Lejos de observarlo como un aliado o un personaje neutral dentro de la plantilla laboral del Ayuntamiento de Puebla, Israel Pacheco Velázquez, ex líder del sindicato Benito Juárez, es visto como un factor de inestabilidad que puede generar problemas.
Al menos es la postura en la que coinciden algunos regidores y en el interior del grupo de primer nivel que rodea a la presidenta municipal, Claudia Rivera Vivanco.
A Israel Pacheco se le considera como un elemento negativo capaz de afectar la estabilidad laboral -por ahora- que se goza al interior del Gobierno Municipal.
No fue bien digerida su presencia “espontánea” para sumarse el martes 16 de octubre en la etapa final de la marcha de extrabajadores que fueron despedidos en la pasada administración.
En lugar de buscar personalmente un acercamiento con el síndico municipal, hizo todo lo contrario para llamar mediáticamente la atención a las autoridades entrantes.
El exlíder aún goza de cierta simpatía en una minoría de sindicalizados que, por diferentes circunstancias, han sido marginados o a los que les han quitado los beneficios que tenían con la gestión de Pacheco Velázquez, como cobrar sin trabajar por estar en comisiones, por lo que se analiza la manera de mantenerlo al margen del Ayuntamiento.
La mejor manera, dicen, es promover su jubilación como empleado de la Dirección de Obra Pública con la finalidad de quitarse un “dolor de cabeza”.
Israel Pacheco generará inestabilidad en el gobierno de Claudia Rivera si la intención es reactivarlo como trabajador sindicalizado tras salir de la cárcel después de cuatro años y medio acusado por los delitos de extorsión, secuestro y enriquecimiento ilícito.
Por eso se estudia, como la salida más viable, promover su jubilación aunque no se descarta que su caso sea motivo de análisis jurídico que lleve todo un trienio… es decir, congelar su caso.
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Tal parece que algunos personajes están contentos con la salida de personal de confianza tras la llegada del nuevo gobierno de Claudia Rivera Vivanco.
Lo hacen evidente y se respaldan al formar parte de la actual dirigencia sindical encabezada por Gonzalo Juárez.
Tal es el caso de Óscar de la Rosa, delegado (todavía) en la Secretaría de Gobernación, quien se alegra de la baja de algunas personas de la pasada administración.
Lo hace evidente en mensajes de texto vía teléfono celular.
Se burla de lo que pasa con el cambio de gobierno pero no dice nada de las compensaciones de 8 mil pesos que cobra mensualmente por estar en comisiones sindicales… sin hacer nada.
Valdría la pena que la administración actual analizara este tipo de casos, que seguramente existen en más dependencias.
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Esta semana habrá de concluir la instalación de las comisiones de regidores en el Ayuntamiento de Puebla y valdría la pena que estudiaran el reglamento interno para evitar pifias como las ocurridas ayer en la instalación de la Comisión de Servicios Públicos, a cargo de Cinthya Juárez Román.
En más de cinco ocasiones fue corregida, tanto por sus compañeros de comisión como por el mismo síndico Gonzalo Castillo Pérez, debido a las omisiones cometidas.
Aún están a tiempo los regidores para evitar más casos desafortunados como el cometido por Cinthya Juárez.
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La semana anterior comenté el caso que ocurre afuera de la Unidad de Medicina Familiar IMSS 2 de Puebla sobre el apartado que realizan taxis en la vía pública de la calle 9 Oriente, afectando a particulares para el ascenso y descenso de pacientes.
Si bien hubo un operativo oficial a fin de terminar con esta práctica nociva, al día siguiente, nuevamente, se llevó a cabo el apartado de lugares y cuentan que el líder de los taxistas, José Luis Moctezuma, tiene protección directa de personal cercano de María Lourdes Rosales Martínez, titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (SSPyTM).
¿Será?
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@Marcomironc
