/ miércoles 12 de julio de 2023

Necesario formar abogados con verdadera vocación social: expertos

La abogacía no siempre está en favor de los más vulnerables y en Puebla faltan abogados con perfil social, consideraron defensores y especialistas

Defender los intereses de las personas respaldándose en lo que indica la ley, ese es el trabajo de los abogados, esas personas que luchan por hacer justicia y protegen las causas de los que más lo necesitan. Sin embargo, para especialistas y los mismos profesionales del Derecho en Puebla, la abogacía no siempre está en favor de los más vulnerables. Entrevistados por este diario, consideraron que hacen falta más personas que busquen como fin primordial ayudar a la ciudadanía y no sólo tomar casos por beneficio económico, muchas veces pasando por encima la justicia.

Este 12 de julio se conmemora el Día del Abogado en nuestro país, un día que fue decretado desde 1960 por el entonces presidente de México, Adolfo López Mateos, que busca celebrar la vocación por la defensa de la justicia, pero también quiere hacer conciencia entre las personas que se dedican a esta profesión y que no olviden los principios fundamentales que rigen a un abogado, como la integridad y la ética profesional.

En esta edición, El Sol de Puebla presenta el trabajo de cuatro abogados enfocados en la lucha contra la violencia de género, los derechos de los migrantes poblanos, así como la desaparición de personas, y abordarán la importancia de aplicar la perspectiva de género en los casos. En suma, un especialista en derecho dará a conocer las características que un aspirante al ejercicio de esa profesión debe de tener.

Faltan abogados que defiendan causas sociales

Christian Hernández Arellano es un abogado especializado en justicia electoral y cuenta con un máster en Derecho penal, no obstante, la vida lo encaminó a defender a mujeres, principalmente a aquellas víctima de violencia que fueron decepcionadas por sus abogados y que no encontraron en sus defensores primarios la justicia que anhelaban.

“Yo siempre tuve la convicción de estudiar Derecho por diversos factores, primero por ascendencia familiar, en mi familia hay muchos abogados y en un segundo término, pues siempre en el seno familiar me inculcaron saber de todos los temas, de hablar de todo y eso me inclinó a investigar y a estudiar Derecho. Desde que estudié me metí a fondo en la carrera y no la abandoné”, compartió a este medio.

Si bien, al principio no estuvo en sus planes defender casos sociales, ya que él quería dedicarse a los temas políticos, la cercanía con esta rama hizo que escuchara casos de mujeres víctimas de varios tipos de violencia y cómo la justicia les había fallado. Fue así que, en afán de reivindicar su carrera, decidió capacitarse en un modelo asistencial y defender los derechos de mujeres, niñas, niños y adolescentes.

Su caso más sonado fue el de Andrea Lezama, una mujer víctima de violencia vicaria, a la cual su ex pareja le arrebató a su hijo por más de nueve años. El abogado logró que recuperara a su hijo que estaba en otra entidad, que este hombre fuera vinculado a proceso y fue el primer hecho por violencia vicaria que llegó a los tribunales no solo en el estado, sino en el país y en Latinoamérica.

“El caso de Andrea ya venía rezagado por mucho tiempo, agotando diversas acciones ante la Fiscalía General del Estado sin que hubiera podido alcanzar su propósito, que era la recuperación de su pequeño hijo. Hubo acercamiento, la apoyé a través de los medios legales correspondientes y a partir de eso y a los dos meses ya teníamos avances con su hijo”, comentó.

Desde ese momento da acompañamiento a más de 40 mujeres víctimas de violencia, principalmente de violencia vicaria (cuando un hombre le arrebata a la madre sus hijos para hacerle daño) y su asesoría legal la hace de manera gratuita, ya que muchas de ellas no tienen la solvencia económica. Incluso, ha logrado que otros de sus compañeros acepten casos similares para extender el beneficio.

“Algunas sólo quieren orientación porque tienen un abogado que, aunque ya le pagaron, no se ha logrado nada. No quiero entrar en detalles, pero he escuchado cantidades exageradas de casi un millón de pesos que abogados les han pedido a estas madres aprovechándose de que ellas quieren recuperar a sus hijos. Yo quiero poner mi granito de arena, aportando, y en eso estoy, no busco retribución, sólo retribución a la sociedad”, agregó.

