En el Centro Histórico de la ciudad de Puebla se llevó a cabo la XXXII Procesión de Viernes Santo, un evento religioso que reunió aproximadamente a 160 mil personas y contó con la presencia de ocho imágenes religiosas. En el mensaje, el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, pidió a la ciudadanía reflexionar la vida y muerte de Jesús.
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Entre los asistentes destacados estuvieron el gobernador del estado de Puebla, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, el alcalde de la capital Adán Domínguez Sánchez y el rector de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), Emilio Baños Ardavín, quienes acompañaron el recorrido y participaron activamente en la celebración.
Durante la procesión, se pudo observar a personas de todas las edades emocionadas al ver pasar las imágenes, especialmente adultos mayores y enfermos que se conmovieron hasta las lágrimas. Además, la solidaridad estuvo presente con gestos como la distribución de aguas y el aliento de porras para hacer más llevadero el camino a los participantes.
Fue a las 11:00 horas cuando las imágenes y sus respectivos contingentes se reunieron en el atrio de la Iglesia de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, (Catedral de Puebla), para poder ser bendecidas. El orden de las imágenes para el desfile religioso fue el siguiente:
Niño Doctor que proviene del Santuario de Tepeaca, Virgen de la Soledad del Templo de la Soledad, Jesús de Nazareno de las Tres Caídas, Jesús de la Misericordia del Templo de la Compañía, Virgen de los Dolores del Templo del Carmen, Jesús de Nazareno, el Señor de las Maravillas y un Jesús Crucificado que se quedó en la entrada de la Catedral.
Previo a comenzar, el arzobispo de Puebla tomó la palabra y recordó que la fe, así como la devoción de los católicos poblanos es muy grande y por ello, esta es una de las procesiones más grandes y hermosas del país.
De igual modo, recordó que la Procesión de Viernes Santo es una caminata de acompañamiento, “siguiendo a Cristo en torno a nuestro Pastor” y no es una procesión del silencio como muchos la hacen llamar.
El objetivo de la Procesión, es que la ciudadanía católica haga un acto de meditación, reflexión y renovación espiritual con el Señor, esto previo a los hechos que llevaron a Jesús a su muerte en la cruz.
“Durante la cuaresma con nuestras acciones cuaresmales y con nuestra oración, nos preparamos para estos días santos (…) peregrinamos en torno a las imágenes más queridas (…) no solo seremos espectadores, sino que los acompañaremos con la oración”, dijo Sánchez Espinosa.
Posteriormente arrancó la procesión, la cual, fue encabezada por una descubierta de motocicletas, miembros de la Cruz Roja, tamborileros, niños vestidos de ángeles, estandartes y grupos pertenecientes a la Comisión Diocesana para el Apostolado de los Laicos.
Siguió el Santo Niño Doctor y detrás de él, el Comité Organizador, el gobernador, el alcalde, el rector de la UPAEP y el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa. Hay que mencionar que, por su estado de salud, monseñor tuvo que seguir la Procesión en un pequeño vehículo.
Antes de que comenzara la caminata, los asistentes creyeron que ni el edil, ni el mandatario estatal acudirían, pues ya estaba todo listo para salir y ellos no llegaban, pero minutos previos ambos arribaron al atrio con sus respectivas esposas y se unieron a la marcha espiritual.
No faltaron las personas que le echaron porras a Céspedes Peregrina y que intentaron tomarse fotografías con él. Al titular del Ejecutivo lo acompañaron algunos de sus secretarios, como Araceli Soria Córdoba, titular de salud, el secretario de Gobernación, Javier Aquino Limón y Martha Ornelas, titular de Turismo.
En el desarrollo de la actividad, se pudieron ver a cantantes católicos que estaban instalados en algunos balcones. Incluso, se formó un Comité Particular de Balcones para tener control de todos los cantantes y en total fueron 29 espacios de este tipo que se asignaron.
Se recorrieron las principales calles del núcleo de la ciudad y se hizo una parada en el Paseo Bravo, en donde el padre que encabezó la eucaristía, celebró la magnitud de las personas que llegaron, pero también el ambiente emotivo y solidario que se vivió.
En este punto, se recibió la imagen de Jesús de Nazareno de la parroquia de San José y ya con su compañía, se dio paso a la solemne lectura, adoración de la Santa Cruz y se escucharon algunos cantos religiosos.
El padre que dirigió la misa, pidió paz por Puebla y que ya no se registre más violencia, ni desapariciones, ni muertes. “¿Cuánto sufrió nuestro señor?, pero lo hizo por ti y por mí (..) no hay que dejar que triunfe el pecado”, expresó el religioso.
A lo largo del recorrido, se vieron familias reunidas para ver las imágenes, pero no sólo de Puebla, también de turistas locales y extranjeros. Aplaudieron, lloraron, se abrazaron y todo culminó de nueva cuenta en el atrio del zócalo de la ciudad.
