A dos días de la elección de Donald Trump como el próximopresidente de Estados Unidos, miles de migrantes mexicanos sientenincertidumbre, preocupación y temor de ser deportados. “Estamosen shock. No se siente la misma vibra que se sentía antes, lagente ya no nos mira como antes”, resume Trinidad, una de tantaspaisanas en aquel país.
A decir de esta mujer, que hace 17 años cruzó ilegalmente lafrontera y se estableció en Denver, Colorado, desde el martes quese definió a Trump como el sucesor de Barack Obama, el ambiente sevolvió pesado y tenso, por lo que viven en angustia.
Para ella, la postulación del empresario desató los peoressentimientos contenidos por miles de norteamericanos y el egoísmode un buen tanto de hispanos ciudadanizados como estadunidenses quetambién votaron por él.
“Para muchas personas que no habían hecho obvio su racismo,fue el canal para que se revelaran, vieron la oportunidad de sacarlo que ellos en realidad sentían, pensaban, el señor les abrióel camino y se descararon”, acusó.
La situación ha hecho pensar a Trinidad que ella y su esposocorren el riesgo de ser deportados a México, dejando enincertidumbre a sus tres hijos, dos niñas de 11 y un año, y unvarón de nueve años de edad.
“Los abogados nos dicen que no entremos en pánico, que hayque esperar hasta que (Barack) Obama deje su cargo y los primeros100 días (de Trump) porque ahí es donde se va a ver cómo es ycómo va a hacer todo lo que él había amenazado, pero nosotrosestamos preocupados, debemos estar un paso más adelante”,añadió.
Para protegerse, explicó, la familia ha tomado la decisión degastar lo menos posible y saldar todas las cuentas que pudieratener pendientes.
Pero sobre todo, confesó, junto con su esposo han comenzado abuscar alternativas para poner a salvo a sus hijos en caso de queellos fueran enviados a México.
Para ello, indicó, planean gestionar el pasaporte de la máspequeña, iniciar el trámite de su naturalización, e incluso,entregar un eventual poder tutelar de sus tres hijos a un par deamigos, para que ellos puedan permanecer en la UniónAmericana.
“Nosotros no habíamos pensado en regresar (a México) porqueaquí (en Estados Unidos) tenemos una vida muy tranquila, estamoseconómicamente bien a como viviríamos si regresáramos a México,además, mis hijos no han vivido ninguna carencia en este país”,expresó.
Para terminar, añadió que está reuniendo teléfonos deabogados y escuchando todas las opiniones posibles acerca de cómoprotegerse, ella y su esposo, para no ser deportados, en caso deque Donald Trump cumpla su amenaza de expulsar a miles de migrantesen cuanto asuma la presidencia.