Desde su óptica, en el estado de Puebla hacen falta más abogados que se enfoquen en causas sociales y abogados que hagan trabajo pro bono público, es decir, para el bien público, ya que es una de las misiones que les inculcan durante la carrera, pero que muy pocos estudiosos del Derecho la aplican, pues optan por sólo generar ingresos para beneficio personal.

“Estas causas son inagotables y todos deberíamos de aportar. Todos los abogados deberíamos de tener vocación social de manera permanente (…) ahora los jóvenes ya no quieren hacer trabajos gratuitos y creo que esto debería de ser un requisito académico y una actividad constante, todos deberíamos estar obligados a brindar o patrocinar por lo menos un número de asuntos al año para brindar ese apoyo a la sociedad”, concluyó.

Christian Hernández Arellano decidió capacitarse en un modelo asistencial y defender los derechos de mujeres, niñas, niños y adolescentes. Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla

Un abogado debe de aportar para que haya menos injusticias

Simón Hernández León es abogado, defensor de los derechos humanos y coordinador de la Facultad de Derecho en la Universidad Iberoamericana, campus Puebla. Para él, algunos abogados ayudan a construir una mejor realidad para las personas y hacen que la sociedad tenga menos injusticias o desigualdades. No obstante, también cree que se necesita más vocación y más profesionistas que quieran servir a los más vulnerables.

Sus experiencias de vida hicieron que estudiara Derecho, ya que fue testigo de varias injusticias en su entorno familiar y el complicado acceso a la justicia. Por tanto, desde que comenzó su licenciatura se comprometió a contribuir con su conocimiento y facilitar todos estos procesos a las personas que se les dificulta, ya sea por problemas económicos o sociales.

“Estudiar Derecho fue una inclinación hacia lo social que algunos abogados tenemos, tratar de caracterizar la vocación de la profesión jurídica, vemos que hay distintas experiencias, hay quienes vienen de familias donde históricamente el abuelo, el papá y el hijo son abogados, hay otras que lo hacen por la proyección pública, por la carrera política, pero hay otras que han encontrado este camino en un sentido de servicio, de buscar aportar en un mundo en donde haya menos injusticias, menos violencia y menos desigualdad”, opinó.

Nunca dudó de ser abogado, pero no siempre quiso dedicarse a la defensa de derechos humanos. Esa pasión llegó hasta que hizo su servicio social y pudo trabajar de cerca con pueblos indígenas del país, puntualmente con la detención injusta de personas indígenas. Posteriormente llegó la docencia y actualmente quiere inculcarles a sus alumnos ese amor por lo social.

Hace tres años y medio llegó a la Ibero Puebla, en un proceso de cambio en la rectoría de la universidad y comenzó su trabajo con una gran tarea, el cargo de la Dirección Académica de la licenciatura en Derecho, en donde además pudo presentar el proyecto de una Clínica Jurídica de nombre Minerva Calderón, la cual ya cumplió un año.

En la clínica, algunos miembros de la Facultad de Derecho brindan acompañamiento y atención a familiares con alguna persona desaparecida o que registraron desaparición forzada. Hoy en día brindan seguimiento a 32 carpetas de investigación, cuando con anterioridad, algunos de estos casos nunca habían tenido el respaldo de un abogado.

También apoyan con la defensa de tierras de ejidatarios poblanos que se ven asediados por concesiones mineras y ha trabajado para reivindicar el autogobierno de los pueblos y comunidades indígenas, donde también se aboga por la entrega de recursos para su autogestión. “Hemos ido construyendo una red de trabajo dependiendo de las necesidades que vemos en Puebla y queriendo garantizar mejores condiciones para las personas y las comunidades”, puntualizó.

Simón Hernández explicó que se necesita más vocación y más profesionistas que quieran servir a los más vulnerables. Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla

El académico consideró que hacen falta más abogados sociales en la entidad, ya que hay varias problemáticas en donde se necesita asesoría jurídica, insistió, en el tema de desaparecidos, pues el año pasado Puebla quedó en la posición 12 a nivel nacional por número de casos, lo que la comparó a los estados del norte del país.

“Es una carrera que históricamente se ha conformado por una visión muy elitista, por una idea en donde el ser abogado es una posición de prestigio, de posición política, de posición económica, pero dentro de esa visión dominante, también hay otras expresiones e identidades que no se quedan calladas ante una represión, pero sí nos parece que se necesitan más abogados de lo social, para las personas menos favorecidas”, externó.

