/ miércoles 17 de abril de 2024

Igualdad

El concepto objetivo de la uniformidad absoluta es la descripción más general de igualdad. Pero ¿Cómo entendemos hoy de manera particular el término?

En palabras muy comunes, decir igualdad, es hablar quizá de condiciones lo más apegado a lo idéntico, comprendiendo este concepto de idéntico es en manera figurativa, porque nada es totalmente igual pero sí puede buscar la mayor coincidencia en una condición determinada.

Este concepto suena muy reciente, sin embargo llevamos años tratando de alcanzar una supuesta igualdad en condiciones de cualquier índole humana. Hemos buscado tener igualdad de género, y seguimos en ese camino, igualdad en oportunidades y también seguimos en esos terrenos, igualdad en condiciones y así nos puede llevar la existencia si caemos en el error de pensar que es un término objetivo. La igualdad es tan subjetiva como la percepción pero sí puede haber parámetros que nos permitan avanzar sobre esa línea que se convierte en medular para la evolución.

En nuestro país desde el año 2006 contamos con una ley que habla en cinco capítulos y cuarenta y nueve artículos sobre la igualdad entre mujeres y hombres; evidentemente ha sufrido modificación conforme vamos avanzando en los conceptos de igualdad de género ya que la perspectiva en este tópico debe ser más plural y totalmente incluyente. Porque hablar de una igualdad sustantiva la ley la describe como “el acceso al mismo trato y oportunidades para el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y las libertades fundamentales”

Ahora bien, hablar de igualdad es muy delicado hoy en día porque es hablar de términos muy complejos, cuando la verdad la palabra lo dice todo, igual. ¿Y por qué hablaría yo de igualdad? Porque debemos entrarle al toro por los cuernos y decir las cosas como son. Si pretendemos ser tratados iguales, debemos entonces partir de que somos iguales ¿no creen? Y ¿somos iguales? Unos son altos, otros bajos, unos tienen color rojo en el cabello y otros más pecas, unos usan lentes y muchos hablan un idioma y otro tienen oportunidades. Entonces este término es justo lo más desigual porque debemos ser más específicos y decir que buscamos la igualdad de derechos, o igualdad de condiciones laborales o de igualdad en el trato, sin importar las condiciones físicas o creencias. Por eso deberíamos de ser más claros en los términos y no utilizar con fines personales o de grupo hablar de igualdad sustantiva porque hay un gran número de géneros y todos son igualmente humanos.

También deberíamos de tener los mismos derechos en justicia por ejemplo, por eso un juez debe ser imparcial y justamente sin conocer las condiciones debe emitir juicio basado en los hechos no en los dichos. Este seguramente es un gran reto que aún nos queda por superar ya que no podemos solo confiar en los procesos sino estar seguros que el trabajo al respecto es totalmente igualitario.

Y así podríamos enlistar ejemplos mundiales sobre el tema de la igualdad. Me parece que es el gran reto de la humanidad porque quizá y solo quizá la igualdad total no existe y es una utopía que nos permite aspirar a tenerla. Sin embargo eso es una suposición porque nos falta seguir adelante y descubrirlo por nosotros mismos.

Pero no nos desanimemos, la tentación de seguir en su búsqueda es alentadora y se convierte en un gran catalizador para el desarrollo de valores como la tolerancia, el amor o más aún el perdón. Luego entonces seamos empáticos con el grupo al que pertenecemos y con los que no porque bajo condiciones diferentes quizá la igualdad no nos favorezca.

@serdan.mx

El concepto objetivo de la uniformidad absoluta es la descripción más general de igualdad. Pero ¿Cómo entendemos hoy de manera particular el término?

En palabras muy comunes, decir igualdad, es hablar quizá de condiciones lo más apegado a lo idéntico, comprendiendo este concepto de idéntico es en manera figurativa, porque nada es totalmente igual pero sí puede buscar la mayor coincidencia en una condición determinada.

Este concepto suena muy reciente, sin embargo llevamos años tratando de alcanzar una supuesta igualdad en condiciones de cualquier índole humana. Hemos buscado tener igualdad de género, y seguimos en ese camino, igualdad en oportunidades y también seguimos en esos terrenos, igualdad en condiciones y así nos puede llevar la existencia si caemos en el error de pensar que es un término objetivo. La igualdad es tan subjetiva como la percepción pero sí puede haber parámetros que nos permitan avanzar sobre esa línea que se convierte en medular para la evolución.

En nuestro país desde el año 2006 contamos con una ley que habla en cinco capítulos y cuarenta y nueve artículos sobre la igualdad entre mujeres y hombres; evidentemente ha sufrido modificación conforme vamos avanzando en los conceptos de igualdad de género ya que la perspectiva en este tópico debe ser más plural y totalmente incluyente. Porque hablar de una igualdad sustantiva la ley la describe como “el acceso al mismo trato y oportunidades para el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y las libertades fundamentales”

Ahora bien, hablar de igualdad es muy delicado hoy en día porque es hablar de términos muy complejos, cuando la verdad la palabra lo dice todo, igual. ¿Y por qué hablaría yo de igualdad? Porque debemos entrarle al toro por los cuernos y decir las cosas como son. Si pretendemos ser tratados iguales, debemos entonces partir de que somos iguales ¿no creen? Y ¿somos iguales? Unos son altos, otros bajos, unos tienen color rojo en el cabello y otros más pecas, unos usan lentes y muchos hablan un idioma y otro tienen oportunidades. Entonces este término es justo lo más desigual porque debemos ser más específicos y decir que buscamos la igualdad de derechos, o igualdad de condiciones laborales o de igualdad en el trato, sin importar las condiciones físicas o creencias. Por eso deberíamos de ser más claros en los términos y no utilizar con fines personales o de grupo hablar de igualdad sustantiva porque hay un gran número de géneros y todos son igualmente humanos.

También deberíamos de tener los mismos derechos en justicia por ejemplo, por eso un juez debe ser imparcial y justamente sin conocer las condiciones debe emitir juicio basado en los hechos no en los dichos. Este seguramente es un gran reto que aún nos queda por superar ya que no podemos solo confiar en los procesos sino estar seguros que el trabajo al respecto es totalmente igualitario.

Y así podríamos enlistar ejemplos mundiales sobre el tema de la igualdad. Me parece que es el gran reto de la humanidad porque quizá y solo quizá la igualdad total no existe y es una utopía que nos permite aspirar a tenerla. Sin embargo eso es una suposición porque nos falta seguir adelante y descubrirlo por nosotros mismos.

Pero no nos desanimemos, la tentación de seguir en su búsqueda es alentadora y se convierte en un gran catalizador para el desarrollo de valores como la tolerancia, el amor o más aún el perdón. Luego entonces seamos empáticos con el grupo al que pertenecemos y con los que no porque bajo condiciones diferentes quizá la igualdad no nos favorezca.

@serdan.mx

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