/ jueves 18 de abril de 2024

Acceso al agua: ¿un derecho poco efectivo?

Hoy en día vemos cosas que se vuelven noticias y crean gran atención: el escándalo provocado porque a un hombre, que se autopercibe mujer, se le niega el acceso al baño de damas; un joven acude a su graduación con el cabello largo; una mujer que dice empoderarse por abrir una cuenta en Only Fans; y tantas otros hechos que algunos toman como si fueran sumamente importantes, pero que habría que analizar y determinar si contribuyen a una mejor sociedad.

Hoy en día vemos una propaganda política donde vemos mentiras que caen en el absurdo, como afirmar que nuestro país es el mejor del mundo, no porque no sea deseable para todos, sino porque es una afirmación absolutamente falsa y que nos recuerda cuando Josep Göbbels convertía falsedades en verdades.

Hoy la verdad es un lujo, algo muy distante en la vida cotidiana, ya no hay referentes medianamente certeros y cualquier político afirmaría, en televisión abierta, que un elefante tiene el tamaño de una hormiga, con tal de alcanzar el poder, además de que desgraciadamente muchos mexicanos lo creerían.

El tema del agua es preocupante, son muchas las opiniones que señalan que a mediados de este siglo nuestro país se puede secar, lo cual es muy grave, pero no he escuchado una propuesta concreta respecto al tema, los candidatos prefieren hablar de prohibir corridas de toros o de impulsar lenguaje inclusivo antes de enfrentar una realidad que puede ser mortal.

Hace unos días se percibió un olor a gasolina en el agua potable en algunas zonas de la alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad de México, situación que causó un gran malestar y llevó a una crisis que se incrementó con las altas temperaturas que hemos tenido esta semana.

Esto además del hecho de que las tuberías de la capital están a punto de colapsar, es decir, el desgaste hará que pronto desaparezcan, lo cual constituiría un problema económico y de logística que quizá pueda superar al terremoto de 1985.

Ahora bien, la Constitución, los tratados internacionales y diversos cuerpos de ley de los 3 niveles de gobierno señalan al agua como un derecho, inclusive como un derecho humano, pero de nada sirve tanta normatividad cuando no cae una sola gota de la llave y existe la sed y la suciedad. Desgraciadamente se nos vende la idea de que hoy gozamos de muchas libertades y prerrogativas, pero en realidad considero que estamos más limitados respecto a hace unos 25 años, además de que todo ese cúmulo de cuerpos de leyes que supuestamente nos protegen es una mera simulación.

Para colmo vemos esos comerciales donde vemos una pipa surtiendo a una casa, en donde un operador amable dice que es gratis. De verdad que eso es un auténtico cuento que dista mucho de la realidad.

En el caso poblano tenemos a Agua de Puebla, una institución surgida del régimen nefasto de Moreno Valle que demuestra su incompetencia a diario, como ejemplo pondré a algo que conozco directamente: el fraccionamiento el Pedregal de la Calera se cobra una cuota alta y el servicio es prácticamente nulo, esto también en complicidad con la empresa Promotora La Calera S. A. de C. V. que ha reducido significativamente los servicios a los propietarios de casas y terrenos. Esto es un ejemplo de tantos de los que ocurren en nuestra entidad y nuestro país, sin embargo.

El país está muy mal en varios temas y el agua afecta a todos, la sed no se quita con billetes ni con poder político y esperemos a no llegar a escenarios desérticos donde los animales, la agricultura y el ser humano salen fuertemente afectados, al grado de perder la vida. Lamentablemente el derecho humano al acceso al agua correrá la misma suerte que las prerrogativas que “garantizan” seguridad, empleo y salud, es decir, se convertirán en ilusiones para un pueblo tonto que se cree libre.


Hasta la próxima.

@vicente_aven


Hoy en día vemos cosas que se vuelven noticias y crean gran atención: el escándalo provocado porque a un hombre, que se autopercibe mujer, se le niega el acceso al baño de damas; un joven acude a su graduación con el cabello largo; una mujer que dice empoderarse por abrir una cuenta en Only Fans; y tantas otros hechos que algunos toman como si fueran sumamente importantes, pero que habría que analizar y determinar si contribuyen a una mejor sociedad.

Hoy en día vemos una propaganda política donde vemos mentiras que caen en el absurdo, como afirmar que nuestro país es el mejor del mundo, no porque no sea deseable para todos, sino porque es una afirmación absolutamente falsa y que nos recuerda cuando Josep Göbbels convertía falsedades en verdades.

Hoy la verdad es un lujo, algo muy distante en la vida cotidiana, ya no hay referentes medianamente certeros y cualquier político afirmaría, en televisión abierta, que un elefante tiene el tamaño de una hormiga, con tal de alcanzar el poder, además de que desgraciadamente muchos mexicanos lo creerían.

El tema del agua es preocupante, son muchas las opiniones que señalan que a mediados de este siglo nuestro país se puede secar, lo cual es muy grave, pero no he escuchado una propuesta concreta respecto al tema, los candidatos prefieren hablar de prohibir corridas de toros o de impulsar lenguaje inclusivo antes de enfrentar una realidad que puede ser mortal.

Hace unos días se percibió un olor a gasolina en el agua potable en algunas zonas de la alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad de México, situación que causó un gran malestar y llevó a una crisis que se incrementó con las altas temperaturas que hemos tenido esta semana.

Esto además del hecho de que las tuberías de la capital están a punto de colapsar, es decir, el desgaste hará que pronto desaparezcan, lo cual constituiría un problema económico y de logística que quizá pueda superar al terremoto de 1985.

Ahora bien, la Constitución, los tratados internacionales y diversos cuerpos de ley de los 3 niveles de gobierno señalan al agua como un derecho, inclusive como un derecho humano, pero de nada sirve tanta normatividad cuando no cae una sola gota de la llave y existe la sed y la suciedad. Desgraciadamente se nos vende la idea de que hoy gozamos de muchas libertades y prerrogativas, pero en realidad considero que estamos más limitados respecto a hace unos 25 años, además de que todo ese cúmulo de cuerpos de leyes que supuestamente nos protegen es una mera simulación.

Para colmo vemos esos comerciales donde vemos una pipa surtiendo a una casa, en donde un operador amable dice que es gratis. De verdad que eso es un auténtico cuento que dista mucho de la realidad.

En el caso poblano tenemos a Agua de Puebla, una institución surgida del régimen nefasto de Moreno Valle que demuestra su incompetencia a diario, como ejemplo pondré a algo que conozco directamente: el fraccionamiento el Pedregal de la Calera se cobra una cuota alta y el servicio es prácticamente nulo, esto también en complicidad con la empresa Promotora La Calera S. A. de C. V. que ha reducido significativamente los servicios a los propietarios de casas y terrenos. Esto es un ejemplo de tantos de los que ocurren en nuestra entidad y nuestro país, sin embargo.

El país está muy mal en varios temas y el agua afecta a todos, la sed no se quita con billetes ni con poder político y esperemos a no llegar a escenarios desérticos donde los animales, la agricultura y el ser humano salen fuertemente afectados, al grado de perder la vida. Lamentablemente el derecho humano al acceso al agua correrá la misma suerte que las prerrogativas que “garantizan” seguridad, empleo y salud, es decir, se convertirán en ilusiones para un pueblo tonto que se cree libre.


Hasta la próxima.

@vicente_aven