La lucha contra las drogas no termina con el decomiso de estas sustancias, pues se corre el riesgo de que de otra manera regresen a las calles, por lo que el combate real termina cuando el producto es destruido o incluso es utilizado con fines sociales, tal y como sucede desde hace unos meses en Ecuador, donde es utilizada para la fabricación de cemento.
Pero esta determinación no es casualidad, pues de acuerdo con la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), tan solo en los últimos dos años las autoridades de este país sudamericano han logrado confiscar alrededor de 400 toneladas de clorhidrato de cocaína, además de que este país se encuentra en un punto central del tráfico de dichas sustancias.
¿Por qué convierten la cocaína decomisada en cemento?
Aunque comúnmente las sustancias de este estilo que son decomisadas eran incineradas mediante un proceso que por cada 70 kilos de clorhidrato tiene una duración de alrededor de una hora, por lo que esta técnica pierde efectividad cuando se trata de grandes cantidades de droga, esto sin considerar factores como el tamaño de los paquetes o la presentación que estos tienen.
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De aquí que se optara por el método de la encapsulamiento, mediante el cual se pulveriza todo lo recaudado y a partir de ello se propuso mezclar dicho polvo con cemento, arena, agua y aditivo de dureza para producir plataformas de concreto, colocando al país sudamericano como uno de los pioneros en destrucción de este tipo de sustancias, logrando incluso reconocimiento internacional.
De estas labores se encarga una planta de tratamiento de residuos en Quito, donde de cientos de bloques se someten a pruebas de homologación, para que finalmente sean pulverizadas junto con materiales como vidrios y medicamentos vencidos, luego de lo que toda la mezcla termina por ser unida con ingredientes que generarán la sustancia para crear bloques o piezas de concreto.
¿Cuáles son los beneficios de convertir la cocaína en cemento?
Dentro de los beneficios de este procedimiento tiene, radican el hecho de que más barato para las autoridades, se puede ejecutar en un menor intervalo de tiempo, además de que no afecta al medio ambiente, según ha declarado en repetidas ocasiones Pablo Ramírez, Director de Investigación Antidrogas de Ecuador, incluso la más reciente destrucción fue de ocho toneladas el mismo día según Fabiola Gallardo, presidenta de la Corte de Justicia de Guayas.
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Otro de los puntos a favor que tiene esta iniciativa radica en el hecho de que con las cantidades decomisadas se había agotado el espacio disponible en los 27 almacenes con los que dispone el gobierno ecuatoriano para la disposición de estas sustancias, además de que también se había superado la cantidad de hornos con los que se cuenta para la incineración de las mismas.
Finalmente, luego de todo este proceso resulta una matriz estable, dura e impenetrable, evitando que la cocaína se filtre al suelo o pueda ser recuperada, al grado que incluso están siendo utilizadas 350 toneladas de cocaína pulverizada rellenar un hoyo de aproximadamente 15 metros de profundidad con capas de concreto para lo que será un piso de almacén en dicha planta.