Para concluir, dijo que un abogado se enfrenta a varios retos, pero principalmente debe de ser firme y no dejarse llevar por las “malas prácticas”. “Hay muchos casos que los abogados no defendieron adecuadamente y no ejercieron con responsabilidad. Muchas personas pierden sus recursos económicos y cuando se revisan los expedientes se encuentra la mala intervención de los abogados”, lamentó.

Se necesitan abogados sociales con perfil migratorio

Tomás Romero Martínez es otro abogado que tiene más de 14 años de experiencia en temas de migración. Es presidente del Centro Latinoamericano de Impulso a las Comunidades, donde ha sido coordinador de dos encuentros binacionales entre autoridades municipales y comunidades migrantes en Estados Unidos. Para él, deberían de existir más abogados sociales con perfil migratorio, ya que muy pocos migrantes de Puebla que se van al país vecino tienen acceso a la justicia.

Tomás es originario de la capital poblana, pero a corta edad se mudó con toda su familia al municipio de Cuetzalan, en donde vivió gran parte de su infancia. Desde niño alzó la voz por las injusticias, le gustaba ser líder y representar a varios grupos. Con el paso del tiempo se dio cuenta que lo suyo era ser abogado para defender las causas justas de las personas sin recursos económicos.

Vivir en la Sierra Norte del estado hizo que se diera cuenta de las carencias de las personas y el fenómeno migratorio que está latente en Puebla. Tan sólo hay que recordar que tres millones de poblanos viven en Estados Unidos. Gracias al acercamiento que tuvo con un partido político fue como pudo adentrarse más en este tema.

Viajó a varios estados norteamericanos, vivió con migrantes de Puebla, se hizo parte de la comunidad migrante y entendió que los paisanos que viven allá sólo quieren algo de las autoridades, que es tener identidad. ¿Cómo lograrían esa identidad?, pues dándoles derecho a la nacionalidad, libertad de tránsito, a la no discriminación y esto sólo lo podía hacer un abogado.

Después de identificar su verdadera pasión, que fue la defensa de los migrantes, creó el Centro Latinoamericano de Impulso a las Comunidades, que es una organización civil. Dejó de trabajar para el partido en el que militaba y generó políticas públicas e investigaciones por su cuenta para migrantes poblanos.

“La migración es otra realidad (…) el mayor porcentaje de las comunidades indígenas sufren un proceso migratorio a las ciudades grandes y de ahí brincan a Estados Unidos, cuando empiezo a hacer este análisis me empapé de la migración (…) para que una política pública sea exitosa debe estar involucrada con el contexto y el campo (…) son discriminados y viven otra realidad”, relató.

Cuando fue a vivir a Estados Unidos para entender a las comunidades migrantes se dio cuenta que a los “paisanos” los persigue el miedo constante de ser deportados y no se sienten libres. Mucho de esto tiene que ver con su situación jurídica y la única persona que puede asesorarlos es un abogado especializado, inclusive, muchos de ellos con el afán de ya ser “legales” han sido víctima de fraudes.

Por toda esta situación es que actualmente promueve campañas educativas dirigidas a los migrantes, con temas principalmente de derechos humanos, pero a las autoridades les brinda capacitación de intercambios comerciales, culturales y de promoción turística. Para él, un abogado debe tener un gran conocimiento de las leyes para buscar el beneficio de las personas.

El trabajo de Tomás fue reconocido con el galardón al mérito educativo por el Tecnológico de San Miguel el Grande en Oaxaca; menciones y reconocimientos por los alcaldes de la ciudad de Los Ángeles California, Antonio R. Villaraigosa y Eric Garcetti; así como por la periodista Jackeline Cacho, considerada una de las 25 mujeres latinas más influyentes en Estados Unidos. En el 2021 la Fundación “United Across Borders Foundation” le entregó un reconocimiento por su trabajo en favor de la comunidad poblana en USA, y recibió el galardón al liderazgo social por la Fundación Cultural Forjadores de México y el reconocimiento Cuna, del Ejército Mexicano.

Ejercer el derecho con perspectiva de género, uno de los retos

Para Norma Pimentel, abogada, maestra fiscal, doctora en Derecho y presidenta en Puebla de la organización Phi Delta Phi, que es una sociedad de honor legal internacional, el mayor reto al que se enfrentan los abogados es a ejercer la profesión con perspectiva de género, para que así se logre una verdadera justicia para mujeres, niñas y adolescentes.

Considera que para lograr la perspectiva de género se debe tener vocación por la justicia, por la igualdad y los ideales de llevar el beneficio a este sector de manera más fácil y accesible. Empero, también cree que no todo recae en los defensores, pues en el estado faltan ministerios públicos especializados en esta materia, no hay suficientes autoridades ministeriales ni capacitación.

Aceptó que no todos los despachos ni todas las instituciones académicas han adoptado este compromiso de colocar los derechos humanos, la perspectiva de género y la igualdad como sus pilares, pero cree que sí hay avances importantes.

“Creo que se ha logrado con la ley como guía un avance significativo, tenemos reformas que han podido colocar al centro la igualdad sustantiva y también colocar al centro los derechos humanos para recuperar esos espacios que por siglos nos fueron negados. Considero que como gremio nos faltan muchos retos por superar, tener perspectiva de género consiste en una responsabilidad tanto de hombres como mujeres, pero es un proceso de construcción constante”, abundó.

Asimismo, cree que es necesario que desde las facultades a los abogados se les capacite en esta perspectiva de género, para que cuando se gradúen sea más fácil su aplicación: “En la abogacía tenemos mucha información importante para poder consolidar nuestros compromisos y abonar a este cambio y sobre todo que la justicia llegue a las mujeres y niñas y que se vuelva restaurativa”.

Resaltó que anteriormente más hombres que mujeres solían dedicarse a la carrera de Derecho, pero que actualmente se han invertido las cifras. Ya son más las mujeres que estudian esta carrera, pero a la hora de la contratación, se sigue viendo que las empresas y despachos prefieren a los hombres, un hecho que la abogada lamentó.

“Creo que ya nos encontramos con la cuota de 50 + 1, a mí no me gusta decir que hay una participación de cuota, más bien, creo que ya hay muchísima más participación activa de mujeres. Sin menospreciar el espacio, el reto ya no es solamente acceder a la educación, esa es la base, sin duda, el otro tema es, después, cuando te gradúas para ejercer. Ahí todavía hay muchos retos, empresas que ofrecen el servicio de abogacía o en su caso despacho, pero la participación de mujeres no es del 50 por ciento”, concluyó.

Necesario inculcarles valores a los futuros abogados

Ante todo este panorama, Fernando Méndez Sánchez, director de la Facultad de Derecho en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), consideró que desde las aulas los maestros deben inculcarles a los futuros abogados valores para llevar casos con honestidad y que se apasionen por el servicio público, no sólo por una remuneración económica o estatus.

Como profesor, cree que a todos los estudiantes de Derecho se les debería incluir la ética en su plan de estudios y cómo esta ética se verá reflejada en el respeto de sus clientes y en su carrera profesional, debido a que la tarea del abogado es “defender”.

“En el caso de Derecho, los alumnos que quieran estudiar esta carrera deben estar comprometidos con la idea de justicia, sí, es algo complicado porque la justicia puede ser subjetiva desgraciadamente, pero que es importante en la actualidad por cómo está nuestra sociedad (…) como sociedad moderna los problemas no cesan, se mantienen activos y cada vez son mayores, estos problemas necesitan soluciones pacíficas y buenos abogados”, resaltó.

Subrayó que los médicos tienen en sus manos la vida de las personas, pero los abogados tienen en sus manos eso por lo que vale la pena vivir, como el patrimonio, la libertad, el afecto de los hijos, la seguridad, la dignidad del trabajo, entre otros valores. Tomando en cuenta esta analogía, considera que deben existir más abogados enfocados en temas sociales.

Sugirió a los estudiantes y nuevas generaciones actuar con equidad, actuar con justicia, defender dentro de su carga de trabajo a los grupos vulnerables y tener las siguientes aptitudes en caso de dedicarse a esta carrera: buena argumentación, buenos planteamientos, siempre defender la verdad, valentía, honestidad, rectitud, responsabilidad en los casos y un gusto por la lectura.

"Nosotros tratamos de reforzar a los alumnos estos valores para que ayuden y lo vemos en Puebla, México y el mundo, hacen falta más abogados sociales, necesitamos profesionistas jurídicos comprometidos realmente con la justicia, sociedad, con sus clientes, con un respeto a la dignidad. En muchas ocasiones llegan esos chistes de abogados, que, como los plátanos, jamás encontrarás uno derecho, y eso molesta, hay que reivindicar eso, que los abogados demostremos que tenemos un compromiso social”, remató.


