Fidel Teutli inició sus labores en la Cruz Roja Mexicana delegación Puebla hace 50 años. Pese a que tuvo daños muy severos en la columna, no desistió de su entusiasmo por ayudar a más personas y continuar trabajando.
Esta mañana fue reconocido por su medio siglo de servicio ininterrumpido en el marco del Día del Socorrista, celebrado cada 24 de junio. Él, junto con sus demás compañeros con 30, 40 y 50 años de trabajo, fue galardonado por quienes han recorrido este camino de ayuda hacia los demás.
“Ha pasado situaciones difíciles últimamente, su salud lo ha quebrado, pero con todo el ahínco y entusiasmo, por todo el amor que le tiene a su trabajo, sigue dispuesto a subirse a las ambulancias”, expresó Mario Ramírez, coordinador estatal de Socorros.
Aunque Fidel ya no puede realizar las mismas actividades que antes, no duda en poner en riesgo su propia salud por seguir ayudando, aunque tenga que cambiar las labores de antes. “Si no puedo subirme a la ambulancia, vendré a la cabina y ahí ayudaré”, agregó.
Cerca de 20 colaboradores de esta dependencia fueron galardonados por sus compañeros, algunos de ellos decidieron jubilarse hace algunos años, pero continúan con las labores de voluntariado, pues para ellos la edad no es un límite para seguir apoyando.
La nostalgia fue visible en este evento. Cada que algún colaborador recibía su constancia de antigüedad, sus compañeros no dudaron en ovacionar de pie, con aplausos y palabras de alegría el placer que fue convivir con esa persona, en especial los más jóvenes, quienes siguen aprendiendo de ellos y los ven como un ejemplo a seguir.
“Han entregado su vida, su tiempo, su espacio y dedicación por atender de forma oportuna con calidez humana. Este reconocimiento es por su esfuerzo día con día, porque no somos individuales, somos un equipo, y estamos orgullosos de portar el uniforme”, compartió el coordinador.
Finalmente, las y los condecorados agradecieron la asistencia de compañeros, familiares y seres queridos, haciendo hincapié en que ejercer esta profesión es un privilegio, lleno de grandes satisfacciones, pero también de muchos sacrificios.