Hace 50 años se creó en Hong Kong un restaurante flotante que fue bautizado con el nombre de Jumbo, fue uno de los comercios más importantes de la zona, ya que ofrecía una buena vista porque flotaba sobre el Mar de la China Meridional, esto les permitía a sus comensales tener una buena experiencia mientras degustaban sus alimentos.
Este lugar se volvió uno de los favoritos de los magantes, famosos, y personas influyentes, pues fue visitado por la reina Isabel II, el actor de Hollywood Tom Cruise y el multimillonario Richard Branson. Hace poco, se informó que luego de un incidente se hundió, por lo que tuvo que despedirse para siempre.
Desde el año 2020 ya no estaba abierto al público, y es que tuvieron que cerrarlo a causa de la crisis sanitaria por la Covid-19, así por recomendación de las autoridades, no recibe clientes desde entonces. Además, el dueño indicó que a partir del 2013 no dejaba ganancias y su mantenimiento solo generaba más deudas.
¿QUÉ LE PASÓ AL JUMBO?
A través de un comunicado emitido por la Aberdeen Restaurant Enterprises Ltd. Se explicó que el pasado sábado 18 de junio, el barco presentó una serie de “condiciones adversas”, en consecuencia, tuvieron que trasladarlo a una ubicación secretara para atender esa situación.
Sin embargo, durante su paso por las islas Xisha, también conocidas como islas Paracelso, le entró agua por un orifico inferior, esto provocó que se comenzara a hundir, intentaron hacer lo necesario para recuperarlo, pero no funcionó, ya que perdieron el control rápido.
No se reportaron víctimas, solo pérdidas materiales. En el informe resaltaron que “Debido a que la profundidad del agua en el lugar es mayor a 1.000 metros, (ello hace que sea) extremadamente difícil realizar trabajos de salvamento”, indicó la compañía, y precisó estar “muy triste por este accidente”. La nave naufragó el domingo.
Tras dar esta información, se agregó que antes de iniciar con su traslado, le colocaron la protección necesaria para que pudiera viajar sin problemas, por eso, no entienden que fue lo que le pasó: “La empresa está recabando más detalles del accidente de parte de la compañía que lo remolcó”, refirieron.
De esta forma, es que este restaurante de casi 80 metros (260 pies) de eslora, con capacidad para 2 mil 300 comensales, que tuvo un costo de construcción de 4.1 millones de dólares, cerró sus puertas de manera definitiva en el 2022.