/ lunes 15 de abril de 2019

Barbosa y Armenta en el espejo de 2017

La trama política de 2017, que llevó como personajes centrales a Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum en la disputa por la candidatura de Morena a la jefatura de gobierno de la ciudad de México, ayudó a los integrantes del ‘cuarto de guerra’ de Luis Miguel Barbosa Huerta a pasar un fin de semana más o menos tranquilo.

Una vez que los magistrados de la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenaron solicitar a Morena que fundamentara la designación de Barbosa en Puebla, y no reponer el proceso de selección de candidato, como querían tres integrantes de ese órgano colegiado, la confianza regresó al equipo de operadores del abanderado a gobernador.

La tensión de los barbosistas llegó a su cúspide mientras los magistrados discutían el cauce que darían a la impugnación presentada por Alejandro Armenta Mier, pues tres de ellos demandaban que se anulara la candidatura del ex senador y se diera inicio a una nueva contienda interna, que empezara desde cero.

En corto comentaban que estaban preparados para comenzar otra vez, se daban ánimos; pero preferían que los magistrados solo pidieran fundamentar la postulación para no detener la campaña, para no hacer una pausa que, de alguna manera, permitiera a sus rivales, Enrique Cárdenas Sánchez y Alberto Jiménez Merino, escalar unos puntos en la preferencia electoral.

Esa confianza en la “fundamentación” derivaba del pleito de similares características que Monreal y Sheinbaum sostuvieron en la capital del país, en 2017.

Aquella vez, el ahora líder de Morena en el senado impugnó la designación de Sheinbaum como abanderada de ese partido a jefa de gobierno.

Lo hizo por la vía de Alejandro Rojas Díaz Durán, el asesor de confianza de Monreal que desde entonces trae en la mira a la presidenta nacional de ese partido, Yeidckol Polevnsky.

Monreal y Rojas presentaron un recurso jurídico ante el Tribunal Electoral de la ciudad de México para tirar la candidatura de la precandidata favorita de Andrés Manuel López Obrador, como quedó asentado en el expediente de número TECDMX-JLDC045/2017.

En respuesta, los magistrados de ese tribunal exigieron a Morena un informe del proceso de aplicación de encuestas que determinaron que la aspirante impugnada resultara seleccionada como coordinadora de ese instituto político para la capital del país, lo que en la jerga de los morenistas significaba convertirse, en automático, en candidato.

En otras palabras, Morena debía fundamentar porqué había escogido a la entonces jefa delegacional de Tlalpan.

Los miembros de la Comisión Nacional de Elecciones procedieron a entregar sus argumentos y el Tribunal Electoral dio por buena la postulación de Sheinbaum, sin mayores contratiempos.

De esa manera, la jefa delegacional llegó hasta donde se encuentra ahora, en la jefatura de gobierno, y Monreal tuvo que aceptar, después de una larga charla con López Obrador, un acceso plurinominal al senado.

Mirarse en el espejo de esa disputa llenó de optimismo a los barbosistas, que el viernes por la tarde cruzaban los dedos para conseguir una resolución similar.

Así ocurrió al final.

El máximo órgano de justicia electoral del país pidió a Morena fundamentar la designación de Luis Miguel Barbosa, que lo hizo a la medianoche del mismo viernes.

Eso liberó tensiones en el abanderado a gobernador, que el domingo vio cumplidos los pronósticos de sus asesores legales al saberse ratificado por los consejeros electorales de la junta local del INE.

“Brinqué otro obstáculo”, cuentan que expresó Barbosa este domingo, una vez enterado de la ratificación.

Falta un cabo suelto para terminar la historia en Puebla como aquella de la ciudad de México.

Esa vez, tras el fallo de las autoridades electorales, fue López Obrador quien se hizo cargo de la rebelión de Monreal, no Sheinbaum.

En Morena hay quienes esperan que pase lo mismo esta ocasión.

Que sea el tabasqueño quien se haga cargo de Armenta, el precandidato rebelde.


***

El autor de esta columna estará ausente una semana.

