Desde hace 15 años, Fernando Cabañas administra una empresa recolectora de llantas de desecho, ubicada en la colonia Amaluquilla, en la ciudad de Puebla, la cual da trabajo a más de ocho personas.
La función que ellos realizan es recoger llantas en barrancas y ríos, así como en empresas llanteras, para después empezar a quitarles la cobertura a los neumáticos y lo que sobra lo separan para desecho que después ocuparán como combustible.
El proceso consiste en quitar el piso a las llantas, el cual posteriormente venden a los artesanos de Tepeyahualco, quienes lo utilizan para hacer guaraches, dedicándose desde hace años a la producción de estos objetos artesanales.
El resto de la llanta la mandan a plantas cementeras ubicadas en Tula, Hidalgo; Orizaba, Veracruz, y también en Villahermosa, Tabasco, material que estas empresas utilizan como combustible alterno, para evitar un exceso de contaminación.
La empresa de Don Fernando trabaja en conjunto principalmente con los ayuntamientos de Veracruz, ya que en este estado se han preocupado por deshacerse de las llantas, puesto que representan un foco generador del mosquito transmisor del dengue, incluso en esa entidad se realizan los Llantatones para recolectar la mayor cantidad de este material de desecho.
Entre los trabajadores de esta empresa recicladora destaca la presencia Don Bruno Francisco Rodríguez Sánchez, de 82 años, quien desde hace 12 años se dedica al arrastre y acomodo de llantas, también hace amarres de lo que van pelando.
Don Francisco, quien antes de trabajar aquí se dedicaba a picar piedra, se siente agradecido de que lo hayan contratado en este lugar que le permite obtener un ingreso para llevar a su familia, puesto que en otros empleos lo rechazaban debido a lo avanzado de su edad.