Defender los intereses de las personas respaldándose en lo que indica la ley, ese es el trabajo de los abogados, esas personas que luchan por hacer justicia y protegen las causas de los que más lo necesitan. Sin embargo, para especialistas y los mismos profesionales del Derecho en Puebla, la abogacía no siempre está en favor de los más vulnerables. Entrevistados por este diario, consideraron que hacen falta más personas que busquen como fin primordial ayudar a la ciudadanía y no sólo tomar casos por beneficio económico, muchas veces pasando por encima la justicia.

Este 12 de julio se conmemora el Día del Abogado en nuestro país, un día que fue decretado desde 1960 por el entonces presidente de México, Adolfo López Mateos, que busca celebrar la vocación por la defensa de la justicia, pero también quiere hacer conciencia entre las personas que se dedican a esta profesión y que no olviden los principios fundamentales que rigen a un abogado, como la integridad y la ética profesional.

En esta edición, El Sol de Puebla presenta el trabajo de cuatro abogados enfocados en la lucha contra la violencia de género, los derechos de los migrantes poblanos, así como la desaparición de personas, y abordarán la importancia de aplicar la perspectiva de género en los casos. En suma, un especialista en derecho dará a conocer las características que un aspirante al ejercicio de esa profesión debe de tener.

Faltan abogados que defiendan causas sociales

Christian Hernández Arellano es un abogado especializado en justicia electoral y cuenta con un máster en Derecho penal, no obstante, la vida lo encaminó a defender a mujeres, principalmente a aquellas víctima de violencia que fueron decepcionadas por sus abogados y que no encontraron en sus defensores primarios la justicia que anhelaban.

“Yo siempre tuve la convicción de estudiar Derecho por diversos factores, primero por ascendencia familiar, en mi familia hay muchos abogados y en un segundo término, pues siempre en el seno familiar me inculcaron saber de todos los temas, de hablar de todo y eso me inclinó a investigar y a estudiar Derecho. Desde que estudié me metí a fondo en la carrera y no la abandoné”, compartió a este medio.

Si bien, al principio no estuvo en sus planes defender casos sociales, ya que él quería dedicarse a los temas políticos, la cercanía con esta rama hizo que escuchara casos de mujeres víctimas de varios tipos de violencia y cómo la justicia les había fallado. Fue así que, en afán de reivindicar su carrera, decidió capacitarse en un modelo asistencial y defender los derechos de mujeres, niñas, niños y adolescentes.

Su caso más sonado fue el de Andrea Lezama, una mujer víctima de violencia vicaria, a la cual su ex pareja le arrebató a su hijo por más de nueve años. El abogado logró que recuperara a su hijo que estaba en otra entidad, que este hombre fuera vinculado a proceso y fue el primer hecho por violencia vicaria que llegó a los tribunales no solo en el estado, sino en el país y en Latinoamérica.

“El caso de Andrea ya venía rezagado por mucho tiempo, agotando diversas acciones ante la Fiscalía General del Estado sin que hubiera podido alcanzar su propósito, que era la recuperación de su pequeño hijo. Hubo acercamiento, la apoyé a través de los medios legales correspondientes y a partir de eso y a los dos meses ya teníamos avances con su hijo”, comentó.

Desde ese momento da acompañamiento a más de 40 mujeres víctimas de violencia, principalmente de violencia vicaria (cuando un hombre le arrebata a la madre sus hijos para hacerle daño) y su asesoría legal la hace de manera gratuita, ya que muchas de ellas no tienen la solvencia económica. Incluso, ha logrado que otros de sus compañeros acepten casos similares para extender el beneficio.

“Algunas sólo quieren orientación porque tienen un abogado que, aunque ya le pagaron, no se ha logrado nada. No quiero entrar en detalles, pero he escuchado cantidades exageradas de casi un millón de pesos que abogados les han pedido a estas madres aprovechándose de que ellas quieren recuperar a sus hijos. Yo quiero poner mi granito de arena, aportando, y en eso estoy, no busco retribución, sólo retribución a la sociedad”, agregó.

Desde su óptica, en el estado de Puebla hacen falta más abogados que se enfoquen en causas sociales y abogados que hagan trabajo pro bono público, es decir, para el bien público, ya que es una de las misiones que les inculcan durante la carrera, pero que muy pocos estudiosos del Derecho la aplican, pues optan por sólo generar ingresos para beneficio personal.