Lo espera de vuelta el próximo lunes.


Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

La trama política de 2017, que llevó como personajes centrales a Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum en la disputa por la candidatura de Morena a la jefatura de gobierno de la ciudad de México, ayudó a los integrantes del ‘cuarto de guerra’ de Luis Miguel Barbosa Huerta a pasar un fin de semana más o menos tranquilo.

Una vez que los magistrados de la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenaron solicitar a Morena que fundamentara la designación de Barbosa en Puebla, y no reponer el proceso de selección de candidato, como querían tres integrantes de ese órgano colegiado, la confianza regresó al equipo de operadores del abanderado a gobernador.

La tensión de los barbosistas llegó a su cúspide mientras los magistrados discutían el cauce que darían a la impugnación presentada por Alejandro Armenta Mier, pues tres de ellos demandaban que se anulara la candidatura del ex senador y se diera inicio a una nueva contienda interna, que empezara desde cero.

En corto comentaban que estaban preparados para comenzar otra vez, se daban ánimos; pero preferían que los magistrados solo pidieran fundamentar la postulación para no detener la campaña, para no hacer una pausa que, de alguna manera, permitiera a sus rivales, Enrique Cárdenas Sánchez y Alberto Jiménez Merino, escalar unos puntos en la preferencia electoral.

Esa confianza en la “fundamentación” derivaba del pleito de similares características que Monreal y Sheinbaum sostuvieron en la capital del país, en 2017.

Aquella vez, el ahora líder de Morena en el senado impugnó la designación de Sheinbaum como abanderada de ese partido a jefa de gobierno.

Lo hizo por la vía de Alejandro Rojas Díaz Durán, el asesor de confianza de Monreal que desde entonces trae en la mira a la presidenta nacional de ese partido, Yeidckol Polevnsky.

Monreal y Rojas presentaron un recurso jurídico ante el Tribunal Electoral de la ciudad de México para tirar la candidatura de la precandidata favorita de Andrés Manuel López Obrador, como quedó asentado en el expediente de número TECDMX-JLDC045/2017.

En respuesta, los magistrados de ese tribunal exigieron a Morena un informe del proceso de aplicación de encuestas que determinaron que la aspirante impugnada resultara seleccionada como coordinadora de ese instituto político para la capital del país, lo que en la jerga de los morenistas significaba convertirse, en automático, en candidato.

En otras palabras, Morena debía fundamentar porqué había escogido a la entonces jefa delegacional de Tlalpan.

Los miembros de la Comisión Nacional de Elecciones procedieron a entregar sus argumentos y el Tribunal Electoral dio por buena la postulación de Sheinbaum, sin mayores contratiempos.

De esa manera, la jefa delegacional llegó hasta donde se encuentra ahora, en la jefatura de gobierno, y Monreal tuvo que aceptar, después de una larga charla con López Obrador, un acceso plurinominal al senado.

Mirarse en el espejo de esa disputa llenó de optimismo a los barbosistas, que el viernes por la tarde cruzaban los dedos para conseguir una resolución similar.

Así ocurrió al final.

El máximo órgano de justicia electoral del país pidió a Morena fundamentar la designación de Luis Miguel Barbosa, que lo hizo a la medianoche del mismo viernes.

Eso liberó tensiones en el abanderado a gobernador, que el domingo vio cumplidos los pronósticos de sus asesores legales al saberse ratificado por los consejeros electorales de la junta local del INE.

“Brinqué otro obstáculo”, cuentan que expresó Barbosa este domingo, una vez enterado de la ratificación.

Falta un cabo suelto para terminar la historia en Puebla como aquella de la ciudad de México.

Esa vez, tras el fallo de las autoridades electorales, fue López Obrador quien se hizo cargo de la rebelión de Monreal, no Sheinbaum.

En Morena hay quienes esperan que pase lo mismo esta ocasión.

Que sea el tabasqueño quien se haga cargo de Armenta, el precandidato rebelde.


***

El autor de esta columna estará ausente una semana.

Lo espera de vuelta el próximo lunes.


Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx