/ martes 18 de febrero de 2020

“Nuestra alma se desgarró desde el día en el que te asesinaron”, dan último adiós a Eli

La maestra y víctima de feminicidio fue sepultada en Puebla; el presunto responsable sigue prófugo

“Eli, el día de hoy estamos todos aquí reunidos para despedirte porque tu cuerpo se va, pero tu alma se queda en nuestros corazones. Quiero que sepas que tú siempre fuiste luz y seguirás siendo luz en nuestras vidas. Guerrera, amiga y cómplice”, con estas palabras, entre el sollozo y la indignación de haber perdido a uno de sus seres amados, es como ayer familiares, amigos y compañeros de trabajo despidieron a María Elizabeth, la maestra asesinada por su exesposo en la región de San Martín Texmelucan.

Fue este lunes por la mañana cuando el cuerpo de la maestra de educación física de 32 años de edad, partió del domicilio de sus padres al sur de la ciudad, hacia la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, también en la capital poblana, de donde ella era originaria.

Tras la misa de cuerpo presente, el féretro de la mujer que incluso tenía una maestría en pedagogía por la Universidad Autónoma de Puebla, además de un diplomado en neuromotricidad y neuro intervención infantil, y dedicar su tiempo y esfuerzo a la docencia y rehabilitación de niños, fue trasladado al panteón de la colonia Guadalupe Hidalgo, en la calle Segunda de Juárez y avenida Cuauhtémoc.

Ahí, poco después de las 13:00 horas, alrededor de 60 personas, entre familiares, amigos, compañeros de trabajo y conocidos de la familia, rezaron en memoria de la maestra.

Acompañada de mariachi, incienso y flores, el cuerpo de Eli o Mary, como le decían de cariño, fue llevado hasta su sepulcro, donde entre aplausos y lágrimas, amigas de la mujer dijeron algunas palabras.

“Eli, eras de las pocas personas que sabían llorar y reír al mismo tiempo. A pesar de algunos sufrimientos y derrotas siempre saliste triunfante; guerrera, amiga y cómplice, maestra, hermana, madre, hija, siempre ejemplar, te queremos, te amamos, y estamos seguros que, desde allá, donde estés, vigilarás de tus dos estrellas que son tus hijos. Sentimos que nuestra alma se desgarró desde el día en el que te asesinaron”, con el nudo en la garganta pronunció una amiga y compañera de trabajo de la víctima.

No obstante, el mensaje de los deudos también se hizo presente, desde luego, en el sentido de justicia para la madre de familia que deja a dos pequeños en la orfandad.

“Estamos viviendo el duelo, consternados, ocupados en despedir a mi sobrina, sin embargo, pedimos su ayuda para encontrar al culpable, pedimos justicia para que no haya ninguna más en México. Mi sobrina era una persona que se dedicaba al magisterio, tenía una maestría, todo el magisterio está consternado, nos han externado su apoyo, grupo, sociedades. Mis sobrinos afortunadamente ya están con nosotros, con nuestra familia, pero va a ser un golpe muy duro crecer con eso, por eso es la exigencia de justicia”, al borde de las lágrimas, ayer, pidió una tía de María Elizabeth, quien aunque era originaria de la ciudad de Puebla, al conseguir una plaza como decente en la región de San Martín Texmelucan, se mudó hacia aquel municipio donde fue asesinada.

Hoy, sus restos ya descansan en el campo santo, cerca del lugar y la familia que la vio crecer, y cuyo recuerdo de María Elizabeth ahora son sus dos pequeños hijos, no obstante, el clamor y deseo de justicia sigue ahí presente, por lo que piden a las autoridades no dejar el caso y detener al presunto responsable, exesposo de la mujer y padre de los dos pequeños.

En cuanto a los hechos, cabe recordar que todo ocurrió la tarde del pasado viernes 14 de febrero, alrededor ‪de las 16:00 horas, en un domicilio de la calle Apolinar Garrido de la Unidad Habitacional Magisterial, ubicada en la comunidad de Santa Rita Tlahuapan, perteneciente al municipio de San Martín Texmelucan, cuando María Elizabeth regresaba de trabajar y Jorge Ernesto la esperaba para que le entregara a sus dos hijos menores, ya que al tener la custodia compartida de los niños, a él le tocaba cuidarlos los fines de semana.

Sin embargo, aquel día, a empujones, el sospechoso habría metido a la víctima hacia su casa, donde tras una discusión, tomó un cable y la ahorcó para después llevarse a sus dos hijos a bordo de un automóvil, sin que se supiera más de él ni de los niños.