“Estas causas son inagotables y todos deberíamos de aportar. Todos los abogados deberíamos de tener vocación social de manera permanente (…) ahora los jóvenes ya no quieren hacer trabajos gratuitos y creo que esto debería de ser un requisito académico y una actividad constante, todos deberíamos estar obligados a brindar o patrocinar por lo menos un número de asuntos al año para brindar ese apoyo a la sociedad”, concluyó.

Christian Hernández Arellano decidió capacitarse en un modelo asistencial y defender los derechos de mujeres, niñas, niños y adolescentes. Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla

Un abogado debe de aportar para que haya menos injusticias

Simón Hernández León es abogado, defensor de los derechos humanos y coordinador de la Facultad de Derecho en la Universidad Iberoamericana, campus Puebla. Para él, algunos abogados ayudan a construir una mejor realidad para las personas y hacen que la sociedad tenga menos injusticias o desigualdades. No obstante, también cree que se necesita más vocación y más profesionistas que quieran servir a los más vulnerables.

Sus experiencias de vida hicieron que estudiara Derecho, ya que fue testigo de varias injusticias en su entorno familiar y el complicado acceso a la justicia. Por tanto, desde que comenzó su licenciatura se comprometió a contribuir con su conocimiento y facilitar todos estos procesos a las personas que se les dificulta, ya sea por problemas económicos o sociales.

“Estudiar Derecho fue una inclinación hacia lo social que algunos abogados tenemos, tratar de caracterizar la vocación de la profesión jurídica, vemos que hay distintas experiencias, hay quienes vienen de familias donde históricamente el abuelo, el papá y el hijo son abogados, hay otras que lo hacen por la proyección pública, por la carrera política, pero hay otras que han encontrado este camino en un sentido de servicio, de buscar aportar en un mundo en donde haya menos injusticias, menos violencia y menos desigualdad”, opinó.

Nunca dudó de ser abogado, pero no siempre quiso dedicarse a la defensa de derechos humanos. Esa pasión llegó hasta que hizo su servicio social y pudo trabajar de cerca con pueblos indígenas del país, puntualmente con la detención injusta de personas indígenas. Posteriormente llegó la docencia y actualmente quiere inculcarles a sus alumnos ese amor por lo social.

Hace tres años y medio llegó a la Ibero Puebla, en un proceso de cambio en la rectoría de la universidad y comenzó su trabajo con una gran tarea, el cargo de la Dirección Académica de la licenciatura en Derecho, en donde además pudo presentar el proyecto de una Clínica Jurídica de nombre Minerva Calderón, la cual ya cumplió un año.

En la clínica, algunos miembros de la Facultad de Derecho brindan acompañamiento y atención a familiares con alguna persona desaparecida o que registraron desaparición forzada. Hoy en día brindan seguimiento a 32 carpetas de investigación, cuando con anterioridad, algunos de estos casos nunca habían tenido el respaldo de un abogado.

También apoyan con la defensa de tierras de ejidatarios poblanos que se ven asediados por concesiones mineras y ha trabajado para reivindicar el autogobierno de los pueblos y comunidades indígenas, donde también se aboga por la entrega de recursos para su autogestión. “Hemos ido construyendo una red de trabajo dependiendo de las necesidades que vemos en Puebla y queriendo garantizar mejores condiciones para las personas y las comunidades”, puntualizó.

Simón Hernández explicó que se necesita más vocación y más profesionistas que quieran servir a los más vulnerables. Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla

El académico consideró que hacen falta más abogados sociales en la entidad, ya que hay varias problemáticas en donde se necesita asesoría jurídica, insistió, en el tema de desaparecidos, pues el año pasado Puebla quedó en la posición 12 a nivel nacional por número de casos, lo que la comparó a los estados del norte del país.

“Es una carrera que históricamente se ha conformado por una visión muy elitista, por una idea en donde el ser abogado es una posición de prestigio, de posición política, de posición económica, pero dentro de esa visión dominante, también hay otras expresiones e identidades que no se quedan calladas ante una represión, pero sí nos parece que se necesitan más abogados de lo social, para las personas menos favorecidas”, externó.

