Tehuacán es cuna del amaranto en el mundo y, a pesar de eso, ha sido un alimento poco valorado aun cuando este contiene propiedades que ayudan a combatir la desnutrición, por esa razón se siembra en algunos países de África porque soporta la sequía, comentó Patricia Porras Loaiza, profesora de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP).
Dicho cereal fue la base de la dieta prehispánica junto con el maíz y el frijol, porque contiene aminoácidos, proteínas, ácidos grasos, omega 6 y 3, escualeno, calcio, hierro, magnesio, vitaminas o fibra dietética.
Durante la presentación del Primer Congreso Mundial del Amaranto, que se llevará a cabo del 10 al 12 de octubre en San Pedro Cholula, destacó que otra nación que ha visto beneficios en sus propiedades es Chile, país que ha integrado este alimento en diversos platillos.
En México, Puebla es el principal productor de amaranto con un volumen de 2 mil 281 toneladas en 2017 y un valor de producción de 15 millones 679 mil pesos, informó la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa). Otros estados donde se cultiva son Tlaxcala, Estado de México, Ciudad de México, Oaxaca y Morelos.
“Entonces es un alimento muy equilibrado, muy completo, tiene propiedades muy particulares, la molécula se absorbe mucho más fácil que cualquier otro almidón, entonces ahorita para la dieta de muchas personas se puede usar muy bien el amaranto para ayudar a que tengan energía, por ejemplo, los diabéticos”, comentó Porras.
Dijo que una dieta balanceada incluye hasta 60 gramos de amaranto al día; consumir más de esa porción podría no ser adecuado debido a que el amaranto también contiene almidones.
Sin embargo, detalló que en países africanos donde existe desnutrición y también sequía, se ha sembrado el cereal de la cultura prehispánica para disminuir los índices, proyecto que ha tenido avances importantes.
Destacó que durante el primer congreso que se llevará a cabo en Hotel Posada Señorial estarán los líderes del proyecto de África con la finalidad de dar a conocer los resultados del combate a la desnutrición que han tenido en ese continente.
“Lo despreciamos, solo lo visualizamos como alegrías, pero se puede usar para tortillas, atoles, agua de amaranto, sopas, arroz, se tuesta y se agrega en el arroz y tiene mayor proteína, o en la panadería”, destacó.