No obstante, al día siguiente se supo sobre la localización de los infantes, pero no del presunto feminicida de Mary, por lo que este sujeto continúa siendo buscado por las autoridades ministeriales.

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“Eli, el día de hoy estamos todos aquí reunidos para despedirte porque tu cuerpo se va, pero tu alma se queda en nuestros corazones. Quiero que sepas que tú siempre fuiste luz y seguirás siendo luz en nuestras vidas. Guerrera, amiga y cómplice”, con estas palabras, entre el sollozo y la indignación de haber perdido a uno de sus seres amados, es como ayer familiares, amigos y compañeros de trabajo despidieron a María Elizabeth, la maestra asesinada por su exesposo en la región de San Martín Texmelucan.

Fue este lunes por la mañana cuando el cuerpo de la maestra de educación física de 32 años de edad, partió del domicilio de sus padres al sur de la ciudad, hacia la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, también en la capital poblana, de donde ella era originaria.

Tras la misa de cuerpo presente, el féretro de la mujer que incluso tenía una maestría en pedagogía por la Universidad Autónoma de Puebla, además de un diplomado en neuromotricidad y neuro intervención infantil, y dedicar su tiempo y esfuerzo a la docencia y rehabilitación de niños, fue trasladado al panteón de la colonia Guadalupe Hidalgo, en la calle Segunda de Juárez y avenida Cuauhtémoc.

Ahí, poco después de las 13:00 horas, alrededor de 60 personas, entre familiares, amigos, compañeros de trabajo y conocidos de la familia, rezaron en memoria de la maestra.

Acompañada de mariachi, incienso y flores, el cuerpo de Eli o Mary, como le decían de cariño, fue llevado hasta su sepulcro, donde entre aplausos y lágrimas, amigas de la mujer dijeron algunas palabras.

“Eli, eras de las pocas personas que sabían llorar y reír al mismo tiempo. A pesar de algunos sufrimientos y derrotas siempre saliste triunfante; guerrera, amiga y cómplice, maestra, hermana, madre, hija, siempre ejemplar, te queremos, te amamos, y estamos seguros que, desde allá, donde estés, vigilarás de tus dos estrellas que son tus hijos. Sentimos que nuestra alma se desgarró desde el día en el que te asesinaron”, con el nudo en la garganta pronunció una amiga y compañera de trabajo de la víctima.

No obstante, el mensaje de los deudos también se hizo presente, desde luego, en el sentido de justicia para la madre de familia que deja a dos pequeños en la orfandad.

“Estamos viviendo el duelo, consternados, ocupados en despedir a mi sobrina, sin embargo, pedimos su ayuda para encontrar al culpable, pedimos justicia para que no haya ninguna más en México. Mi sobrina era una persona que se dedicaba al magisterio, tenía una maestría, todo el magisterio está consternado, nos han externado su apoyo, grupo, sociedades. Mis sobrinos afortunadamente ya están con nosotros, con nuestra familia, pero va a ser un golpe muy duro crecer con eso, por eso es la exigencia de justicia”, al borde de las lágrimas, ayer, pidió una tía de María Elizabeth, quien aunque era originaria de la ciudad de Puebla, al conseguir una plaza como decente en la región de San Martín Texmelucan, se mudó hacia aquel municipio donde fue asesinada.

Hoy, sus restos ya descansan en el campo santo, cerca del lugar y la familia que la vio crecer, y cuyo recuerdo de María Elizabeth ahora son sus dos pequeños hijos, no obstante, el clamor y deseo de justicia sigue ahí presente, por lo que piden a las autoridades no dejar el caso y detener al presunto responsable, exesposo de la mujer y padre de los dos pequeños.

En cuanto a los hechos, cabe recordar que todo ocurrió la tarde del pasado viernes 14 de febrero, alrededor ‪de las 16:00 horas, en un domicilio de la calle Apolinar Garrido de la Unidad Habitacional Magisterial, ubicada en la comunidad de Santa Rita Tlahuapan, perteneciente al municipio de San Martín Texmelucan, cuando María Elizabeth regresaba de trabajar y Jorge Ernesto la esperaba para que le entregara a sus dos hijos menores, ya que al tener la custodia compartida de los niños, a él le tocaba cuidarlos los fines de semana.

Sin embargo, aquel día, a empujones, el sospechoso habría metido a la víctima hacia su casa, donde tras una discusión, tomó un cable y la ahorcó para después llevarse a sus dos hijos a bordo de un automóvil, sin que se supiera más de él ni de los niños.

No obstante, al día siguiente se supo sobre la localización de los infantes, pero no del presunto feminicida de Mary, por lo que este sujeto continúa siendo buscado por las autoridades ministeriales.

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