Para concluir, dijo que un abogado se enfrenta a varios retos, pero principalmente debe de ser firme y no dejarse llevar por las “malas prácticas”. “Hay muchos casos que los abogados no defendieron adecuadamente y no ejercieron con responsabilidad. Muchas personas pierden sus recursos económicos y cuando se revisan los expedientes se encuentra la mala intervención de los abogados”, lamentó.

Se necesitan abogados sociales con perfil migratorio

Tomás Romero Martínez es otro abogado que tiene más de 14 años de experiencia en temas de migración. Es presidente del Centro Latinoamericano de Impulso a las Comunidades, donde ha sido coordinador de dos encuentros binacionales entre autoridades municipales y comunidades migrantes en Estados Unidos. Para él, deberían de existir más abogados sociales con perfil migratorio, ya que muy pocos migrantes de Puebla que se van al país vecino tienen acceso a la justicia.

Tomás es originario de la capital poblana, pero a corta edad se mudó con toda su familia al municipio de Cuetzalan, en donde vivió gran parte de su infancia. Desde niño alzó la voz por las injusticias, le gustaba ser líder y representar a varios grupos. Con el paso del tiempo se dio cuenta que lo suyo era ser abogado para defender las causas justas de las personas sin recursos económicos.

Vivir en la Sierra Norte del estado hizo que se diera cuenta de las carencias de las personas y el fenómeno migratorio que está latente en Puebla. Tan sólo hay que recordar que tres millones de poblanos viven en Estados Unidos. Gracias al acercamiento que tuvo con un partido político fue como pudo adentrarse más en este tema.

Viajó a varios estados norteamericanos, vivió con migrantes de Puebla, se hizo parte de la comunidad migrante y entendió que los paisanos que viven allá sólo quieren algo de las autoridades, que es tener identidad. ¿Cómo lograrían esa identidad?, pues dándoles derecho a la nacionalidad, libertad de tránsito, a la no discriminación y esto sólo lo podía hacer un abogado.

Después de identificar su verdadera pasión, que fue la defensa de los migrantes, creó el Centro Latinoamericano de Impulso a las Comunidades, que es una organización civil. Dejó de trabajar para el partido en el que militaba y generó políticas públicas e investigaciones por su cuenta para migrantes poblanos.

“La migración es otra realidad (…) el mayor porcentaje de las comunidades indígenas sufren un proceso migratorio a las ciudades grandes y de ahí brincan a Estados Unidos, cuando empiezo a hacer este análisis me empapé de la migración (…) para que una política pública sea exitosa debe estar involucrada con el contexto y el campo (…) son discriminados y viven otra realidad”, relató.

Cuando fue a vivir a Estados Unidos para entender a las comunidades migrantes se dio cuenta que a los “paisanos” los persigue el miedo constante de ser deportados y no se sienten libres. Mucho de esto tiene que ver con su situación jurídica y la única persona que puede asesorarlos es un abogado especializado, inclusive, muchos de ellos con el afán de ya ser “legales” han sido víctima de fraudes.

Por toda esta situación es que actualmente promueve campañas educativas dirigidas a los migrantes, con temas principalmente de derechos humanos, pero a las autoridades les brinda capacitación de intercambios comerciales, culturales y de promoción turística. Para él, un abogado debe tener un gran conocimiento de las leyes para buscar el beneficio de las personas.

El trabajo de Tomás fue reconocido con el galardón al mérito educativo por el Tecnológico de San Miguel el Grande en Oaxaca; menciones y reconocimientos por los alcaldes de la ciudad de Los Ángeles California, Antonio R. Villaraigosa y Eric Garcetti; así como por la periodista Jackeline Cacho, considerada una de las 25 mujeres latinas más influyentes en Estados Unidos. En el 2021 la Fundación “United Across Borders Foundation” le entregó un reconocimiento por su trabajo en favor de la comunidad poblana en USA, y recibió el galardón al liderazgo social por la Fundación Cultural Forjadores de México y el reconocimiento Cuna, del Ejército Mexicano.

Ejercer el derecho con perspectiva de género, uno de los retos

Para Norma Pimentel, abogada, maestra fiscal, doctora en Derecho y presidenta en Puebla de la organización Phi Delta Phi, que es una sociedad de honor legal internacional, el mayor reto al que se enfrentan los abogados es a ejercer la profesión con perspectiva de género, para que así se logre una verdadera justicia para mujeres, niñas y adolescentes.

