNC), quien ha dado seguimiento a los casos.
En ocasiones, explicó el cañero, la situación escala a tal grado que la discusión termina en lesionados o decesos, como ocurrió la semana pasada en la comunidad de Derramadero, del municipio de Tilapa, en el que una persona fue asesinada.
El pasado 30 de mayo, se registró una trifulca por ejidos de caña, provocando una pelea campal entre dos grupos de campesinos, con el resultado de un hombre sin vida tras ser herido con machete, al igual que seis lesionados. Entre estos se encontraba José Luis Rosas Quiñones, ex líder de La Unión Nacional de Cañeros (CNRP) y ex diputado suplente local del ahora fallecido Gerardo Islas Maldonado.
Sobre estos conflictos, Lázaro Bello indicó que los problemas ejidales han existo desde hace décadas y han detectado que los problemas ocurren regularmente al interior de las familias, por ejemplo, cuando un hermano emigra a Estados Unidos y al regresar quiere terrenos que ya están repartidos entre los hermanos que se quedaron en México.
“Lamentablemente, los que se quedan trabajando las tierras son los que se hacen herederos por los padres, sin contar a los hijos que emigran a la Unión Americana, y cuando regresan y progresaron, pues reclaman algo que quizá ya no es suyo”, señaló.
Hay otros casos más graves, como el de los grupos de cañeros y ejidatarios de Tilpa, donde la mayoría son terrenos ejidales y la autoridad que intervine en estos casos es el Tribunal Agrario, tal como ocurrió en la comunidad de Derramadero, cuando los perdedores del juicio arremetieron contra quienes fueron declarados como legítimos propietarios.
A decir de Lázaro Bello García en los tres años que lleva al frente de la organización, se han presentado cincuenta casos en diferentes puntos de la región, entre ellos Izúcar de Matamoros, Chietla, Tilapa y Tepeojuma, en el estado de Puebla, mientras que por lo menos otro más corresponde al municipio de Axochiapan, en el estado de Morelos, pero que también produce para el Ingenio de Atencingo.
Aunque la mayoría de los casos pasan de manera irrelevante, otros más sí son marcados, aunque siempre hay intervención de las organizaciones o en su caso, de la misma gerencia del ingenio azucarero de Atencingo y son posteriormente enviados a los tribunales agrarios.
Para Fernando N., un campesino de La Galarza dijo que “a veces los ejidatarios son tan necios y bruscos que finalmente las consecuencias son fatales”, por lo que es responsabilidad de cada quien, resolverlos como marque la ley.
Motor de la Mixteca
De acuerdo con los datos que ofrece la organización, la zafra mantiene una derrama económica que supera los tres millones de pesos durante la actividad del corte de la vara dulce, sin contar los ingresos que percibe el ingenio azucarero de Atencingo, y es que es uno de los motores más grande que mantiene económicamente la Mixteca poblana.
Cabe mencionar que existe empleos directos al corte de la zafra, sin embargo, la economía se eleva de manera indirecta, es decir, que el beneficio es para las familias de los trabajadores, para los negocios, para las rutas de combis, para talacheros y mecánicos, entre otros trabajadores.
El ingenio azucarero, por su parte, percibe un ingreso de alrededor de 3 millones 500 mil pesos, con ayuda de casi mil trabajadores que laboran de planta en el inmueble, siendo por ello, un motor para la economía de la región.