/ domingo 27 de mayo de 2018

Hay que reflexionar el voto

Hoy los mexicanos estamos en un nuevo proceso para renovar a nuestros poderes ejecutivo y legislativo, además de que en muchos estados también se cambiarán gobiernos estatales y municipales. Estas elecciones tendrán una significación especial para la democracia ya que, por un lado, somos una sociedad, creo yo, con un alto grado de conciencia democrática y, por otro, las llamadas redes sociales están presentes y pueden moldear la percepción de los electores. Así, quienes definirán el rumbo de nuestro país para los próximos años tienen hoy medios y capacidad para poder entender la plataforma que cada partido político oferta. Ambas condiciones nos indican que la sociedad mexicana tendría que ir a reflexionar su voto para buscar el mejor escenario que implique el desarrollo que todos deseamos. Las tentaciones electorales están hoy más presentes que nunca, pero debemos de ser cuidadosos de lo que estas implican a largo plazo para nuestro país. Sabemos que se han tenido errores en esta administración y la autocrítica es algo que debe fortalecernos, pero también es cierto que nuestro país ha tenido varios logros que serían muy costosos de desechar. Menciono tres hechos que debemos tener en cuenta a la hora de definir nuestro voto: primero, en esta administración se lograron reformas estructurales en todos los sectores que, sin duda, tendrán efectos muy positivos en el desarrollo a mediano plazo; segundo, parte de estos beneficios que veremos de este trabajo político se han traducido en la estabilidad económica de nuestro país y la generación de más de tres millones de empleos, algo histórico en el país; y tres, nos hemos consolidado como un país turístico, algo realmente importante para el desarrollo de muchos estados. Actualmente tenemos propuestas de gobierno que proponen desechar lo construido e ir a un escenario donde el gasto sin responsabilidad se maneja como principal idea; es algo que llamamos populismo porque no hay un sustento económico para estas y menos si analizamos que propone eliminar varias fuentes de ingresos para el país. Nuestro continente ha tenido ya varios de estos gobiernos que han pretendido buscar, a través del gasto sin sustento, mantener a sus sociedades y hoy vemos que están en una situación peor de la que empezaron. De hecho, nuestro país ya ha pasado por esta parte de la historia: los años 70 y los inicios de los 80 dan cuenta de ello; la diferencia con esa etapa y ahora solo es que nuestra población era mucho menor y que el petróleo seguía siendo el sostén de nuestra economía, algo que hoy no tenemos más. Nuestro país está en transición, hemos dejado de ser dependientes de los bienes derivados de los hidrocarburos y esa transición debemos de observar que permanezca bajo la idea de fuentes sanas para la economía; no podemos sustentar más gasto a través de la deuda, algo que puede ser necesario si pensamos en las propuestas de dar dinero, como lo propone una de las fuerzas políticas que pretende dirigir a los mexicanos. Hoy, quienes vamos a votar en este país tenemos que ejercer la democracia con la consciencia de lo que nos estamos jugando: podemos abrirle la puerta al autoritarismo disfrazado de populismo o podemos seguir por el camino de los tropiezos pero de la libertad social. Hoy, más que nunca, es necesario reflexionar sobre la manera en que vamos a votar, pero estoy cierto en que la sociedad mexicana, y los poblanos en especial, tenemos la capacidad de diferenciar entre lo que queremos sin dejarnos llevar por falsas percepciones.

Hoy los mexicanos estamos en un nuevo proceso para renovar a nuestros poderes ejecutivo y legislativo, además de que en muchos estados también se cambiarán gobiernos estatales y municipales. Estas elecciones tendrán una significación especial para la democracia ya que, por un lado, somos una sociedad, creo yo, con un alto grado de conciencia democrática y, por otro, las llamadas redes sociales están presentes y pueden moldear la percepción de los electores. Así, quienes definirán el rumbo de nuestro país para los próximos años tienen hoy medios y capacidad para poder entender la plataforma que cada partido político oferta. Ambas condiciones nos indican que la sociedad mexicana tendría que ir a reflexionar su voto para buscar el mejor escenario que implique el desarrollo que todos deseamos. Las tentaciones electorales están hoy más presentes que nunca, pero debemos de ser cuidadosos de lo que estas implican a largo plazo para nuestro país. Sabemos que se han tenido errores en esta administración y la autocrítica es algo que debe fortalecernos, pero también es cierto que nuestro país ha tenido varios logros que serían muy costosos de desechar. Menciono tres hechos que debemos tener en cuenta a la hora de definir nuestro voto: primero, en esta administración se lograron reformas estructurales en todos los sectores que, sin duda, tendrán efectos muy positivos en el desarrollo a mediano plazo; segundo, parte de estos beneficios que veremos de este trabajo político se han traducido en la estabilidad económica de nuestro país y la generación de más de tres millones de empleos, algo histórico en el país; y tres, nos hemos consolidado como un país turístico, algo realmente importante para el desarrollo de muchos estados. Actualmente tenemos propuestas de gobierno que proponen desechar lo construido e ir a un escenario donde el gasto sin responsabilidad se maneja como principal idea; es algo que llamamos populismo porque no hay un sustento económico para estas y menos si analizamos que propone eliminar varias fuentes de ingresos para el país. Nuestro continente ha tenido ya varios de estos gobiernos que han pretendido buscar, a través del gasto sin sustento, mantener a sus sociedades y hoy vemos que están en una situación peor de la que empezaron. De hecho, nuestro país ya ha pasado por esta parte de la historia: los años 70 y los inicios de los 80 dan cuenta de ello; la diferencia con esa etapa y ahora solo es que nuestra población era mucho menor y que el petróleo seguía siendo el sostén de nuestra economía, algo que hoy no tenemos más. Nuestro país está en transición, hemos dejado de ser dependientes de los bienes derivados de los hidrocarburos y esa transición debemos de observar que permanezca bajo la idea de fuentes sanas para la economía; no podemos sustentar más gasto a través de la deuda, algo que puede ser necesario si pensamos en las propuestas de dar dinero, como lo propone una de las fuerzas políticas que pretende dirigir a los mexicanos. Hoy, quienes vamos a votar en este país tenemos que ejercer la democracia con la consciencia de lo que nos estamos jugando: podemos abrirle la puerta al autoritarismo disfrazado de populismo o podemos seguir por el camino de los tropiezos pero de la libertad social. Hoy, más que nunca, es necesario reflexionar sobre la manera en que vamos a votar, pero estoy cierto en que la sociedad mexicana, y los poblanos en especial, tenemos la capacidad de diferenciar entre lo que queremos sin dejarnos llevar por falsas percepciones.