Considera que para lograr la perspectiva de género se debe tener vocación por la justicia, por la igualdad y los ideales de llevar el beneficio a este sector de manera más fácil y accesible. Empero, también cree que no todo recae en los defensores, pues en el estado faltan ministerios públicos especializados en esta materia, no hay suficientes autoridades ministeriales ni capacitación.

Aceptó que no todos los despachos ni todas las instituciones académicas han adoptado este compromiso de colocar los derechos humanos, la perspectiva de género y la igualdad como sus pilares, pero cree que sí hay avances importantes.

“Creo que se ha logrado con la ley como guía un avance significativo, tenemos reformas que han podido colocar al centro la igualdad sustantiva y también colocar al centro los derechos humanos para recuperar esos espacios que por siglos nos fueron negados. Considero que como gremio nos faltan muchos retos por superar, tener perspectiva de género consiste en una responsabilidad tanto de hombres como mujeres, pero es un proceso de construcción constante”, abundó.

Asimismo, cree que es necesario que desde las facultades a los abogados se les capacite en esta perspectiva de género, para que cuando se gradúen sea más fácil su aplicación: “En la abogacía tenemos mucha información importante para poder consolidar nuestros compromisos y abonar a este cambio y sobre todo que la justicia llegue a las mujeres y niñas y que se vuelva restaurativa”.

Resaltó que anteriormente más hombres que mujeres solían dedicarse a la carrera de Derecho, pero que actualmente se han invertido las cifras. Ya son más las mujeres que estudian esta carrera, pero a la hora de la contratación, se sigue viendo que las empresas y despachos prefieren a los hombres, un hecho que la abogada lamentó.

“Creo que ya nos encontramos con la cuota de 50 + 1, a mí no me gusta decir que hay una participación de cuota, más bien, creo que ya hay muchísima más participación activa de mujeres. Sin menospreciar el espacio, el reto ya no es solamente acceder a la educación, esa es la base, sin duda, el otro tema es, después, cuando te gradúas para ejercer. Ahí todavía hay muchos retos, empresas que ofrecen el servicio de abogacía o en su caso despacho, pero la participación de mujeres no es del 50 por ciento”, concluyó.

Necesario inculcarles valores a los futuros abogados

Ante todo este panorama, Fernando Méndez Sánchez, director de la Facultad de Derecho en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), consideró que desde las aulas los maestros deben inculcarles a los futuros abogados valores para llevar casos con honestidad y que se apasionen por el servicio público, no sólo por una remuneración económica o estatus.

Como profesor, cree que a todos los estudiantes de Derecho se les debería incluir la ética en su plan de estudios y cómo esta ética se verá reflejada en el respeto de sus clientes y en su carrera profesional, debido a que la tarea del abogado es “defender”.

“En el caso de Derecho, los alumnos que quieran estudiar esta carrera deben estar comprometidos con la idea de justicia, sí, es algo complicado porque la justicia puede ser subjetiva desgraciadamente, pero que es importante en la actualidad por cómo está nuestra sociedad (…) como sociedad moderna los problemas no cesan, se mantienen activos y cada vez son mayores, estos problemas necesitan soluciones pacíficas y buenos abogados”, resaltó.

Subrayó que los médicos tienen en sus manos la vida de las personas, pero los abogados tienen en sus manos eso por lo que vale la pena vivir, como el patrimonio, la libertad, el afecto de los hijos, la seguridad, la dignidad del trabajo, entre otros valores. Tomando en cuenta esta analogía, considera que deben existir más abogados enfocados en temas sociales.

Sugirió a los estudiantes y nuevas generaciones actuar con equidad, actuar con justicia, defender dentro de su carga de trabajo a los grupos vulnerables y tener las siguientes aptitudes en caso de dedicarse a esta carrera: buena argumentación, buenos planteamientos, siempre defender la verdad, valentía, honestidad, rectitud, responsabilidad en los casos y un gusto por la lectura.

"Nosotros tratamos de reforzar a los alumnos estos valores para que ayuden y lo vemos en Puebla, México y el mundo, hacen falta más abogados sociales, necesitamos profesionistas jurídicos comprometidos realmente con la justicia, sociedad, con sus clientes, con un respeto a la dignidad. En muchas ocasiones llegan esos chistes de abogados, que, como los plátanos, jamás encontrarás uno derecho, y eso molesta, hay que reivindicar eso, que los abogados demostremos que tenemos un compromiso social”, remató.


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